A pesar
de no haber dormido mucho la noche anterior, por culpa de una boda genial; a
las ocho de la mañana habíamos quedado en nuestro habitual sitio de partida, es
decir, la plaza de Huertas. Allí, a punto de comenzar la marcha, me esperaban
mis compañeros de ruta.
El día
amenazaba lluvia y la noche había sido también lluviosa, que junto a la caída en
los días anteriores, podíamos imaginarnos como se encontraban todos los caminos.
La ruta
de hoy comenzaba en Valdefuentes, allí se ha celebrado durante todo el fin de
semana, la feria agroalimentaria, la cual hemos podido visitar una vez acabada
dicha ruta.
Nosotros
solo nos hemos juntado seis componentes, pero allí, nos esperaban miembros del
club senderista amigo de la localidad de Almoharin, además de gente del propio
pueblo de Valdefuentes. Todos juntos y con el buen rollo que reina entre todos,
nos hemos puesto en marcha.
Era impresionante
el estado de todas las cercas, callejas, cordeles…etc. Que cantidad de agua por
todos los sitios. Los organizadores de la ruta han tenido que cambiar el
itinerario de la misma, puesto que por donde tenían planeado ir, era imposible
pasar. Así nos hemos dedicado a rodear el pueblo por las callejas más
transitables que había y la verdad que
hemos podido apreciar poco la vistosidad de la ruta, la cual según ellos,
es muy bonita cuando se puede realizar por su trazado normal.
Al
alcanzar el puente romano sobre el rio Salor, ha sido quizás la parte más
bonita de la ruta. Allí hemos comprobado el nivel de agua embalsada que llevaba
dicho rio y hemos podido fotografiarlo. Unos metros más adelante, nos era
imposible seguir andando por el cordel que lo íbamos haciendo, dado que el rio,
había absorbido dicho camino. Justo en ese momento nos ha comenzado a llover.
Es la primera ruta desde que empezamos a andar hace ya mismo un año, que nos
llueve tanto. Una experiencia nueva que hemos comprobado en nuestros huesos.
Ante lo
oscuro que pintaba el día, hemos decidido entre todos emprender la vuelta hasta
el pueblo, donde en su coqueta casa de cultura, nos han ofrecido tomarnos un
vino y un pincho, que a esas horas ya iba apeteciendo, puesto que en la ruta no
hemos parado a comer nada, dado que no hemos encontrado el lugar idóneo para
hacerlo y cuando habíamos decido de parar, ha sido cuando ha comenzado a
llover.
En
definitiva un domingo más que hemos conocido otro pueblo nuevo y gente nueva y
agradable. Además de volver a pasar otro domingo con nuestros amigos de
Almoharin y alrededores. Una pena que el tiempo no nos haya acompañado, por lo
que seguramente, nos volvamos a replantear al año que viene repetir ruta,
esperando poder realizarla completa.
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