sábado, 24 de agosto de 2013

Capitulo 514: Primera ruta nocturna.




Después de más de año y medio queriendo realizar nuestra primera ruta nocturna, anoche logramos realizarla. No fue uno de los mejores días para hacerla, puesto que la luna llena fue la noche del martes y anoche viernes, se notaba que había perdido claridad. Pero es cierto que eso no fue problema para que a las diez de la noche, quedáramos en la plaza de Huertas, nos montáramos en los coches y pusiéramos rumbo hasta el mercado regional de ganados de Trujillo, donde dejábamos los coches para justo en frente, arrancar la ruta que habíamos decidido hacer.

Dicha ruta es la que tiene marcada ADICOMT, y alguno de los miembros del grupo, ya la habíamos realizado una vez, aunque bien es cierto que no tuvo nada que ver aquel día, con lo vivido anoche. No solo por hacerla a diferente hora, sino también porque aquella primera vez que la realizamos, el terreno debido a las lluvias caídas, fue todo una laguna en prácticamente todo el recorrido.

Anoche equipados con linternas unos, y otros con los modernos cascos mineros que alumbran una barbaridad, comenzamos la andadura entre risas e ilusión.

En los primeros compases de la ruta no se veía casi nada sin alumbrar con los instrumentos. Bien es cierto que hasta las once y media no subió la luna hasta una altura considerable, para que nos pudiera iluminar el camino. A partir de ese momento, fuimos todo el camino sin luz artificial, solamente acompañados por la luz de la luna, la cual era todo un espectáculo.

Al pasar la ruta por el único bar que nos cogía de paso, optamos por hacer una parada para bebernos una cerveza fresquita, dado que a pesar de ser de noche, hacía calor andando. Una vez que nos refrescamos, continuamos andando en busca del puente antiguo sobre el rio Magasca, lugar que habíamos elegido para comernos el bocata, aunque algunos despistados por culpa del cambio de horario, no llevamos nada más que fruta, sin saber que el chorizo y la patatera habitual, entra bien a cualquier hora.

Allí, entre medio de risas y cachondeo, estuvimos como veinte minutos de parada. Los quince que nos juntamos después de recoger el campamento, continuamos dirección Trujillo, en la parte más dura del recorrido, que transcurría por alguna cuesta algo pronunciada.

Entre sombras, risas y algún que otro susto, logramos alcanzar el final de la ruta, para mi gusto, quizás algo más deprisa de lo que me imaginaba que íbamos a tardar. Seguro que la culpa la tuvo las ganas de coger la cama que algunos tenían y el fresquito que hacia andando sobre las dos de la mañana, hora en que dimos por concluida la ruta.


Contentos todos los que fuimos y con ganas de repetir no muy tarde otra ruta nocturna. Esperemos juntarnos alguno más de los que fuimos.

1 comentario:

  1. Os vais superando por momentos, tanto por la cantidad de asistentes como por lo novedoso de las condiciones.
    Enhorabuena y a seguir creciendo.

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