No puedo
ocultar mi alegría el día que me enteré de esta iniciativa que se había tomado
desde la fundación Xavier de Salas.
Los que somos asiduos a pasear por nuestro
entorno, sabemos perfectamente el estado en que se encuentra. Lo malo que no es
solo alrededor de la parte antigua donde se concentra la suciedad. Vayas por
donde vayas andando te puedes encontrar desde una botella de plástico, pasando
por los cartuchos vacios de los cazadores, algún embase de vidrio o papel de
aluminio.
Algunos la
limpieza intentamos hacerla todos los días que salimos de paseo, aunque bien es
cierto que ya te cansas de recoger porquería de los desalmados que la dejan por
todos lados. Normalmente suelo llevar una bolsa de plástico vacía donde voy
depositando lo que me encuentro, aunque bien es verdad que cada día lo hago
menos.
Creo que
aparte de hacer dicha limpieza, se necesita concienciar desde los más pequeños
a los más mayores, aunque estos últimos será difícil hacerles cambiar.
Da verdadera
lástima pasar por la puerta del instituto cualquier día después del recreo y
ver como lo han dejado todo de bolsas vacías, papeles tirados y cualquier cosa más
que te puedas imaginar. No es lógico que en la puerta de un centro de “enseñanza”
se permitan estas cosas o por lo menos yo, no se la encuentro.
Este acto de
marranos debería de estar más castigado, aunque no he pensado la manera en la
que podría hacerse. Esas bolsas que se tiran al suelo, muchas de ellas son las
que te encuentras luego en el campo, además de que estos jóvenes cuando salen
al mismo, harán lo que hacen en la ciudad, tirarlo todo al suelo.
A nuestros
pequeños cuando vamos al campo les tenemos la guerra declarada en ese aspecto e
intentamos que sean lo menos sucios posibles, aunque siempre algún papel o algún
vaso se les escapa. Pero luego estamos los mayores al quite para no dejarle en
el suelo.
Otra cosa
que no veo bien y no se a que es debido, son los vendedores del mercadillo de
los jueves. No he comprendido nunca que tengan que ir a limpiarles los puestos
donde han estado instalados. No creo que en el contrato de montaje de puesto
venga una cláusula escrita, la cual te da permiso para dejar allí todos los plásticos
y las cajas vacías de lo que has vendido (si existe esa cláusula me da algo).
Me parece un acto de marranería hacer eso. Cuando lo lógico sería que cada uno
depositara sus basuras en los contenedores habilitados y no a lo que están acostumbrados
desde hace años. Pienso que esto si sería más fácil de controlar, puesto que
sabes el número de puesto de cada vendedor y no habría excusa posible para
negar la evidencia.
Sin ir más
lejos estos días por la feria “agroganadera”, se han instalado fuera del
mercado unos puestos de juguetes, turrones y hasta una churrería. Bien, pues me
hubiera gustado que hubieseis visto como han quedado aquello, tuve la suerte de
pasar el mismo lunes por allí y me dio verdadero asco. ¿Qué derecho tienen a
ser tan guarros? ¿La feria del ganado, era dentro del mercado o fuera? Lo digo
por los animales…
Esos plásticos
y demás desperdicios, el aire los había llevado ya hasta el campo de San Juan y
sin darte cuenta en un instante, se van hasta el campo donde tardaran años en
limpiarse. Los mismos que se ha tardado en organizar estas batidas de limpieza.
Ahora espero
que no sean solo por la parte antigua y se lleven a cabo en más sitios, aunque
creo que lo primordial es lo que he comentado, hacer campaña en colegios e
institutos que sin duda, están dejados de la mano.
Los demás seguiremos
con nuestra campaña de, “Llévate una bolsa en un bolsillo y llénala de plásticos
en el campo”. Triste pero cierto.
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