Cuando crees que por estar todo el día en el campo,
nada te puede llegar a sorprender mas, de todo lo hasta ahora conocido, casi
sin quererlo te topas con ella.
Un sitio tranquilo, el cual prefiero no revelar por
si le puede venir mal a ella. Allí estaba, la miro un par de veces y la
confundo con un pato silvestre, el cual entraba y sacaba la cabeza muy deprisa
como si de una danza se tratara. Dejo de mirarla un momento por culpa de un
enorme cardillo que llamaba mi atención por lo grande que era. Abro el saco y
le introduzco dentro de él. Ya va pesando bastante, la jornada se esta dando
bien y en poco mas de una hora, tenemos el saco lleno.
Sin olvidarme de lo que yo creía que era un pato,
ando sigilosamente por la orilla del rio para ver si me puedo acercar un poco más
y verle mejor. Sé que lo que el tarde en verme, saldrá volando del agua rápidamente,
por lo que voy sin prisas ninguna a su encuentro. Antes de quedarme solo
delante de el sin que ningún junco, ni ningún zarzal pueda camuflarme, me topo
con otro inmenso cardillo, el cual hace que me vuelva a despistar de mi
avistamiento, aunque no me preocupa dejar escapar al pato sin poder verle mas
cerca.
Una vez puesto a buen recaudo el cardillo arrancado al campo, levanto mi
vista de nuevo dirección al rio. Me quedo inmóvil de pronto, no soy capaz de
hacer ningún movimiento al descubrir que lo que yo daba como un pato, se había convertido
en una joven nutria. Me restriego los ojos extrañados y vuelvo a mirar al rio,
si, allí estaba ella disfrutando de un buen baño en un lugar tranquilo y único a
la vez. Solos los dos, frente a frente sin poder decirnos nada. A ella no le
estorbaba mi presencia, quizás por que nunca había logrado hacer de estatua
tanto rato. Inmóvil, casi sin pestañear seguía disfrutando de aquella danza que
mi amiga la nutria interpretaba solo para mí. De repente me acuerdo del móvil.
Me toco el bolsillo derecho en un acto que casi me cuesta el no volver a ver a
mi amiga y me reprendo yo solo por haber intentado eso. Esta claro que esa
danza es solo para mí. La nutria me vuelve a mirar y en un gesto casi de
persona me hace la señal de que si saco el móvil o cualquier otro objeto, el
baile se acaba.
Con un movimiento sutil de cabeza, asiento diciendo
que estoy de acuerdo y que no pare de danzar. Ella entra y sale del agua como
buena nadadora, viene y va de una orilla a la otra y yo allí, quieto como un
mimo y sin ser capaz de quitarme la idea de fotografiar ese momento. En un
reflejo propio del ser humano vuelvo en busca del móvil en mi bolsillo derecho.
La nutria se percata de ello y haciendo uso del trato que habíamos firmado los
dos, solo con los gestos. Suspende el baile y se refugia dentro del agua. Torpe
de mi no atino a buscar la cámara del móvil, tardo una eternidad en hacerlo y
cuando lo consigo, mi compañera y ya enemiga nutria, ha desaparecido.
Ahora tardo en volver a reaccionar, me culpo y me
insulto yo mismo, como he podido romper el pacto que habíamos firmado solo por
tener una foto de recuerdo, cuando el mejor recuerdo que podía tener, era aquel
impresionante baile que mi amiga la nutria, me ofrecía solo para mi.
Con el saco al hombro lleno de cardillos abandono la
pista de baile, no sin antes volver a mirar hacia donde minutos antes, aquella
artista estaba actuando. No está, solo queda el recuerdo de las ondas en el
agua que poco a poco dejan de moverse para volver a la calma que reinaba allí antes
de aparecer aquel precioso animal.
Varias horas después de haber presenciado aquello lo
reflejo en este articulo, y puedo jurar que cierro los ojos y veo perfectamente
aquel animal, el cual y gracias al respeto, me ha enseñado lo que nos pueden
llegar a ofrecer a los seres humanos, que por otro lado y como siempre somos
los primeros en romper los pactos.
Una pena, yo que me consideraba diferente a los demás,
hoy me ha enseñado la nutria que soy uno más de los seres humanos que rompen
pactos y amistades, solo por querer presumir de algo que no nos pertenece. Solo
espero que lo de hoy me haga recapacitar y si me vuelvo a encontrar con dicha
escena, prometo coger un buen sitio y disfrutar yo solo de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario