Mientras unos se frotaban las manos esperando el
dinero de las entradas vendidas en demasía en el Madrid arena, otros intentaban
hacer su trabajo dentro de aquella fiesta.
Ocho médicos, entre enfermeros y los conductores de
las dos ambulancias que la ley les exigía tener para hacer dicha fiesta.
Casualidades del destino hicieron, que de los dos médicos allí presentes, uno
se tuvo que ausentar porque su mujer se puso de parto. El otro que se quedó, el
jefe de todo lo contratado respecto a la salud, no creyó que para las siete mil
y pico de entradas que se iban a vender, le pudiera hacer falta ninguna ayuda más.
Hoy sale a la luz, que solo en papel, han contado más
de dieciséis mil entradas, a eso, hay que sumarle las que se vendieron por
internet, en total, se puede decir que se triplicó la capacidad del local.
Aquel médico, que por cierto, tiene mas de setenta
años, se vio un poco agobiado cuando le empezaron a llegar los típicos, según él,
comas etílicos. Cosa normal según sus palabras en dichas fiestas. A la pregunta
de si también le llegó algún joven bajo los efectos de la droga, el médico
contesta que solamente un chico entró en la enfermería, diciendo que se había fumado
un porro y estaba algo mareado y con ganas de vomitar.
El caso que cuando se le empezó a amontonar el
trabajo, este doctor parece ser que se agobió mucho y optó por llamar a su
hijo, médico y funcionario del ayuntamiento de Madrid. A la pregunta de si no
se daba cuenta de que allí dentro de aquel recinto había mas gente de la que su
capacidad hacia, el doctor contesta que el no abandonó en ningún momento la enfermería,
por lo tanto no pudo ver nada.
La comisión de investigación que se ha formado para
intentar esclarecer los hechos, se ve llena de impedimentos por todos lados a
la hora de poder trabajar correctamente. Han pedido setenta y cinco comparecencias
y el ayuntamiento, por medio de su alcaldesa, solo les ha concedido alrededor
de veinte. No deja que los médicos del SAMUR que fueron llamados por algún particular,
no por el padre e hijo que no se daban a bastos entre comas etílicos y algún drogata,
comparezcan ante la comisión y aclaren como se produjo la muerte de las tres
chicas que lo hicieron en dicha fiesta.
Este tema huele mal por todos los sitios donde le mires.
Yo no lo tengo claro como ha sido, pero me juego que puede haber sido algo así:
El arrendatario y organizador de la fiesta alquila
el local, sabiendo que la fiesta va a ser un éxito de público. Un negocio
redondo que tal como esta el asunto de malo es un bombazo. Preparan más
entradas de las que por ley pueden, todo esto a sabiendas del ayuntamiento de
Madrid, propietario del pabellón. Estos para que no hablen, son untados con algún
que otro euro, cosa normal en este país donde vivimos, que esta lleno de
mangantes y sinvergüenzas por cualquier lado. La empresa de seguridad en lugar
de llevar gente para quince mil personas, lo hace solo para siete mil, para que
no sospechen de la demasía de entradas. Pero también son untados para seguir la
trama. Los médicos en lugar de ser ocho o alguno mas, pues es solo uno y su
hijo, que es requerido ante la demanda, sobre la marcha. Voluntario, según su
padre a ir a dicho evento.
Esta claro que todos mienten. Y cuando digo todos
van incluidos políticos, organizadores, doctores, miembros de seguridad etc.
Lo
peor de todo, son las cinco victimas que se han ido y sus familias que lloraran
sus perdidas durante mucho tiempo, mientras los culpables de dicha catástrofe,
se irán de rositas porque la justicia es así en este país. Donde el dinero todo
lo puede y ellos lo camuflan con la palabra “casualidad”. Para mi las casualidades
no existen, todo esta premeditado con antelación.