Normalmente la vida se compone de ellas. Unas las damos y
otras nos las dan. Las que damos, muchas veces no somos conscientes de ello y
sin duda esas, por lo menos a mí, son las que más me gustan.
Pero mucho más bonito y emocionante es comprobar cómo hay
muchas personas luchando contra cualquier enfermedad o contra cualquier desavenencia,
que sin esperarla, le ha venido de pronto. Esas personan sin duda son las
verdaderas maestras a la hora de dar lecciones de lo que es la supervivencia en
esta vida.
Cuando todo te va bien en temas de salud, tus preocupaciones
son otras. Que si hipotecas, pagamentos y más historias, que sin duda, muchas
veces te quitan horas de sueño. Pero cuando el problema más grande que tienes
encima es tu propia salud, todo lo demás pasa a segundo plano y entonces entra
en juego, el maestro que todos tenemos dentro.
Es cierto que no todas las personas son capaces de dar
dichas lecciones, quizás porque el tema se les ha venido muy grande o por no
esperarlo, no tienen ganas de luchar contra el. Todo es comprensible y
respetable. Con lo que hay que quedarse en estos casos, es con todos los que se
aferran a quedarse en esta vida, cueste lo que cueste. Sin duda de ellos
sacaremos las mejores lecciones de la vida.
En mi caso por ejemplo, al maestro le tengo muy cerca y no
por eso deja de sorprenderme día si, día también. Y es que su lucha contra lo
que él llama “bicho”, me está dejando sin palabras.
Hoy después de dos meses de descanso en su tratamiento, ha
vuelto a visitar al médico que le atiende de una forma exquisita, desde que
hace pronto casi un año, le visitara por primera vez. Con muy pocas esperanzas
de que su lucha llegara a buen puerto. El propio medico se lo dejó bien claro
desde el primer día: Tú eres quien te tienes que enfrentar a esto y tú mismo serás
tu mejor medicina.
Todavía recuerdo aquellas palabras como si fuera ayer mismo,
ese día tan triste para todos. Para todos menos para él, que desde aquel día empezó
a escribir esta lección que a día de hoy todavía no ha acabado de explicar ni
de dar.
Los resultados dos meses después no pueden ser mejores. Todo
sigue bien, “dormido o parado”. Y que se quede así mucho más tiempo. Ha
merecido la pena pasar por el calvario que ha pasado, para poder seguir dando
lecciones. Quizás lo más doloroso no haya sido la propia enfermedad, que también.
Si no darse cuenta de cómo la vida te deja bien claro quién es tu amigo y quien
tan solo conocido. Han sido meses muy duros en los que vecinos de toda la vida,
en lugar de ayudarle a luchar contra su mal, se dedicaban a calumniar contra él
todo lo que podían y más. Después de que fue engañado por unos cuantos para dar
la cara como presidente de una asociación. La cual según muchos de los que iban
con él en la directiva, había sido un poco dictatorial a la hora de llevar
dicha asociación.
Un tiempo después aquellos mismos integrantes que hablaban
de aquellos anteriores mandatarios, se integran nuevamente en otra directiva
encabezada por los que ellos tachaban de dictadores.
Pero desde aquí quiero darles las gracias a todos ellos.
Bueno, a todos no. Hubo alguna iluminada,( la cual no tiene categoría para
aparecer en mi blog), que fue diciendo por todo el pueblo que a mi padre, el “bicho”
le había llegado a la cabeza y que por eso estaba actuando mal al frente de la asociación.
Ya quisiera ella tener la cabeza como este luchador, que por culpa de estas y
estos “compañeros” de candidatura, ha tenido que luchar doblemente. Como si
luchar contra su enfermedad no fuera suficiente.
Gracias por tenerle activo entre todos. Y muchas gracias a
su compañero y amigo inseparable Serafín, el cual jamás dudó de la capacidad de
mi padre para sacar aquello adelante. Qué pena que amigos así no tengamos
muchos en la vida y que sin embargo de la otra clase, los tengamos a puñados.
Gracias viejo, por seguir dándome lecciones todos y cada uno
de los días de mi vida, espero aprenderlas y si alguna vez tengo que hacer yo
de maestro, no defraudarte nunca.
Aguante!!!
Impresionante Marcos, un relato real como la vida misma. Como me alegro por Fonta y por toda vuestra familia. Acabo de estar hablando con el y mas que un maestro es un artista. Un saludo kamarada desde Castro Urdiales.
ResponderEliminarMis más sinceros deseos de que salgáis vencedores en esta lucha. Todos mis ánimos y fuerza.
ResponderEliminarYa se sabe que la lucha que se pierde, es la que se abandona, y confío que no sea una de vuestra opciones.
Por el afecto que siento, seguid transmitiendo esa voluntad y convicción de poder superar al "bicho" y por supuesto, mostrándoos por encima de los impresentables que os quieran poner trabas.