domingo, 27 de enero de 2013

Capitulo 426: Ruta Cerro de Pedro Gomez.






La de hoy no era una ruta cualquiera más. Hablar del cerro de Pedro Gómez, es hablar de un pico bastante alto con lo ello conlleva. Una dura ascensión que ha hecho bastante mella en los senderistas que hoy nos hemos atrevido a salir a andar.

A pesar de tener nuestras dudas con respecto a la ruta, dado que los que la habían realizado con anterioridad, ponían en sus comentarios, que había que atravesar por dos fincas privadas, nos hemos arriesgado a hacerla. Así a las ocho de la mañana, siete valientes nos poníamos rumbo a Herguijuela, desde donde comenzaba dicha ruta.

Con una baja de última hora por culpa de temas laborales, los siete restantes llegábamos al principio de la ruta. Bajo una niebla espesa, la cual nos anunciaba que parte de dicha ruta nos iba a acompañar, con lo que ello repercutiría a la hora de contemplar las vistas, que desde lo alto del cerro, podíamos ver.
Gracias a las nuevas tecnologías y con la ruta descargada en un teléfono, nos pusimos en marcha. La primera dificultad no tardó mucho tiempo en aparecer. Y es que es raro que una calleja tan larga y tan antigua, se da de bruces contra una puerta, con su candado echado y un paso canadiense debajo de la misma. Una circunstancia un poco rara nos ha parecido a todos.

Sin ningún cartel que nos anunciara que allí no se podía entrar, hemos descubierto un hueco por una alambrada por donde hemos accedido a seguir el camino que nuestro móvil, nos mandaba. Con la incertidumbre de que en cualquier momento nos pudieran echar de la finca, hemos continuado por un largo camino, que atravesaba dicha finca, la cual tiene en su interior, vacas y ovejas, las cuales han dado algún susto a algunos de los senderistas.

La niebla cada vez era más espesa y el camino a seguir cada vez más empinado, así entre risas y caras de sufrimiento, hemos continuado por el camino que habíamos empezado al entrar en dicha finca. Con el paso de los kilómetros el camino desaparecía y una cortafuegos hecho a lo largo de todo el cerro, nos ha servido de camino improvisado. La ruta se iba haciendo cada vez más dura, la niebla más espesa, casi no nos dejaba ver más de veinte metros de distancia y cada vez mojaba mas nuestras ropas. Ese sin duda ha sido el peor momento que hemos pasado, el de la larga ascensión por un camino poco apto para andar por él.
Unos metros más arriba, el móvil nos hacia girar bruscamente para encontrar otra pista que siguiera ascendiendo hasta el cerro. Haciéndole caso y pasando por un gran jaral y un bosque bastante frondoso, hemos encontrado dicha pista la cual no hemos abandonado hasta coronar el cerro. Una vez arriba del todo, la niebla era muy espesa y fría, por lo que hemos optado por ponernos los trajes de agua, que algo de frio también nos quitarían. Allí arriba hemos aprovechado el porche de un refugio para comernos un trozo de pan, aunque la verdad que ha sido de los días que menos hambre teníamos todos, dado el gran esfuerzo que habíamos hecho para llegar a la cima.

Una vez recuperados los estómagos y abrochados hasta el cuello, hemos comenzado el descenso que no por ser cuesta abajo, dejaba de seguir siendo duro. Las rodillas en las cuestas que pican hacia abajo, sufren mucho más que subiendo dichas rampas.

La niebla nos iba dando una tregua y alguna que otra foto hemos logrado sacar. Un par de miradores situados en sitios estratégicos, nos han servido para hacer las fotos. Mucha agua corriendo por todos lados, regatos nuevos que solo corren de muy vez en cuando y que este año por suerte, podemos presenciar.
Así hemos ido pasando por charcas totalmente repletas de agua, incluso tirándola por encima de su caudal, lo cual agradece la vista. En una de esas charcas a poco más de dos kilómetros para acabar la ruta, nos hemos encontrado con el guarda de la finca, el cual ha llegado con un todo terreno y al principio con muy poca educación, a lo que nosotros, no hemos contestado igual. Luego, una vez expuesta su reflexión y nosotros hemos expuesto la nuestra, hemos llegado a un “acuerdo”. En la finca no se puede entrar, está prohibido.

Despidiéndonos de él, hemos alcanzado la alambrada que daba por finalizada la finca y por la cual, llegábamos a otra calleja que curiosamente finalizaba en dicha alambrada.
Muchas coincidencias que a nadie cuadran, ni siquiera a los habitantes de Herguijuela, que saben que antiguamente, un camino público accedía al cerro y que hoy en día no aparece por ningún lado. Demasiadas coincidencias.

En definitiva, nosotros hemos realizado la ruta, la cual catalogamos en nuestro libro como dura, quizás la más dura de las que llevamos realizadas y encima con el inconveniente, de no saber si hay camino público para poder andar por el. Cosa que ayudados por vecinos del pueblo, llegamos a dudar. Tiene toda la pinta de haber sido otro atropello de los muchos que nos encontramos por donde quiera, que vamos andando. Esperemos que algún día alguien se atreva a poner a estos señores en su sitio y los haga pagar, por dichos atropellos, aunque esto sabemos que será difícil por no decir imposible.

Ah, se me olvidaba, si eres militar, puedes acceder a dicho cerro por donde quiera y sin problemas. Así el que quiera hacer la ruta, le aconsejo que se ponga el traje de camuflaje con los galones de sargento, por ejemplo y comience a andar.

1 comentario:

  1. Os váis superando por momentos. Os veo a este paso y en unos años, coronando algún ocho mil.
    En serio, enhorabuena por las mañanas de los domingos que pasáis y que sigáis mucho tiempo disfrutando de vuestro entorno y de la armonía que hay entre vosotros.
    Un saludo para todo el grupo.

    ResponderEliminar

Capítulo 1.021: Finde de las tres "S"

  Santoña, Santander, Santillana del Mar. Nos volvimos a poner en carretera cuatro meses después de haber hecho el anterior viaje a Portugal...