El sábado pasado gracias al programa de canal Extremadura
radio, “El sol sale por el oeste”, del cual soy asiduo oyente, pude asistir
mediante una invitación, al espectáculo homenaje, al tristemente desaparecido “Carlos
Cano”. Para qué voy a negar que sin duda, fue uno de los artistas que más me
gustaron siempre y por esa razón, no podía perderme dicho homenaje.
El concierto daba comienzo a las ocho y media de la tarde y
la verdad, anduvimos un poco entallados de tiempo por culpa de la celebración del
cumpleaños de mi hija mayor, cosa que no podíamos posponer. Así y todo como
pudimos, a las ocho pusimos rumbo a Cáceres, con la esperanza de que no nos
costara mucho tiempo el atravesar la capital, hasta llegar al gran teatro,
lugar donde se celebraba el evento. Y así fue, pillamos todos los semáforos en
verde y a las ocho y media, estábamos aparcando algo retirados del lugar, lo
que nos supuso a mi mujer y a mí, acelerar hasta el teatro.
Llegamos justo cuando la primera canción empezaba a sonar.
En un teatro casi repleto en su parte baja. En las tribunas no podía ver desde mi
lugar, si estaba lleno o no.
Haciendo memoria y mirando el teatro por sus lugares más recónditos,
creo que era la primera vez, en el que yo pisaba dicho lugar. No recuerdo haber
estado antes allí y si lo estuve, no me acuerdo de aquello. El teatro es
realmente asombroso y precioso. Muy cómodo y reconfortante. Para los que somos más
bien altos, en otros teatros la verdad que lo pasamos mal, pero en este de Cáceres,
yo estuve en la gloria allí sentado.
Mientras sonaban los aplausos al terminar la primera canción,
la cual fue “la proclamación de la copla”, aprovechamos para quitarnos los
abrigos, que con las prisas no lo habíamos hecho antes de sentarnos. Con “el
romance de Ocaña”, Pilar Boyero nos daba las gracias a todos los asistentes.
Ella y Aurelio Gallardo, fueron los encargados de cantar en dicho homenaje,
bajo la increíble interpretación al piano, del gran Benjamín Torrijo, el cual
estuvo con el gran Carlos durante muchos años tocando en multitud de lugares. Demostró
al piano todo su buen hacer y la verdad que dejó impresionado a todo el público.
Las canciones se iban cantando, desde “me llaman sudaca”,
pasando por Antonio Vargas Heredia, la bien pagà, que desespero, Rocío, Luna de
abril…etc.
El escenario estaba decorado muy humildemente, con una mesa
y un espejo. Una silla a la cual estaba recostada una guitarra, simulando al
gran Carlos y poco más. Poca luz lo que hacía un lugar muy reconfortante. Entre
canción y canción, pudimos escuchar alguna que otra vez su voz, sacadas de
varias entrevistas. Además de escuchar lo que pensaban muchos artistas del gran
maestro.
Pilar Boyero estuvo esplendida. Su voz es impresionante y da
gusto escucharla cantar todo tipo de música. Aurelio sorprendió al público con
su gran voz, aunque he de decir que en muchas de las canciones donde se cantaba
bajito, le faltaba voz. Creo que a él le vienen mejor las canciones donde la
voz sea alta y no canciones bajas. Con todo eso, hubo detalles en algunas de
las canciones cantadas que dejo entre ver, que le queda mucho recorrido y
seguro que crecerá más aun como cantante. También nos mostró su simpatía cada
vez que hablaba algo, es muy bromista y siempre que puede lo demuestra, a pesar
de que el día no invitaba a ello. Más aun cuando vimos cantar a Pilar junto a
la voz de Carlos Cano, María la Portuguesa. Esta no se pudo contener y acabó
cantando emocionada, incluso llorando. El final del espectáculo le puso la
guinda la viuda de Carlos, que junto a sus dos hijas, estuvieron presentes en
el homenaje.
Alicia subió al escenario a recoger un gran ramo de flores
con el cual la agasajaron. Una vez en el escenario tuvo agradecimientos para
todos y a pesar de los años que hace que nos dejó su marido, se la notó
emocionada aun.
El final estuvo entretenido, dado que todo el público
tuvimos la oportunidad de cantar juntos la “Murga de los currelantes”, gracias
a la octavilla que nos dieron al entrar y en la que en su parte trasera, estaba
escrita la letra de dicha canción.
Ya de pie todo los presentes, se pidió con insistencia otra canción,
que los artistas no dudaron en cantar.
En definitiva, un espectáculo novedoso y bonito al cual
tuvimos la oportunidad de asistir. Mereció la pena llamar al programa y optar a
las entradas para volver a recordar al maestro, que sin duda nunca olvidaremos.
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