martes, 16 de enero de 2024

Capítulo 1014: El duelo hay que pasarle sólo.



 No han dado las nueve de la mañana y ya suena la puerta de casa, antes de salir a la calle su primer pensamiento va hacia ella. Ahora mismo me paso por el cementerio a verla antes de subirme andando a Trujillo. Mientras pueda no pienso quedarme en casa, parece que me falta el aire y me aburro tanto que solo me da por llorar al acordarme de ella.

Delante de su lápida le cuento lo poco que me ha pasado durante el día anterior y le digo que ya queda menos para reunirme con ella. Aunque la quiero tanto que lejos de desear irme yo antes que ella, prefiero haber pasado yo el dolor de sentir su ausencia.

Saco mi pañuelo y vuelvo a limpiar sobre limpio las letras de ella y me vuelve a venir a la mente aquella fatídica noche en la que ella se fue para siempre. La verdad que la enfermedad que se la llevó la hizo sufrir lo que nunca ella mereció. A pesar de que un mes antes me fue preparando para cuando ella se fuera, yo me negaba a escucharla y terminaba por decirla que no dijera tonterías que ella no se iba a ir.



Pero bien lo sabía, cuando se empeñaba en enseñarme a echar unas lentejas, unos garbanzos, ahora me explicaba como se hacían las sopas y algún que otro día cociné yo para que por lo menos ese momento a ella se le olvidaran los dolores que tenía. Se comió las lentejas tan solo para disimular y decirme que jamás las había comido tan buenas, aunque por dentro yo sabía que aquel plato estaba incomible.

Su empeño fue siempre decirme que no agobiara a mis hijos, que ellos tenían cada uno sus vidas y yo debía de pasar el duelo solo, aunque duela muchísimo...

Y la verdad es que los primeros días nadie te deja solo, pero según van pasando las semanas cada uno vuelve a sus rutinas y el que se queda solo es quien debe pasar el duelo. Las noches son eternas y te despiertas cuarenta veces tocando la cama por si al otro lado está ella y todo lo que ha pasado desearías haberlo soñado, pero no, las lagrimas vuelven a tus ojos y te bebes una poca de agua con una pastilla de esas que dicen que son para dormir y que si te acostumbras a ellas, no vuelves a dormir sin tomártela el resto de tú vida.

Y es cierto que el tiempo lo cura todo, aunque también es cierto que no lo cura del todo y uno aprende a vivir con el dolor y sobre todo aprendes a dejar pasar el tiempo, porque después de estar con tu mujer más de cincuenta años, cuando te quedas solo lo que más tienes es tiempo, tiempo de dar vueltas a las cosas, de maldecir tú mala suerte y de mirar al cielo y hablar con el de arriba para que te de una explicación de porqué te ha dejado solo.



Salgo del cementerio y según voy caminando hacía la puerta pienso que dentro de tres días es su cumpleaños, que curioso que jamás la regalé flores y ahora, los tres últimos años, es el regalo que la traigo...


La verdad que andar me da la vida, encontrarme con vecinos y conocidos me distrae y hace que la mañana se pase antes. Cuando llego a casa es la hora de comer y hoy tengo las lentejas que preparé hace tres días, que no termino de coger la medida para hacerlas para dos días y es raro que no tenga para toda la semana. No son como las que ella me hacía ni mucho menos, pero como no puedo echar las culpas a nadie me las como sin rechistar mirando la cazuela y pensando que tendré lentejas hasta el domingo, aunque seguro que ese día mi hija me trae algo cuando venga de su pueblo a pasar el día conmigo, es la vitamina que me hace falta para afrontar una nueva semana cuando me vuelva a quedar solo.

Porque el duelo hay que pasarlo y aunque no te falten los tuyos, tendrás muchos ratos de estar sólo y es ahí cuando uno se va curando, aunque jamás te cures del todo.




sábado, 30 de diciembre de 2023

Capítulo 1013: La Última, en Vizcaino.

 



Es el mejor rato antes de que cada uno enfile para su casa a cenar con los suyos. Debemos de llegar a la hora justa, ni antes, ni después.

Allí nos encontraremos con otros vecinos y con paisanos de otras partes del pueblo, que tienen por costumbre visitar todos y cada uno de los bares del pueblo. A eso de las ocho y media el bar se va despejando y allí solo nos vamos quedando los que el lugar de la cena nos cae a mano.

En ese momento Manuel con su laúd nos saca las primeras letras a los vecinos que a esa hora el alcohol nos sobra a casi todos. Pero que coño!! si todos cantamos igual de mal ¿nos va a dar vergüenza a estas alturas de la noche?

Manolito chiquito rey de los cielos, rey de los cielos.... nos venimos arriba en esa canción que todos nos sabemos. Acaban de entrar por la puerta mis vecinos "Los Manés" que hoy cenan en casa todos juntos, ahora si que estamos todos!!! 

Carlos "el mayor", le pide a Manuel que le toque una de "labordeta" si puede ser que le acompañe con su laúd mientras el arranca esa tan famosa: " Habrá un día en que todos, al levantar la vista, veremos una tierra, que ponga Libertad... el bueno de Manuel se las sabe todas y claro que acompaña el canto de Carlos que se viene arriba y sigue con su canción favorita dedicada al "Che". Sus hermanos artos de escucharla en casa, le acompañan haciendo un coro que jamás se podría ganar la vida con eso del cante, pero que hoy, ultimo día del año, suena mejor que cualquier opera en el mejor teatro del mundo.



Tío Ignacio sigue abriendo cervezas y poniendo los últimos vinos a los mas mayores, que saben que tienen que irse un poco antes para ayudar a las mujeres a terminar de poner la mesa y abrir las botellas que esa noche caerán en la cena. Tío Juan el Pulga pide una ronda para todos, "padre pan" pone la mano encima del vaso diciendo que no quiere más, pero el Fonta le convence para beberse el ultimo chato del año. Tío Manolo no pone excusa alguna y le acerca el vaso a Ignacio para que le llene. En la cocina del bar huele a gambas y a todos nos da un poco de envidia no cenar allí con ellos y devorar esas inconfundibles gambas dignas y merecedoras de los mejores premios gastronómicos.

Negu al escuchar el alboroto se suma a la fiesta y con una botella de anís vacía, se une a Manuel para seguir cantando villancicos que jamás pasaran de moda en el llano de "Porras".

Entre canción y canción no faltan los chistes de Manuel, que la verdad tiene un don para contarlos y sacarte una sonrisa a pesar de que los chistes no pueden ser mas malos.

Tío Demetrio escurre el vaso antes de marchar y felicitar el año a todos los que nos quedamos.

!Danos otra! miramos el reloj de "raspajilón"  sabiendo que el que llega después de las diez se mama la bronca.



Los que cenan en el bar también van acudiendo y no les importa esperar a que el bar se vaya vaciando para cenar tranquilos, el ambiente es el mejor que se puede tener el ultimo día del año, todos los vecinos juntos cantando y bebiendo a tutiplén.

Hoy es imposible no acordarme de aquellos momentos vividos que ya no volverán, pero que jamás olvidaremos todos los de los barrios de arriba que sin ser una obligación ni ninguna orden, sabíamos que la ultima siempre había que tomársela en Vizcaino porque eso era sinónimo de que el año no podía terminar de mejor forma.

No os preocupéis los que ya no estáis entre nosotros, desde aquí jamás os olvidaremos.

Hasta siempre.










martes, 12 de diciembre de 2023

Capítulo 1012: Volver al "Tinao".



 

Fue entrar en aquel lugar echar un vistazo alrededor y pronto comenzar la cabeza a recordar tiempos pasados.

De repente vi a tío Ángel con su banqueta en la mano y en la otra un cubo de cinc, que colgaba del brazo. Iba camino de las pilas de cantería en las cuales se veía el pienso que echaba a las vacas suizas mientras las ordeñaba. Era la única manera de que se estuvieran quietas y no peligrara el cubo lleno de leche. Se daba buena maña para ordeñar a mano y aunque ya había maquinas en algunas explotaciones, sus vacas tardarían en ver dicho artilugio mientras Tío Ángel siguiera trabajando allí.

Con el cigarro apunto de llegar al filtro, todo se pagaba y había que apurarlos al máximo según él, o ¿acaso te regalan las boquillas? pues se está poniendo a un precio el ducados que vamos a tener que volver al caldo de gallinas, aunque una vez que nos empicamos a lo bueno, cualquiera vuelve a fumar esa pólvora.

Tuvo que ser un domingo como otro cualquiera cuando en lugar de ir a misa de doce, los amigos y yo atravesábamos el resbaladero a la carrera para que nos vieran los menos vecinos posibles, no fueran con el cuento a nuestras madres y ya la tuviéramos liada al volver a la hora de comer.

Debíamos de llamar fuerte a la puerta, puesto que a tío Ángel le gustaba atrancarla por dentro, así evitaba que se colara nadie en el tinao mientras el andaba de aquí para allá a sus quehaceres.



Si nos escuchaba pronto no tardaba en abrir, imaginaba por la hora que era que seríamos nosotros y quieras o no, le veníamos bien a la hora de ordeñar, aunque más de alguna vez nos echara la bronca por enredar con las vacas o con los chotos pequeños, a los cuales les poníamos el jersey delante imitando ser Manolete o Curro Romero. Como si los suizos fueran bravos...

Siempre nos dejaba ordeñar alguna vaca, por lo general a la más mansa que era la vaca que mas quieta se estaba aunque la tocaran manos a las que no estaba acostumbrada. De paso el trago de leche directamente de la teta era obligatorio aunque siempre lo hacíamos cuando Tío Ángel no miraba, por si se le soltaba la mano y la colleja no había Dios que nos la quitara.

Cuando terminaba una vaca, nos tocaba sacarla fuera y entrar otra, mientras otros llenaban la pila de pienso, siempre haciendo caso a las indicaciones del vaquero.

Tío Ángel era un hombre encorvado que andaba más deprisa que lo que le daban de si las piernas, pero era el hombre mas bueno y cariñoso que ningún niño de aquella época podía encontrar en todo el pueblo.

"Llévate unos calostros para tu madre, que seguro que le gustan", nos decía cuando paría alguna de las vacas que tenía, o tráete mañana la lechera que te lleves leche por haberme ayudado. Ese era aquel hombre encorvado que tantos y tantos domingos nos enseñó muchas mas cosas que el evangelio según San Lucas o San Mateo, los cuales andábamos luego preguntando a alguno de los amigos que si habían ido a misa, por si tocaba examen de religión en casa mientras comíamos...

Que gusto da volver a lugares que frecuentamos de pequeños, aunque estén en ruinas la mitad de ellos.








martes, 31 de octubre de 2023

Capítulo 1011: Fin de semana en Cuenca.

 





Pues una vez más y van unas cuantas, volvimos a ponernos en la carretera. La verdad que entre viaje y viaje a pesar de ser cada cuatro meses mas o menos, pasa el tiempo volando y te das cuenta de ello cuando te encuentras a compañeros que siempre te dicen lo poco que queda para irnos a conocer lugares nuevos y uno empieza a ponerse nervioso, como si fuera el primer viaje que hacemos juntos.




El lugar escogido por nuestra organizadora fue el nacimiento del río Cuervo, lugar que está a una hora más o menos de Cuenca.

A eso de la una de la madrugada quedamos para salir, aunque ya sabemos que a nosotros nos suelen recoger unos veinte minutos después en la "rotondina." Allí vamos comentando lo que tenemos por delante durante todo el fin de semana, si te has preparado para la ruta, si nos lloverá, si llevas alguna chuche para el camino etc.





Llega el bus que conduce nuestro amigo Chencho y toca jugar al Tetris con las maletas y mochilas. Poco a poco nos vamos acoplando en el bus que una vez más llevamos completo. Somos muchos los que repetimos en todas las rutas y bastante gente que se queda sin poder venir. Otra vez será les decimos cuando nos preguntan por las plazas y es que quien se monta con nosotros suele repetir.

Nosotros nos lo montamos de lujo en los viajes, nuestra música con DJ Jota Efe, que el único requisito que pone es que el que cante tiene que estar de oreja o poco le falta para entregar la pellica. Nuestras "jeterias" tampoco faltan y es que en los viajes ante el aburrimiento, lo único que te entra es hambre....y sed.





La parada necesaria para evacuar y que la gente estire las piernas, los fumadores maten el vicio y algún café al que no le afecte para dormir, ( los que duermen).

Ya nos va quedando poco y el cuerpo lo sabe. El pueblo de Tragacete nos recibe de noche aún y nos da tiempo para desayunar algo antes de comenzar a caminar, aunque el lugar del desayuno hay un poco de descontrol con las camareras...





El guía nos dice que no podemos irnos sin ver una catarata que existe cerca del pueblo y que el bus nos puede dejar justo donde empieza la vereda, así que la mayoría decide bajarse a ver esta maravilla de la naturaleza.

Son unos veinte minutos entre ir, hacerse fotos y volver, luego los que vamos a realizar la ruta continuamos subiendo por la carretera hasta llegar a la senda que debemos coger. Vamos veinte y el guía, el cual nos trató estupendamente, explicando cada una de nuestras dudas y siempre pendientes de todos nosotros.





La ruta comienza con dos o tres subidas pronunciadas, puesto que debemos alcanzar algo más de mil seiscientos metros, pero con paciencia y contemplando el bosque de pinos, el cual pertenece al ayuntamiento de Cuenca el cual según nuestro guía, explota y comercializa la madera llegando a cortar unos seiscientos mil pinos al año. Así el bosque está perfectamente cuidado aunque todavía se ven pinos en el suelo, los que tumbó la nevada de 2.018 en la cual se alcanzó por aquella zona una altura de nieve de un metro ochenta centímetros.







Cuando llegamos a la mitad de la ruta, cuando lo que nos queda ya es solo bajar relativamente, decidimos comernos el muerdino. Pero el agua se niega a darnos tregua y debemos levantar el campamento antes de lo que nos hubiera gustado. Había ratos que apretaba un poco más, pero en general no fue una lluvia molesta para caminar.

Llegamos hasta el nacimiento del río Cuervo donde finalizaba la ruta y donde nos esperaba el bús junto a la gente que no había realizado la ruta. Nos dio el tiempo justo de llegar hasta las cascadas, hacernos la foto y volver rápido al bus para poner rumbo a Cuenca, donde teníamos el hotel concertado.






La ciudad de Cuenca está en un cerro, cosa que yo no sabía, así que nos dimos buenas tupas de subir cuestas el sábado y el domingo, para ver todo lo mas importante y bonito de la ciudad. Muchos incluso tuvieron tiempo de tirarse por una alucinante tirolina que te hacía ver unas vistas de la ciudad impresionantes. Las casas colgadas parecen otra cosa cuando las ves en directo, te las esperas con salientes más pronunciados y luego allí es otra cosa. Pero con todo es un lugar precioso y desde el puente las vistas son preciosas y de noche más aun.






La catedral es chula y tomarte una cerveza en la plaza mirando hacía ella, te reconforta.

Quedamos para comer en uno de los bares que están justo al salir de la plaza dirección hacía el puente, donde comimos bastante bien y de precio asequible. Es difícil ir quince personas juntas para comer, sentarte en alguna terraza o cualquier otra cosa, pero nosotros siempre conseguimos estar todos juntos puesto que de eso se trata.










A las cinco hay que estar en el hotel para recoger las maletas y volver a montarnos en el bús para volver a nuestras casas. Allí comentamos lo que ha hecho cada grupo de amigos con los que llevamos ya una veintena de rutas y de ciudades, con los que da gusto compartir estas excursiones.

La vuelta como siempre, nuestra música y nuestras tonterías de la "cofradía", que suelen hacer gracia a todo el bus, aunque siempre hay ovejas negras como en todos los rebaños.





Y después de ver llover durante parte del camino, llegamos durante una tregua para que no nos mojemos hasta llegar a casa.

Un viaje de diez, con un guía cojonudo, un hotel guapo y cena y desayuno de lujo, todo sobre la responsabilidad de nuestra Paqui, que hace nuestros sueños realidades.

Nos vemos en la próxima, por tierras malagueñas donde seguiremos disfrutando de este vicio que es el senderismo y el turismo.

P D:

Corría el año 2016 cuando al grupo de senderismo al cual pertenecía decidió que ya iba siendo hora de salir fuera de nuestro entorno a realizar alguna ruta de prestigio nacional.

El grupo se fijó en la ya famosa del Caminito del Rey, la cual estaba en pleno auge y era difícil comprar entrada para realizarle. Por eso lo mejor era ponernos en contacto con alguna agencia y preguntar la posibilidad y el precio de aquella famosa excursión. Pronto nos pusimos de acuerdo con Paqui quien además de organizar nuestro viaje, logró llenar el autobús con gente a la cual le gustaba también el senderismo de Trujillo y alrededores.

Lo que para nosotros fue un deseo, aquel dos de julio del año dos mil dieciséis se hizo realidad y logramos completar aquella maravillosa ruta. Fue tal el éxito de aquella excursión que empezamos a organizar varias rutas más. La mayoría de los que fueron a Málaga se apuntaron a la siguiente en la que ya decidimos que debía ser un fin de semana entero, donde nos diera tiempo a conocer el lugar donde realizáramos dicha ruta.

Así, poco a poco fuimos haciendo un grupo de senderismo el cual nos fuimos conociendo en cada viaje un poco mejor, sabiendo de que pie cojeaba cada uno y disfrutando de cada minuto en el que estábamos juntos. A parte de algún que otro encontronazo lógico por otra parte al ser cada uno de su padre y de su madre, hemos ido conociendo decenas de rincones por toda la geografía española y portuguesa caminando por decenas de rutas unas mas bonitas que otras y algunas mas duras que otras pero hemos sido capaz de completarlas todas las que nos hemos ido proponiendo.

De algún viaje hacia acá hemos ido comprobando como a estas excursiones que se preparaban con la intención de hacer senderismo, se ha ido apuntando gente que su intención es hacer turismo por la ciudad en la cual nos quedamos a dormir y que no desean caminar ni hacer estas rutas, bien por una cosa o bien por otra. El caso es que los senderistas entre los que me incluyo nos sentimos presionados a la hora de hacer las rutas, poniéndonos hora de finalización con lo que puede dar de si una de estas rutas, en las que pueden pasar decenas de percances los cuales nadie tiene previsto y que no se camina igual teniendo que ir pendiente del reloj para terminar cada ruta. Si una ruta se alarga más de la cuenta ya es culpa de quienes la hemos hecho y sobre nuestras espaldas recae el peso de hacer esperar a quienes no vienen a caminar y nos esperan donde empareja, cuando desde siempre la prioridad debe ser para los senderistas y si se tarda más en la ruta, pues quien tiene que aguantar es quien no quiere caminar y no lo contrario, puesto que estas excursiones son para hacer SENDERISMO. Haber si poniéndolo en mayúsculas se me entiende mejor.

El comportamiento dentro del autobús por la parte que me toca con los que voy, ha sido el mismo desde dos mil dieciséis, disfrutar desde el minuto uno que nos montamos en cada autobús y si no se duerme pues ya lo haremos a la vuelta, que tenemos cuatro meses hasta la siguiente ruta y la verdad que quienes nos han acompañado siempre, saben que somos así con nuestras virtudes y nuestros defectos, con nuestra música y nuestros cantes, con nuestros chistes y con nuestros cuentos, respetando a los acompañantes e intentando hacer cada viaje mas corto y ameno.

El grupo en el que me incluyo seguirá yendo de excursión si se le respeta como es o como somos mejor dicho y espero y deseo que en las siguientes excursiones se de prioridad a los senderistas y si una ruta termina mas tarde y hay que comerse un bocadillo por no llegar con hora a ningún restaurante, pues es lo que toca. No nos parece bien que se nos mire y trate mal por querer bebernos una cerveza al terminar las rutas, cosa a la que tenemos derecho sea la hora que sea.









jueves, 19 de octubre de 2023

Capitulo 1.010: Y por fin volvió a llover.

 


Y no como lo ha hecho estos tiempos atrás, hoy ha sido de esos días que uno recuerda tiempo atrás donde los albañiles se tenían que quedar en casa porque era imposible trabajar a la intemperie. Cuando en los campos se atollaban los tractores, cuando a las ovejas les entraba la cojera y sobre todo, cuando las fuentes, charcas y manantiales rebosaban por todos lados.






Por eso hoy en una tregua, he salido a ver como andaba la dehesilla y he realizado la ruta de las tres fuentes, que ya bauticé hace tiempo y que pasa por El charco de Tía Rentera, La Fuente de los Borrachos y El Caño, pasando también por la Fuentecilla pero por falta de luz no he podido hacer fotos.






Es un lujo caminar pisando charcos después de tantos meses de sequia, aunque cada vez quedan menos sitios por donde caminar. Uno recuerda de niño la dehesilla y la ves ahora y no parece la misma. Todo ha cambiado menos los canchos y las fuentes que siguen en su sitio aunque cada vez con menos agua.




Así que hoy, día de San Dulcidio de Agen, merece la pena quedar para el recuerdo el agua caída.



Capítulo 1014: El duelo hay que pasarle sólo.

 No han dado las nueve de la mañana y ya suena la puerta de casa, antes de salir a la calle su primer pensamiento va hacia ella. Ahora mismo...