De esta manera se denomina a la única ruta que existe
marcada, en los alrededores de Trujillo. El trámite de su marcación, corrió a
cargo de ADICOMT y la verdad que se agradece tal molestia, aunque bien es
verdad que se deberían de marcar algunas rutas más, las cuales deberían de ser
obligatorias de andar por parte de cualquier habitante de Trujillo.
Volviendo a la ruta de hoy he de decir que me ha sorprendido
para bien, puesto que nunca antes a pesar de haber andado mucho por todos
nuestros alrededores, había realizado dicha ruta. Esta comienza justo detrás del
silo, en donde han construido el helipuerto. Justo allí está situado el cartel
que anuncia la ruta aunque bien es cierto que ha sido pasto de los vándalos,
los cuales, le han “grafiteado” completamente.
Esta mañana a las ocho en punto como cada domingo, salíamos
de la plaza de Huertas los tres únicos miembros del grupo que nos hemos
atrevido a andar. En lugar de comenzar la ruta desde Huertas, hemos optado por
ir en coche hasta el silo de Trujillo. Allí, donde se instala el ferial, hemos
dejado el coche y mochilas al hombro, nos hemos dispuesto a ver lo que nos
deparaba el día, que por otro lado y a simple vista, podíamos suponer que estaría
cargado de agua, cosa que al final, a pesar de las nubes amenazantes que nos
han acompañado durante la ruta, nos han dejado andar sin mojarnos nada.
Con los trajes de gua bien localizados por si nos hacían falta,
hemos comenzado la aventura de hoy. La cual transcurre en sus primeros kilómetros,
por una de las partes del berrocal quizás menos conocidas por muchos, aunque
bien es cierto que uno de los integrantes de hoy, lo conocía como la palma de
su mano, dado que se ha criado por esos canchos. Así que nos ha venido bien su compañía
a la hora de explicarnos nombres de cercas y regatos.
La verdad que lejos de lo que yo pensaba, es una ruta muy
entretenida y no sé si será en parte, por la cantidad de agua caída, o por lo
bonito que esta el berrocal en la actualidad, pero el caso es que nos hemos
divertido andando. Saltando charcos inmensos. Buscando “pisaeras” para no
mojarnos los pies, cosa que ha sido imposible de evitar dada la gran cantidad
de agua acumulada en todas las callejas por donde transcurre la ruta.
Saliéndonos del recorrido marcado, hemos desviado nuestros
pasos volviendo a subir por una calleja dirección a Trujillo de nuevo. Allí queríamos
ver la fuente del “plato”, donde nuestro compañero Mané nos venía contando, que
en épocas de sequia muchos paisanos venían a abastecerse de agua, puesto que
dicha fuente jamás la vieron seca. A parte de ser uno de los lavaderos donde
antiguamente las mujeres de Trujillo, venían a lavar sus ropas. Nuestra
sorpresa, además de desilusión, ha sido el llegar hasta dicho lugar y verlo
comido en su totalidad por zarzales. Siendo imposible de apreciar lo bonito del
lugar, aunque bien es cierto que los chorros de agua, se veían caer entre los
zarzales. Volvemos a lo de siempre. Patrimonio de la humanidad la plaza
solamente o ¿todo el entorno? Es una pena lo poco que vale conservar nuestras antigüedades
y por dejadez municipal, no podamos aprovecharnos de ellas. Que mandar un par
de jornaleros a trabajar allí un día o un par de ellos, no es nada costoso y
por lo menos valdría la pena. Que conste en acta nuestra repulsa ante tal
descuido, ahora harán lo que quieran, como siempre…
Una vez que hemos desandado el camino hasta la fuente, hemos
continuado por la ruta marcada, la cual nos ha deparado otra de las sorpresas
de hoy y que hacía algún tiempo que no encontrábamos. Como ha sido el comprobar
que otro espabilado de turno en lugar de arreglar los portillos de su pared, ha
optado por la tremenda y con varias cancillas, se ha apoderado de la calleja
por la que transcurre dicha ruta. Es penosa, ridícula y lamentable esta actitud,
pero yo voy más lejos. Los señores del “Seprona” ¿a que se dedican aparte de
denunciar a cazadores descuidados? ¿No es su responsabilidad el velar por las
callejas, caminos y cordeles? No lo sé, por eso pregunto. Pero mosquea mucho
que estas callejas que son bastante transitadas por senderistas, ciclistas y
conductores de motos, estén cortadas a su antojo por estos señores. Esperemos
que este escrito caiga en manos de la autoridad competente y tome medidas.
Una vez alcanzado el rio Magasca, según la ruta, hay que
cruzar la carretera nacional V. Detrás del restaurante Magasca continua la
misma y cruzando por encima del antiguo puente, giramos bruscamente a la
izquierda donde el cordel nos espera para continuar la ruta.
Da gusto el poder ver cómo van los ríos este año de agua.
Merece mucho la pena poder hacer cientos de fotos para, seguramente, que en épocas
de sequia, poder recordar por donde iba el agua. Un poco más adelante hemos
optado por comernos el correspondiente tente en pié, que no por ir menos
componentes, íbamos a perdonar. Una vez acabado de comer, hemos continuado la
marcha con el mosqueo de comprobar cómo iba de agua el arroyo “Matacordero”, el
cual debe su nombre por lo visto a una tormenta caída que sorprendió a un
rebaño que pastaba en sus proximidades y que se vio devorado por el agua que
dicho regato llegó a acumular. Fueron varios los corderos que se ahogaron y de ahí
viene su nombre.
Hoy como podíamos imaginar venia aventado y era imposible el
cruzar por el cordel. Así, hemos tenido que desviarnos por la finca colindante
para buscar un puente por donde poder atravesar dicho regato. Una vez cruzado
hemos vuelto a la ruta hasta llegar al puente antiguo, en donde de nuevo, hemos
tenido que cambiar el itinerario para no mojarnos los pies más de lo que los llevábamos
mojados.
Por la finca de al lado hemos seguido andando hasta volver a encontrar
otro pequeño puente por el que hemos podido cruzar. Un par de kilómetros más
adelante y con tres bolsas llenas de “pamplinas”, hemos alcanzado la ermita de
Santa Ana, la cual sigue doliendo la vista de ver el lamentable estado en el
que se encuentra y lo que la queda por estar así.
Un poco más adelante volvíamos al silo donde teníamos aparcado
el coche. Después de haber andado unos quince kilómetros más o menos, los cuales
la verdad que se hacen muy cómodamente. Por eso dicha ruta es recomendable de
hacer, pero si es ahora, ir provisto de calzado acuático.
¿Sólo tres?. Ummmm, espero que sea algo ocasional. Por cierto, las fotos son una pasada. Da gusto ver todo tan verdecito y con agua por todos lados.
ResponderEliminarMucho beato y beata en el grupo. jejejejej
ResponderEliminarAh, Domingo de Ramos.
EliminarPodéis disculpadlos entonces, aunque creo que si faltas a una ruta, "no tienes perdón de Dios". Jejejeje