La llamo así por el motivo de que esta ruta fue la segunda
que el grupo ya realizó en su segunda salida que realizamos allá por el mes de abril.
La de hoy no ha tenido nada que ver sin duda con aquella otra que hicimos. El
aspecto que el campo ofrecía en el día de hoy, alegraba la vista. La tónica de
las últimas salidas es ver agua por cualquier lado, mojarte los pies en cada
uno de los regatos por los cuales atravesamos y disfrutar del campo como a
todos nos gusta, lleno de agua y a la vez lleno de vida.
Esta ruta de hoy es una de las cuales tenemos más cariño en
nuestro grupo y la que quizás con un poco de ayuda por parte del consistorio,
lleguemos un día a marcar para que otros visitantes de otros grupos, puedan
venir a realizarla.
La ruta comenzaría en la plaza de Huertas y saldríamos dirección
la fuentecilla, la cual es una de las joyas que se pueden visitar en el
trayecto. Sobre todo ahora en este tiempo que rebosa agua por todos lados. Allí
se pondría un cartel explicando lo que es aquello y señalizando la siguiente
parada que no es otra que el famoso “caño”. Hoy volvimos a cumplir la tradición
de beber de su agua al pasar por él. Otro cartel explicaría lo que significa
esa fuente para el pueblo.
Desde allí nos encaminaríamos hasta el molino de la
cerca de la charca, el cual en su mal estado de conservación, deja ver todavía lo
que era aquello y para lo que se utilizaba. Unos metros más adelante se
encuentra el pozo de San Antón, el cual alberga una de las historias más
antiguas que se conocen sobre Huertas y que tienen que ver con un
envenenamiento que hubo en aquella zona y que acabó con todos los habitantes de
aquel lugar. Historia que muchos Huerteños no conocen y que habría que contar más
a menudo.
Un kilometro más adelante se encuentra el puente sobre el
rio Merlinejo, el cual es otra joya del recorrido y que a pesar de los años y
su poco dinero invertido en su conservación, sigue en pie. Ni que decir tiene
que ahora tiene unas vistas espectaculares al ver el agua que corre bajo sus
arcos.
Desde allí nos encaminamos a los caserones que quedan en pie
de la finca de “El barranco”, lugar donde muchos de nuestros vecinos vivieron
años atrás y que a día de hoy no queda casi nada en pie. Es una pena que tantas
subvenciones como se han dado a muchos ganaderos, no hayan servido nunca para mantener
dichos cortijos en pie y si para comprar buenos coches…
Desde allí se puede ver a lo lejos el cortijo de Torre Aguda
el cual es impresionante por su tamaño. Antes de llegar a él nos gusta pasar
por el pozo que hay en la huerta de el barranco y allí hoy nos hemos vuelto a
comer el bocata. Este pozo no sabemos si tiene nombre o no, si alguien lo
supiera nos gustaría que nos lo dijera, si no es así, estamos pensando en
bautizarle nosotros mismos para añadirle al plano de la ruta.
Llegados al palacio de Torre aguda y contemplado su
hermosura por los alrededores, nos encaminamos por la calleja que existe de
momento hasta la dehesilla. Y digo existe de momento porque por lo visto algún listo
se quiere hacer con ella poniendo cancillas, como si aquello fuera suyo.
Lamentable el ir a cualquier lado y presenciar siempre lo mismo.
Llegados a dicha calleja y subiendo la única cuesta que
existe en el recorrido, alcanzamos la dehesilla. A lo lejos vemos la cerca de
los almendros donde más de uno recuerda años atrás como habían estado varias
veces allí de campo incluso algún accidente allí ocurrido.
Desde allí vemos uno de los canchos más emblemático de
Huertas y que no es otro que el cancho de la gaita, en el cual también había que
poner un cartel anunciando su presencia. Desde allí nos encaminamos dirección a
una de las últimas fuentes que hay en el recorrido y que es llamada por los vecinos
como la Fuente de los borrachos, la cual estamos pensando también en arreglar
un poco dado su estado. Queremos hacer más o menos como lo que hay hecho en el
caño, para de esa forma conservarla mejor y el agua estar más limpia, cosa que
ahora al estar casi descubierta, no se puede beber.
Una vez allí nos queda poco recorrido de la ruta. El próximo
destino es el charco de Tía Rentera, el cual también es uno de los más famosos
que existe en Huertas y la ultima fuente del recorrido, la cual al igual que
las otras anteriores a día de hoy esta preciosa.
Para finalizar dicho recorrido, hay que pasar delante de una
mole de granito la cual se ha encargado de romper cientos, yo diría miles de
pantalones a muchos de los Huerteños, los cuales se han resbalado por su
empinada rampa. El resbaladero es otro de los sitios míticos de Huertas y el
cual hay que enseñar también en la ruta.
Bueno, pues esta ha sido la ruta que hemos hecho hoy y como podéis
comprobar, debería de ser de obligado cumplimiento el hacerla por parte de los Huerteños.
Queremos quedar reseña de ella, no sin antes hablar con el ayuntamiento, porque
dicha ruta debería de estar en los catálogos de turismo una vez marcada y
preparada. Que no todo son criticas como podéis comprobar, también nos gusta
colaborar en cosas que creemos que podemos hacer y que no son caras de
realizar. Aunque algunos piensen lo contrario, también nos gusta colaborar con
nuestro pueblo y esta es una ocasión única de hacerlo por parte del grupo.
Así mismo, ya sabéis la decisión tomada en el grupo de
cerrar la página de facebook solo a integrantes activos del mismo, que por lo
menos una vez hayan venido a andar. Espero que no se enfaden mucho los demás integrantes
de la página y comprendan y respeten tal decisión.
La próxima ruta la haremos a Jaraicejo, domingo a las ocho
en la plaza de Huertas y desde allí cogeremos los coches para ir hasta el comienzo
de la ruta.
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