jueves, 2 de junio de 2011

Capitulo 139: Recogiendo "alpacas"






Hoy al ver paquetes de paja tirados en el campo, esperando a ser recogidos, no he podido dejar de acordarme de aquel verano que me tocó recoger paja.

Recuerdo como vinieron a decírmelo a casa, al enterarse que no andaba haciendo nada todavía ese verano, lógico cuando solo tenía 15 años y lo más normal era estar estudiando, bueno, normal no, porque ya todos mis amigos estaban currando, apenas un par de ellos eran los que quedaban estudiando ; me propusieron estar todo el verano recogiendo alpacas en el campo y llevarlas a los pajares de la gente que las compraba, yo había escuchado a gente más mayor que yo, como lo pasaban de bien con ese trabajo, que iluso de mí que me lo creía todo por aquellos años.

El trato fue empezar a las 6,30 de la mañana (con la fresca), cargar el primer camión, llevarle al pajar y volver al campo a por otro porte, volverle a llevar y volverle a colocar, a eso de las 12 de la mañana irnos para casa, hasta las 5 o las 6 de la tarde, hora a la cual volvíamos a dar el último porte del día.
Bien, me parece bien le dije, ahora hablamos de dinero……. Bueno, veras, es que yo estoy pagando 2.500 pesetas al día por los tres portes, si algún día solo damos dos porque esta mas lejos el pajar o el campo, os pago lo mismo ( luego al cabo de los días me di cuenta de que el trato no fue si damos dos os pago lo mismo no, fue si damos 4 cobráis lo mismo, pues era lo que hacíamos casi todos los días), en fin, yo por aquellos años no podía decidir solo y se lo tuve que consultar a mis padres, más bien a mi padre que era el que decidía el trabajo que podíamos desempeñar con esa edad.

Mira padre, que me han ofrecido esto, que hago ¿? Voy o no voy?, su respuesta fue sencilla, tu veras lo que quieres hacer, ese trabajo es muy duro, yo que tu apretaba este verano con los estudios y sacaba todas las que te han quedado, que es mejor estudiar una carrera que estar tirando piedras a los tejados, (sabias palabras) pero ya era tarde, ese año había estado perdiendo el tiempo en el instituto, apenas estudia la primera evaluación y me quedaron 4, a partir de ahí, ya no volví a estudiar mas y solo estuve paseando los libros y deseando de ponerme a currar para poder tener dinero los fines de semana, cuando salías un rato con tus amigos y ellos, que ya curraban todos, manejaban “dinerillo” y tú, pues eso, a verlas venir ¡!!!
Díselo a tu madre a ver que dice ella ¡!, pues lo mismo que el me dijo, así que por la noche estaba llamando a casa del hombre del camión, que sí, que mañana estoy a las seis y media en la puerta de tu casa, vale, mañana nos vemos entonces………..


Allí estaba yo a las seis y cuarto esperando, apenas había podido dormir con los nervios esa noche así que preferí esperar despierto en la puerta del dueño del camión.
Ya está aquí ¿? Me pregunto al verme allí recostado al camión.
_Si, acabo de llegar, le conteste.
_como vienes en “calzonas”?
_Yo que sé, hace mucho calor luego más tarde, le conteste.
_Calor ¿? Si no lo digo por el calor, te has traído una funda o algún mono para ponerte ¿?
_ Yo, no; solo he traído una botella de agua congelada para beber.
_Bueno esta, venga vámonos.
Al llegar a aquel campo y ver la cantidad de alpacas que había allí amontonadas, se me cayeron los palos del sombraje, todas estas ahí que llevarse ¿? Le pregunte.
_Estas, aquellas, las del montón  aquel de allí, me contesto mi “jefe” descojonado de risa.
Venga, empezamos entonces, tu vete arrimando las alpacas al camión, yo con la lanzadera las voy tirando al camión y otro compañero de faena que también venia, estaba subido arriba en el camión para ir colocándolas.
Puedes con ellas, no ¿? Me pregunto.
_Claro, como no voy a poder.
Las diez primeras no pesaban mucho, cuando había arrimado unas cincuenta alpacas, estaba que no podía con mi alma, yo le decía, traigo mas o ya está lleno el camión ¿?
_Lleno?? Faltan otras veinte por lo menos.





Bufff,  cogía la botella del agua helada que llevaba y no podía beber, estaba todavía congelada y no salía ni gota de agua, las piernas me picaban más que si tuviera pulgas y la camiseta la tenia de pinchos llena, que picores por todo el cuerpo.
Al acabar de llenar el primer camión, me parecía mentira que todavía me quedaran otros dos que llenar, y eso que todavía no le habíamos descargado ese, no sabía lo que me esperaba en el pajar.
Tu metete dentro y ves colocando una encima de otra hasta que yo te diga, bueno pensé, me han dado el mejor sitio de trabajo; cuando empezó el pajar a cocer de el calor que hacia allí dentro y las alpacas recién hechas, aquello era peor que una sauna, no sé cuantos kilos pude adelgazar ese día, pero seguro que más que un futbolista en un partido de futbol fijo.
Cuando acabamos de colocar el camión, el jefe y el compañero sacaron un bocata y se le empezaron a comer dentro del camión, allí no podíamos parar ni para comer si quiera, yo no lleve bocata
En el trayecto de vuelta al campo para cargar el segundo camión, di un par de cabezadas de lo cansado que estaba, solo de pensar en lo que me quedaba todavía que currar, me daban ganas de llorar.


Repetimos ritual en el segundo camión y a la una del medio día estaba en casa dándome una ducha y rascándome por todo el cuerpo, tenía las piernas rojas de la paja y los “arrascones” que me había pegado, me bebí mas de dos litros de agua y creo recordar que no anduve comiendo, me acosté directamente hasta las 5 que habíamos quedado para volver, ellos se metieron en un bar a tomarse unas cervezas, yo todavía no tenía un duro siquiera para beberme un refresco, así que les dije que no entraba, que tenia cosas que hacer.

Me llamó mi madre por la tarde para volver a currar y cuando me levanté de siesta me dolían hasta las pestañas, tenía unas agujetas impresionantes en todos los músculos del cuerpo.
Pero el orgullo que tenía uno había que demostrarle y antes de que mi madre me dijera, no vayas que estas hecho  polvo, ya había salido por la puerta.
Cargamos y descargamos dos camiones también por la tarde, así que cuando colocamos la ultima alpaca, no sabía si reírme o llorar, solo tenía  ganas de meterme debajo del grifo y acostarme otra vez, pensando en que al día siguiente me tocaba hacer lo mismo.

Muy duro el trabajo de las alpacas, el que le haya tocado y lea esto seguro que se acuerda de lo mal pagado que estaba, para lo duro que era.

1 comentario:

  1. Joe Fonta, a mi me ha tocado "sólo" descargarlas y colocarlas, pero sólo algún fin de semana asi que se lo que es, pero no lo que debe ser un mes entero!! madre mia. Para mi, lo peor, el día que me toco encima del camión para ir bajandolas y hacía aire, madre mia, no he tragado más polvo y paja en mi vida!!

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