Capitulo 507: Sin pan ni circo.

Primer jueves de mes y como estos seis años atrás, me dispongo a ducharme, ponerme cómodo, cenar y subirme a Trujillo. Llevo conmigo a mis dos peques, que se están festejando más que yo, el festival de los Pueblos del mundo.

Fruto de llevarles a contemplar dicho espectáculo, es el saber que en días posteriores me estarán cosiendo a preguntas sobre las nacionalidades de los grupos, donde están esos pueblos en el mapa. Cuáles son sus bailes típicos, que trajes son los que más nos han gustado. Donde se quedan a dormir, y en definitiva a vivir cuando están en España, etc. Es un buen debate el que se plantea a posteriori en mi casa, que seguramente se alarga varios días. Más aun, cuando en canal Extremadura televisión, vemos días después, algún reportaje de alguno de los grupos que hemos visto en dicha gala inaugural. Entonces a mis pequeños y a mí, nos vuelven sus actuaciones a la cabeza y volvemos a recordar cual estuvo mejor para nosotros y cual actuación nos pareció más rara, y no por eso fea, a todos.

Pero este año nos quedamos con las ganas de volver a disfrutar de este gran espectáculo, que cierto es, no tiene la repercusión que se merece en la ciudad de Trujillo. De sobra lo sabemos los asiduos a dicho festival, al comprobar, que son muchos los visitantes de pueblos de alrededor, los que llenan las sillas, dada la dejadez de esta ciudad en materia de folklore… y algo más.

Después de hablar con el presidente de la asociación extremeña de folklore, (Francisco Muñoz) el cual he de decir que me contestó rápidamente y amablemente, a mis dudas en cuanto a dicho festival, me quedé todavía más cabreado si cabe, al saber que el ayuntamiento de la muy noble y leal ciudad de Trujillo, no había solicitado a la asociación, que dicho festival se volviera a realizar en Trujillo. Desde el consistorio se defienden alegando que no sabían que hubiera que solicitar tal evento, seguramente que se creerían que esta gala, estaba asignada a Trujillo perpetuamente. Muy hábilmente el alcalde de Plasencia, se antepuso a nadie a la hora de pedir dicho festejo, así que, en lugar de celebrarse en Trujillo, por séptimo año consecutivo, este año vuela hacia Plasencia. Y lo malo no es eso, lo malo es que todo lo que vuela un año de Trujillo, pierde la memoria para coger el camino de vuelta y suelen perderse por el camino.

Algunos hace un par de años, cuando se cambió el lugar de celebración de dicha gala, ya dijimos que sacarla fuera de la plaza Mayor nos parecía un atropello a dicho evento. Poder ver entrar por varias calles distintas a los diferentes grupos, era un espectáculo inigualable que solo podía llevarse a cabo en la majestuosa plaza.

 Los que defendieron el cambio alegaron historias de sonido, como si en la “Jaula de los leones” se oyera mejor. El problema al menos para mí, es que dicha gala no se anuncia lo suficiente por toda la comarca, incluso ahora con las redes sociales, podías anunciarla mucho más lejos, para que la plaza mayor no pareciera tan huérfana de público, como años atrás. Una de las cosas para hacer que un evento perdure en el tiempo, es intentar mejorarle año tras año. Insistir a la ciudad en que dicho espectáculo es único, además de gratuito, otra cosa que hoy en día se mira más si cabe.

Bueno, pues nada, como dice el dicho “ajo y agua”, hoy cuando den las diez y media me acordaré de lo bien que se lo tienen que estar pasando en Plasencia, público y hosteleros. Porque digo yo que algún refresco más lograran vender esta noche, como años atrás han vendido los afortunados hosteleros de Trujillo, a los que dicha gala, se la colocaban delante de su negocio. ¡Qué cosas!

Menos mal que siempre nos quedará el Festival de Valfermoso, a los que preferimos el folklore a las juras de bandera, las cuales no olvida pedir nuestro consistorio, faltaría más.