Muy señor mío, alcalde de la muy noble y leal villa de
Trujillo. (Así empezaría una carta bien escrita de alguien con estudios, como
yo no los tengo la empezaré como crea conveniente)
Señor alcalde de Trujillo:
Después de algún tiempo
desde que escribí mi primera carta hacia usted desde mi blog, veo que casi nada
ha cambiado. Usted y toda su “corropla” están demostrando a la ciudadanía, como
da igual que seas de un partido o de otro a la hora de llegar al poder.
Fueron tantas las promesas que usted realizó al confeccionar
su programa, que hasta usted y sus votantes sabían que iba a ser imposible
cumplir si quiera, el 20% de las mismas.
Los anteriores mandatarios se lo pusieron tan a huevos, que
usted sabia que con poco que hiciera en la ciudad, iba a tener contentos a
todos sus votantes. Pero una cosa era hacer poco y otra cosa es no hacer nada.
Tengo por aquí aquel famoso programa que usted presentó en su candidatura,
porque tengo la manía de guardarlos todos, para así llegado el momento de
rendir cuentas, no hable uno de oídas nada más.
El escribir la carta ahora es arriesgado, puesto que usted
me puede contestar con un seco: “queda mucho de legislatura”. Pero por otro
lado tendré la carta bien guardada para cuando llegue ese momento, yo le pueda
contestar con un: “hace tiempo que lo escribí”.
A pesar de que el primer año se lo ha pasado usted echando
la culpa a los que había anteriormente, es verdad que eso lo suelen hacer todos
los que llegan. Usted dijo que no iban a ser iguales ni tampoco que iban a
actuar igual. Menos mal…
Pregonó por toda la ciudad que iba a sacar todos los trapos
sucios del ayuntamiento, que iba a aclarar todas las cuentas dudosas que existían.
Que iba a acabar con el amiguismo y el que entrara a trabajar con usted, seria
por meritos propios. Permítame que dude esas palabras visto lo que todos
estamos viendo. No he visto publicado por ningún lado el puesto de fotógrafo del
ayuntamiento, por el cual está usted pagando 10.000 euros anuales, a lo mejor
hasta me hubiera presentado a dicha convocatoria, que la cosa de albañilería está
muy mala, tanto, que para el puesto de encargado están pidiendo ustedes
arquitectura, casi nada. Si hubiera estudiado yo arquitectura, seguramente que estaría
imputado por alguna “cagada” que hubiera cometido, porque a lo mejor hubiera
estado trabajando en el ayuntamiento, quien sabe.
Por otro lado prometió crear puestos de trabajo, usted
estaba ilusionado con el polígono que Trujillo poseía y que los anteriores
mandatarios, no habían sabido aprovechar según sus propias palabras. El polígono
no sigue igual que antes, sigue peor que antes de venir usted, está lo justo
para grabar una película de fantasmas. Ni una sola empresa nueva hay, es más,
han cerrado por lo menos que yo sepa, un par de ellas y alguna mas anda en
puertas.
Claro, aquí se agarrará usted al tema de la crisis y todo
ese rollo que tienen ustedes en la manga. Pero eso ya lo sabían ustedes antes
de presentarse a este cargo, por lo menos muchos ya sabíamos lo que se
avecinaba, quizás por eso decidimos no presentarnos a tal cargo, puesto que ser
alcalde consiste entre otras cosas, en dejarte la piel por tus vecinos, sin
mirar mas allá de la ciudad de Trujillo.
Lo que si he visto repuntar algo, ha sido el tema de
cultura, pero todavía estamos a años luz de lo que debería de significar esa
palabra en Trujillo.
Si bajamos a Huertas y miramos todas las promesas que tiene
usted en su panfleto, le queda poco tiempo para hacer si quiera, alguna de las
muchas cosas que prometió. Si, es cierto que he visto más de un día a un señor
haciendo fotos a la carretera de los perales, será el principio de su arreglo.
Arreglo por otra parte que el señor presidente de la diputación dijo, que se lo
debían al pueblo de Huertas, que estaban en deuda con él. He de decir que me
descolocaron aquellas palabras, cuando uno no tiene la conciencia tranquila, no
puede dormir tranquilo. Deuda, deuda histórica… ¿de qué me suenan esas
palabras?
Muchas promesas, muchas palmadas en las espaldas de muchos
vecinos, muchas cosas en el tintero para inaugurar cuando mejor nos vengan.
Sabe a qué me refiero ¿verdad?
Las calles del pueblo se caen a trozos, baches que ocupan
toda la calle, averías en conducciones de agua, hablando de agua, vaya palo que
nos han dado en el recibo ¿no? Subir impuestos no venia reflejado en su
panfleto, todo lo contrario pone en el. Que poca memoria.
Club juvenil de Huertas todo preparado y casualidades de la
vida falta un papel. Dicho papel le conseguiremos para cuando no haya ninguna
tuna cantando en la plaza, ningún coro cantando en alguna iglesia. Ninguna folclórica
cantando en el teatro (teatro por llamarlo de alguna manera), así nos
aseguramos un acto de renombre para acallar las voces que puedan empezar a levantarse.
Si queréis colgaros medallas, la del club juvenil no es vuestra, hace años que
la asociación de tiempo libre lleva detrás de ello, pero como bien dicen ellos,
que se cuelguen todas las medallas que quieran, pero que lo abran ya.
Hablando de medallas, lo presenciado hoy en Trujillo es para
levantar el brazo y decir ya basta, por no decir otra cosa. Si hoy ha podido
usted jurar bandera por fin, (a otros nos hicieron jurarla a la fuerza). Ya
vale de distraer a la población con estas milongas que lo único que acarrean es
mal rollo entre sus vecinos, además de algún gasto que seguro que ustedes
trataran de camuflar. Seria duro que la población se enterara que el dinero de
Trujillo se lo llevan tunos y militares, mientras muchos de sus habitantes, nos
comemos los mocos esperando a un trabajo digno. Espero que no haga falta jurar
bandera para merecer trabajar en el ayuntamiento, puesto que si es así, yo, y
otros pocos como yo vamos dados.
Lo siguiente después de haber visto la plaza de Trujillo
como a usted le gusta, llena de banderas, puede ser una exhibición de karts. Así
los que no tienen carnet de conducir pueden aprovechar y sacársele, para no
tener que pagar un sueldo de chofer. Y ese dinero, invertirle en dos operarios
a media jornada. Operarios por otro lado, que suden su sueldo, que ya vale de
entrar a currar en el ayuntamiento a sabiendas de que te vas a tocar las “albaidas”
seis meses mínimo, ganando un jornal que ninguna empresa te lo va a pagar. Que
somos muchos los que nos partiríamos el lomo por ese jornal y no nos dan dicha
oportunidad.
Bueno, me voy despidiendo ya, no me gusta ser un “toca huevos”
pero si me gusta ser incomodo para los que gobiernan, porque estáis ahí porque
los vecinos han querido que estéis, aunque alguno ya va echando pestes por la
boca, que se creían, que ustedes eran dioses del universo y con su varita mágica,
cambiarían Trujillo de un solo toquecito. Que ilusos.
Se me olvidaba de comentarle que viendo su acta de senador y
sabiendo lo que cobra, podía llevar alguna propuesta más a dicho senado, aunque
sea solo para rellenar su currículo de senador que está muy pobre.
Sin más se despide de usted un vecino incomodo y parado de
larga duración, que posee bastante memoria…
Una vez le oí al señor Fernández Vara una frase que me encantó. "El ciudadano no regala su voto. Más bien lo presta."
ResponderEliminarYo me permito añadir que más que prestarlo lo apuesta, a ver quién es el que lo hace mejor. A pesar de que, en lugar de apostarlo, debería invertirlo para que él como ciudadano (y la ciudadanía en general) obtuviera beneficios.