martes, 7 de mayo de 2013

Capitulo 479: Vergüenza ajena.


Después de analizar fríamente uno de los actos más vergonzosos que han ocurrido durante la feria del queso, no puedo dejar de escribir algo sobre ello.

Desearía de todo corazón que todo lo ocurrido hubiera sido un mal entendido, pero después de leer a los padres de la criatura, veo que no. Que el agente de la ley y el orden, no fue con buenas intenciones y buenas maneras. Porque así debería de haber actuado, más aun, sabiendo que los implicados en el tema, eran extranjeros, y quizás, no estén tan puestos en nuestra particular “cultura”, que si es esta la que ha mostrado este agente, prefiero decir que soy de Holanda también.

Han sido muchos los comentarios al respecto de la noticia que me han llegado. Mucha gente de toda España compartiendo el artículo que aparece en el periódico la opinión, diciendo la mayoría, que es vergonzoso lo ocurrido y preguntándome si así actúa normalmente la policía en nuestra ciudad.

Uno que presume de tener amigos en toda la península y por suerte, también algunos repartidos por toda Europa, se niega a decir que este agente es paisano mío. Que no, que yo me niego a compartir ciudad con gente así.

Primero fueron a por los chavales que jugaban al balón en la plaza mayor trujillana. Mandados sin duda alguna por nuestros gobernantes, que parecen anclados en aquellos años de los que nadie se quiere acordar o quizás ellos sí. Ahora por lo visto molesta un niño tocando un violín en la calle tiendas, que tiene abierta la funda del mismo para que los viandantes que quieran, depositen unas monedas. Parece ser que eso es explotación infantil según este agente, que no sabemos de qué academia habrá salido, pero lo que sí sabemos es que ve mucha televisión.

Que digo yo que viendo al padre allí con el chiquillo se puede uno hacer una idea de lo que aquello significaba. Porque en Trujillo nos conocemos todos, para lo bueno y para lo malo. No me vale la excusa de que no era conocido para el agente el padre, ni  tampoco el niño. Si es así, primero uno se informa antes de acusar de algo tan grave a nadie y luego con buenas palabras, le explicas al señor, lo que según tú, está prohibido.

Estoy harto de que Trujillo salga a la palestra por cosas que solo pasan aquí. Cosas que parecen tercermundistas y de las que cualquier ciudadano trujillano, se avergüenza. Me encantaría ver a Trujillo en noticias de otro tipo, como por ejemplo la feria del queso, que este año ha sido un éxito. Pero no, siempre tiene que haber algo que lo estropee todo y nos haga sentirnos mal.

Me dan ganas de juntar a todos los niños de la ciudad y hacer una quedada en la plaza mayor. Cada uno con un balón de futbol y ponernos todos a jugar allí. A continuación, irnos a la calle tiendas con todos los instrumentos que posean y ponernos a tocar allí. Además de poner una manta para recaudar alguna monedilla. Con ese dinero, comprarnos más balones o mejor aún, guardarlo para pagar dicha multa, que seguramente nos pondrían los rancios.

Me viene a la memoria una despedida de soltero en la que ya de mañana, nos quedamos sin dinero para seguir de fiesta. El caso es que se nos ocurrió hacer de mendigos y ponernos a pedir en la misma calle que ocurrieron los hechos. Recuerdo que en poco más de una hora sacamos casi dos mil pesetas, lo justo para pagar la roncha que teníamos en el bar de al lado, que pacientemente el camarero, esperaba a que juntáramos el dinero.

Aquel día si nos hubieran visto los policías, nos hubieran denunciado seguramente. Y aquella denuncia si hubiera estado bien puesta. Pero lo de este hombre y su niño es para clamar al cielo.
Solo espero que quien tenga que hacerlo, pida perdón a dicho ciudadano. Y que por supuesto no vuelva a ocurrir nunca más.

A Herman (padre de la criatura) decirle que recapacite y no se vaya de la ciudad, que tenga claro que este altercado que ha tenido es totalmente contrario al sentir de la mayoría de la ciudad. Que sin duda todos le apoyamos o por lo menos la mayoría. Siempre habrá el típico rancio que esté de acuerdo con la acusación que contra él, han vertido. Pero por suerte son los mínimos.

Solo espero volver a ver tocar a este niño cualquier domingo mañanero en cualquier calle de la ciudad y si no puede recaudar nada para comprar las cuerdas a su violín, que no se desanime, siempre existe la posibilidad de “convidarle” (como decía mi abuela), sin que ningún policía salido de la serie los “Hombres de Paco”, nos vea.

http://www.laopiniondetrujillo.com/opinion/director/bochorno-policial/20130506190804001050.html#.UYfmFOAaEjM.facebook

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