jueves, 31 de diciembre de 2020

Capitulo 980: El año que dejamos atrás.

 



Puede que haya vivido el año mas largo de mi vida por culpa de lo que todo sabemos. Puede que haya sido el año que mas cosas me ha enseñado la vida o el año que mas interés he puesto en aprender. Ha sido un cambio tan brusco en nuestra forma de vivir que todavía uno mira hacia atrás para ver de donde venimos y me siguen dando escalofríos.

No dejo de acordarme de aquellos días duros de confinamiento donde en el pueblo las calles estaban vacías de personas, los que pudimos seguir trabajando nos era duro el concentrarnos en nuestra labor. El aparato de radio solo daba malas noticias y confieso que mas de dos veces no fui capaz de contener las lagrimas al pensar en la que teníamos encima. En lo profesional creo que ha sido el mejor año desde que soy empresa y aprovecho para dar las gracias a todos mis clientes y pido perdón a todos los que no he podido atender como merecen, el tiempo que no nos dejaron entrar en las casas a trabajar lo llevamos de rastra y los planes para que las obras salieran en tiempo y forma se fueron todos al garete haciendo esperar mas de lo deseado a todos los clientes.

Creo también que ha sido el año que mas días he trabajado puesto que al no haber nada que celebrar fui aprovechando días de puentes y fiestas para ir recortando trabajo y también porque para mi era un refugio para desconectar de la dichosa pandemia.

Fue duro el ir viendo como se iban suspendiendo las fiestas de cada pueblo, comuniones y todo tipo de celebración que cualquier otro año hubiéramos disfrutado todos. Sin duda que cuando se pueda nos hará darnos cuenta de lo importante que es divertirse en esta vida.


Pero una de las imágenes que jamás olvidaré mientras viva fue el primer día de apertura de colegios, esa avenida de Huertas llena de niños con sus mascarillas puestas y caminando mezclando en sus pasos la ilusión y el miedo. La ilusión de volver a las aulas y el miedo al encontrarse con un mundo nuevo. Sin duda han sido los mas fuertes y los que mas lecciones han dado ha todos, no quiero dejar pasar la oportunidad de felicitar a los profesores que han demostrado saber amoldarse a los nuevos tiempos, que gran labor.

Los trabajadores esenciales tendrán siempre mis respetos. Fue duro ir a comprar alguna que otra vez y ver sus ojos tristes y llenos de preocupación sin saber hasta cuando duraría esto.


Y por lo demás, viendo que en mi familia estamos todos bien, creo que es sin duda una victoria en la que mucha culpa tenemos nosotros por haber hecho las cosas bien, cosa bastante difícil el renunciar a los abrazos y besos habituales que de golpe y porrazo han desaparecido de nuestras vidas.

Nos quedan varios meses duros en los que no debemos bajar la guardia, cosa que ya hemos hecho en las fiestas navideñas, donde podemos ver como mucha gente ha antepuesto la diversión a la salud de sus propias familias. El anuncio de la esperada vacuna parece haber sido un misil en los contagios y en Extremadura hemos registrado la mayor cifra de toda la pandemia. Un día de descuido y ya la tenemos liada....

Espero que cada uno saque lo mejor del año vivido y sepamos acoplarnos a la nueva vida que nos espera de la mejor manera posible.

Quiero mandar mis condolencias a todos los que nos han abandonado por culpa de la maldita pandemia y mandar muchos ánimos a los familiares que han vivido en sus carnes, la peor manera de despedir a nuestros difuntos.

Feliz año nuevo y no bajéis la guardia por favor.








 

jueves, 10 de diciembre de 2020

Capitulo 979: Huérfanos de besos y abrazos.



 Hoy mi corazón está triste, por que la mujer que mas besos y abrazos ha dado en todo el pueblo de Huertas de Ánimas, nos ha dejado. Tuvimos la suerte de poder conocernos desde pequeños y era un auténtico lujo el poder cruzarnos contigo y saludarte, pues lo siguiente sabíamos que era un beso tuyo acompañado de un gran abrazo. De esos que jamás nos dio nadie, ni siquiera familiares cercanos. Como los tuyos, no los hubo iguales. En ellos no había malicia, ni intereses, ni nada que se le pareciera, eran abrazos verdaderos, positivos y sanadores.

Unas veces del brazo de tus padres y otras del brazo de tu hermana, siempre estabas pendiente de las personas con las que te cruzabas. Tu primera pregunta era saber de quienes éramos y luego sin esperar casi la respuesta, ya tenias plantado en nuestras caras el primer beso. A continuación nos preguntabas por nuestras madres y antes de soltarnos nos despedías con otro beso.

Aquellos años de niñez que andábamos siempre liando alguna de un lado a otro del pueblo y que sin embargo era como un pacto el que teníamos contigo, que si nos cruzábamos en el camino estaba prohibido no saludarte y decirte algo, fuera el día que fuera y en cualquier lugar del pueblo.

Es una paradoja que la paisana mas besucona y simpática se haya tenido que ir, tan solo con los cariños de sus hermanos, que jamás la dejaron sola a pesar de la situación en la que vivimos. 

Vaya desde aquí mi pequeño homenaje hacía ti, Pili. Que la tierra te sea leve y que donde estés, sigas dando los besos y abrazos de los cuales tus paisanos nos quedamos huérfanos. Tus padres seguirán cuidando de ti.


Un abrazo a toda la familia, descanse en paz.

lunes, 16 de noviembre de 2020

Capitulo 978: Perderse en la dehesa extremeña.



 A pesar de tener el camino decidido, es una suerte poder coger variantes y cambiar de calleja en el ultimo momento, pero siempre con el destino final en mente.

Hay miedo en el caminar, la rodilla lleva tres meses fuera de juego y es toda una prueba de fuego meterla esta tralla. Aunque según la magnifica fisio Villanovense que la ha tratado, ya va siendo hora de volver a realizar lo que mas le gusta a uno los domingos.



La temperatura es espectacular para caminar y creo que he hecho bien en salir en manga corta, puesto que muy pronto después de tanto tiempo, arranco a sudar. Caminar siempre me hizo falta puesto que es la mejor manera que tengo de ordenar mis ideas y organizar mi trabajo y está claro que lo necesitaba como el comer, puesto que últimamente la rodilla me ha robado el pensar en otras cosas. Ahora que es tiempo de bohemios y ermitaños por culpa del virus, cada vez es mas difícil encontrar alguien que quiera acompañarte.

Pero es lo que toca ahora y debemos asumirlo de la mejor manera que podamos. Las encinas que en otro tiempo gritaron lucha ahora transmiten una paz difícil de describir y el canto de los pájaros autóctonos del lugar suena más claro que nunca. Las grullas han vuelto a poblar las dehesas extremeñas y este año van a tener mas suerte que el anterior, las bellotas abundan por las zonas y es todo un espectáculo el ver las encinas repletas de ellas.



Los encargados de echar de comer al ganado van en sus coches con la mente puesta en lo mal pagado que están las canales por culpa de lo que ahora colma todo y solo piensan en que esto acabe pronto y los precios vuelvan a ser los de antes de la pandemia o incluso algo mas caros, aunque esto ultimo no lo ven muy viable a corto plazo.

Me saludan y yo les respondo levantando la mano, antes, cuando se podía, me gustaba hablar con ellos y preguntarles por el estado de las fincas y sobre todo les preguntaba por cordeles y caminos que nunca aprendí a pesar de haber andado por alguno de ellos. 



Me apetece debajo de una enorme encima, sentarme y sacar de la mochila algo de picar. Mi perro y fiel escudero se pone mas contento que yo y se sienta a mi vera esperando que le caiga algo mientras descansa un rato. La edad le va haciendo andar mas rato a mi lado y aquellas rutas largas hoy se le van atragantando, por eso a la mas mínima, busca una sombra y no duda en tumbarse a descansar.



Poco mas de media hora después volvemos a seguir andando y vuelvo a meterme por mitad de las encinas puesto que el cordel es demasiado aburrido. Voy mirando el tamaño de estas y algunas me hacen detenerme delante de ellas y mirar hacia su copa para ver el tamaño y contemplar que está cargada de bellotas y recuerdo de pronto a dos hermanos que conocí hace años en una finca donde trabajaban vareando encinas para una piara de guarros que llevaban siempre detrás de ellos, daba gusto verlos manejar aquellas varas largas a las cuales tenían atadas cuerdas para que el lance llegara mas lejos. Cuando caían las bellotas al suelo, los cerdos montaban toda una guerra para ver quien comía mas bellotas y parecía imposible que no acabaran tirando al suelo a los dos hermanos, que como podían se iban escabullendo a la siguiente encina para hacer el mismo ritual. Así se pasaban el tiempo de montanera desde las ocho de la mañana, hasta que anochecía y volvían con la piara tras ellos hasta la nave donde dormían los cochinos.



Sigo caminando debajo de las encinas y no pienso por donde voy ni lo que me queda, solo camino y camino respirando de vez en cuando mas hondo al apreciar algún aroma nuevo. Soy feliz allí en mitad de la dehesa y es un momento tan difícil de describir que solo me apetece estar allí y no pensar en nada más. Solo otro grupo de grullas me sacan de mi letargo y me quedo prendado mirándolas como se atiborran de bellotas. Una alambrada me hace desviarme de la línea recta que llevo y vuelvo al cordel que en pocos minutos después me devuelve a la civilización donde los primeros humanos van a sus cercas a echar de comer al poco ganado que tienen y a recoger los huevos de las gallinas, que ahora parece que vuelven a poner en condiciones.



Antes de montarme en el coche me digo a mi mismo que esto lo tengo que hacer mas a menudo, el poder perderte por mitad del campo y caminar sin rumbo fijo. Es bueno para la mente y sano para las piernas, si podéis hacerlo no lo dudéis.









lunes, 5 de octubre de 2020

Capitulo 977: Queridos biznietos y tataranietos.



 Con la presente paso a explicaros lo que fue la pandemia que nos tocó vivir en nuestras carnes, allá por el año dos mil veinte, del que he de decir por otra parte, que estamos hasta los cojones.

Como las demás pandemias de siglos atrás, esta tampoco la vimos venir, ni nosotros ni los que nos gobiernan, aunque hay quien duda de esto ultimo como podéis imaginaros. Estoy seguro que en el año que vosotros vivís, también existirán negacionistas o mas bien gilipollas como aquí se les llama que van en contra de todo, sea lo que sea. Incluso seguro que también saldrán famosos a apoyar a estos para hacerse mas notar y no sabemos el motivo, quizás para tirar al traste sus carreras poniéndose al frente de un grupo que se niega a creer en la pandemia.

Quiero avisaros de lo que os va a pasar a vosotros cuando os llegue la pandemia que os tocará vivir y que ojalá y no sea tan cruel como esta y sepáis defenderos de ella mejor, que lo que hemos hecho los de nuestra generación.

Primero os descojonaréis de risa cuando os digan que hay una pandemia en la otra punta del planeta que se está cebando con los chinos, la veréis tan lejos que no os preocuparéis nada.

Cuando os queráis dar cuenta en los hospitales de las grandes ciudades, ya dirán que hay dos o tres fallecidos y que nadie se explica por donde ha entrado el puto virus. En lugar de cerrar fronteras para no perjudicar a la economía, seguirán viendo morir a las personas, sobre todo a nuestros mayores que sin duda han sido los mas castigados por este virus.

Lejos de contratar mas personal médico seguirán con las mismas plantillas que con los pasos de los días y a falta de material, se irán contagiando poco a poco y alguno incluso morirá en acto de servicio. Será entonces cuando empezarán a buscar mascarillas y Epis por todo el mundo, pero como todo el mundo está combatiendo al bicho, el material médico será casi imposible conseguirlo. Los estafarán con varios cargamentos de mascarillas y las comunidades en lugar de aliarse con el gobierno para comprar todas al por mayor, comenzarán cada una su guerra para hacerse con mascarillas al precio que fuere necesario.

Los muertos queridos biznietos, pasaran a ser simples números y muchos de los fallecidos se tirarán en los depósitos semanas o incluso meses sin que nadie los reclame En las grandes ciudades tendrá que instalar el ejercito a marchas forzadas, hospitales de campañas y los pabellones de hielos harán las veces de depósitos, será muy duro ver tanto ataúd junto sin que sus familiares si quiera hayan podido despedirse de ellos. 



El personal sanitario trabaja a destajo y nos dicen que algunos están haciendo mas de doce horas seguidas, aislados de sus familias y mal viviendo en zonas que les han preparado.

Cuando peor se ponga la cosa os obligarán a quedaros metidos en vuestras casas, bueno, a todos no, hay trabajos indispensables que deberán salir a jugarse la vida para llevar el pan a sus casas. Los colegios cerrarán y aunque os parezca mentira, se dejaran de ver aviones por el cielo a todas horas. La hierba crecerá en todas las callejas y el que tenga un perro será un afortunado puesto que te dejarán salir a pasearle y los habrá que se escondan de sus dueños para no salir más. Habrá gente que adoptará perros tan solo para el confinamiento con tal de salir de su casa.

Al final la solución a la falta de material estará en nuestras casas y en casi todos los pueblos las amas de casa se organizarán para hacer epis y mascarillas a diestro y siniestro, mientras de china vienen de vez en cuando algún que otro cargamento. Las mascarillas pasarán de opcionales a obligatorias cuando haya mas mascarillas en el mercado que gente por las calles y entrar en los bares será como descifrar un jeroglífico de lo complicado que han puesto el ir a beberte una cerveza. Después de varios meses cerrados algunos no han podido volver a abrir. Las fiestas como comprenderéis serán todas suspendidas y los días festivos pasarán a convertirse en un día cualquiera mas para todos los confinados en sus casas. Los rollos de papel se terminarán en los supermercados y os pondrán pegas a los que solo salís a comprar el pan.

A las ocho de la tarde seguramente que os tocará salir a aplaudir no sabemos muy bien a que, pero seguramente que cogeréis asco a alguna canción que pondrán de moda y que os tocará escuchar hasta la saciedad. Los vecinos jugaran a ver quien tiene el altavoz mas potente y en redes sociales se compartirá todo, desde como hacer pasteles, hasta como hacer gimnasia sin levantarte del sillón.

Seguramente que el día que os levanten el arresto y os dejen salir con vuestros hijos, ese día no le olvidaréis en la vida y os tocará limpiaros las lagrimas que derramaréis al pasear junto a los pequeños. Cuando podáis acercaros a ver a vuestros padres y abuelos será otro momento emocionante que no olvidaréis jamás. 


Y cuando os digan que la pandemia está controlada y llegue el verano, ellos, los que os gobiernen dejarán todo y se irán de vacaciones para según ellos reactivar la economía y también según se ha visto, para volver a repartir el virus por todos los rincones del país.

Volverán cuando termine agosto a subir las cifras tanto de muertos como de infectados y será un caos el controlar el numero de contagiados por cada comunidad. Los políticos seguirán sin ponerse de acuerdo para nada y siempre su defensa será echar la culpa a nosotros los ciudadanos, unas veces a los jóvenes por hacer su vida y otras veces a los demás por no guardar distancias de seguridad cuando los vagones de metro van petados como latas de sardinas.



Y así queridos biznietos hemos pasado la pandemia, la cual ha día de hoy no ha acabado ni mucho menos. La lucha por encontrar la vacuna que nos cure es una carrera continua que por el camino y entre tanta prueba se llevará a otros pocos de humanos. Los lideres de países enormes también caerán contagiados y hasta el que menos se lo esperé le tocará hacer cuarentena en su casa por haber estado en contacto con algún contagiado.


Me despido de vosotros esperando que seáis capaces de hacerlo infinitamente mejor que nosotros y exijáis a quienes os gobiernen por entonces, que se pongan de acuerdo y vayan todos a una contra el puto virus que desgraciadamente va a acabar con la vida de miles de personas.
















lunes, 7 de septiembre de 2020

Capitulo 976: Las grandes olvidadas.



 Con la espalda dolorida de soportar el peso de su familia además de su trabajo recibe a un nuevo día. Sentada en la cama pone en movimiento el ordenador de abordo y pronto pasan por su mente cientos de cosas que hay que hacer en casa. El maldito virus ha cambiado su forma de actuar y sin duda que la ha hecho mucho mas desconfiada. Los besos y abrazos los ha ido cambiado por saludos secos de los que ya existían en su lugar de trabajo, donde como en otros sitios, a las limpiadoras se las trata como despojos y muchos creen tener potestad para mandar en ellas como si estuvieran a su cargo.


Si ya era difícil antes la convivencia con los compañeros que ayudaban poco a que el trabajo fuera mas ameno, con la nueva normalidad se vuelve insoportable. Recuerda aún los primeros días del confinamiento donde con mas miedo que vergüenza debía de salir a trabajar sin saber lo que podía encontrarse fuera de casa y con el miedo de traerlo encima. Las medidas de seguridad debía costearlas ella misma ante la pasividad de su empresa que como muchas otras, dejaron a sus empleados a su libre albedrío.



Desayuno relajado donde se planifica el día, si hoy toca lavadora mañana plancho y pasado me pongo con los dormitorios, aunque los baños no los puedo descuidar. En casa abundan hoy las mascarillas, aquellas que por el mes de marzo fueron imposible de conseguir, ni siquiera quienes las fabricaban en el pueblo le brindaron alguna, pero ella supo arreglárselas para tener de quita y pon, cosa que con los guantes fue mucho mas difícil.


Si antes los trabajadores de la empresa exigían, con el miedo al contagio lo hacen el doble y quieren que por el mismo sueldo, nuestras limpiadoras dupliquen sus trabajos como si hasta la fecha se estuvieran tocando el moño. Y cualquiera se cree en su derecho de exigirlas como si ellas tuvieran que acatar cualquier orden desde el primer empleado hasta el ultimo, que si viene con ganas de jugar al baloncesto, deja la mitad de los días las hojas arrugadas alrededor de la papelera, sin duda no me extraña que no se haya dedicado profesionalmente a este deporte, le deberían de dejar el cepillo, la escoba y la fregona un par de meses para ver si le volvían a entrar ganas de jugar en la oficina a encestar en la papelera. 


Y en televisión ni siquiera una mención para ellas, muchos trabajos esenciales pero ellas siguen ninguneadas como si estuvieran ahí para pasar el rato y su trabajo fuera totalmente prescindible, que ojalá y lo hubiera sido en época de confinamiento donde se las podía ver trabajando angustiadas y con ganas de llorar por no saber a lo que se estaban enfrentando, con el acojono y responsabilidad de que el bicho no entrara en su empresa, puesto que seguro que las primeras acusadas serían ellas, como ha pasado en mas de algún lugar de trabajo.


Por eso desde aquí, quiero daros las gracias a las-os que os dedicáis a la limpieza, porque sin vosotros esto hubiera sido mucho peor, y aunque la subida de sueldo ni siquiera la han contemplado en ninguna empresa, os merecéis mas que nadie ese aumento que en lugar de llevároslo en los bolsillos os lo lleváis en las espaldas, esas que cualquier día dirán basta mientras el que juega a encestar folios arrugados, seguirá creyendo que vosotras estáis a su merced.


Me quito el sombrero por vosotras-os, gracias.

viernes, 4 de septiembre de 2020

Capítulo 975: De donde venimos. (Fiestas del Rosario de 1973)




Corría el año 1973 cuando en Huertas de Ánimas se preparaban las fiestas del Rosario de ese año, que habían estado precedidas de unas fiestas improvisadas el año anterior, en la que la comisión de por entonces apenas tuvo tiempo y formas de programar nada, al hacerse cargo de las fiestas un par de semanas antes de dicha cita. Con previsión de que no les pasara igual, el pueblo se movilizó y en la directiva de ese año lograron juntar a 17 personas. La comisión saliente se despidió con este articulo el cual me emociona leer:

DICEN que las fiestas de nuestra patrona terminarán por acabarse. Nosotros no opinamos así.

Si, es verdad que cuando llegan las vísperas nadie quiere hacerse responsable para que estas fiestas continúen con más fervor y entusiasmo. Pero al fin siempre hay un grupo de señores que con ingenio y ayuda de todo el pueblo y fuera de el, hacen lo imposible para que todos quedemos contentos.

Sabemos por experiencia lo que han pasado las comisiones anteriores. Nosotros, gracias a sus consejos y un poco de buena voluntad hemos hecho lo que hemos podido.

Ayudemos todos a esta nueva comisión que ya con un poco más de experiencia, nos brinda unas divertidas fiestas a todos nuestros vecinos y forasteros, para que no se haga realidad eso que DICEN.



Dentro del libro publicado ese año por la comisión, se refleja en él un estudio muy curioso donde se pregunta un grupo de jóvenes del recién estrenado "Centro Juvenil", cuanto sabemos de nuestro pueblo.

En un trabajo realizado por las siguientes personas que a continuación nombro, nos hacen un estudio de varias cosas que existían en Huertas en el año 1973.



Maribel Corrales, Petri, Rafa, Candela, Demetrio, Carmen, Momi, Atilano, Mari Mateos, Santi, Petrita, Mercedes, Juanito, Chon, Pepi, Manolo, Luisa, Fausti, Antonio y Maria Luisa, Anita, Antonio Donaire, Agustina, Pepe Blanco y Tomás. (Siento no poder poner los apellidos de todos pues en el libro viene así la publicación, vosotros sabréis quienes sois.)

En este estudio Nos decían que en Huertas de Ánimas había ese año 2,040 habitantes. También reflejaron en el que en Huertas existían 15 tractores. 108 coches; 249 televisiones, 214 frigoríficos, ( Curioso este dato, había gente que tenía televisor y no tenía frigorífico.)

122 lavadoras. Sin embargo el numero de teléfonos no viene en el estudio y lo reflejan con números suspensivos.

412 familias disponían de agua corriente, 493 disponían de casa propia y existían 433 con "tarjea"...

No podía dejar de reflejar en este articulo, una poesía que el gran Alonso Simón escribió en este libro:

Como yo no soy poeta

porque nunca lo estudié

lanzo mis versos al aire

como Dios me da a entender.

Y les pido me disculpen

lo haga bien o lo haga mal,

quiero ocupar un espacio

en este humilde ejemplar.

Ya que dan ocasión

de poder colaborar

en las fiestas patronales

que celebra este Arrabal,

en honor de su Patrona

con toda solemnidad.

La comisión se encarga

de la fiesta popular,

y de los demás festejos

se encarga la autoridad

que cada cual en su puesto

ha de saber superar.

Y es de esperar que entre todos,

llenos de fé y voluntad,

pongamos a nuestras fiestas en un pedestal.

Ante la Virgen Bendita

digamos un año más

"Viva el pueblo de las Huertas

que es un jardín sin igual"

Aquel que pueda dudar

la belleza de sus calles

que venga y lo comprobará.

Sus mujeres en porfía,

se discutan sin hablar

a ver la calle mas bella

que resulta al comprobar,

Pues la que tenga mas puntos

mayor premio ganará.

La mía es la del Almendro

y creo que no ha de ganar

porque no sube el agua

a la hora de regar.

Les pido perdón señores

si no digo la verdad.

_ALONSO SIMÓN_









lunes, 3 de agosto de 2020

Capitulo 974: Nosotros también tuvimos dieciocho años.



Llevo varios días intentando ponerme en el pellejo de ellos, los que ahora están señalados por todos los que, aunque no cumplan las medidas de seguridad, se atreven a ir diciendo por la calle que es la juventud la que anda propagando el virus sin apenas miramiento ninguno, incluso algunos y algunas los afirman sin ni tan siquiera tener puestas sus mascarillas o lo que es peor, dándote golpes con la parte de arriba de su mano en tu brazo, aun sabiendo que no puedes ni debes tocar a nadie.

Pero se hacen los prudentes poniendo por delante de todo y acusando a toda la juventud. Ni tan siquiera son capaces de recordar sus dieciocho años y lo que hacían ellos y ellas por entonces. La palabra empatía ni la conocen, tan solo se quedan con el dedo acusador levantado ante cualquier chaval que se cruce delante de ellos.

Si se juntan unos cuantos de amigos en alguna cochera tardan cero coma en llamar a la autoridad, porque ellos y ellas en su juventud estuvieron recluidos en conventos de monjas y frailes, y jamas hicieron ruido ni se saltaron ninguna prohibición que les pusieron sus padres. "Ni se te ocurra irte a lo oscuro con ningún muchacho", tranquila madre, que yo se bien lo que hago....
Estas, eran las primeras que nos buscaban a nosotros, los chavales que con esa edad no hacíamos caso a Dios bendito, porque con dieciocho años lo único que estaba de moda era incumplir la ley. Que estaba prohibido entrar en una propiedad, allí estábamos todos y todas metidos. Que fulanito tenía membrillos en su huerto, podía despedirse de unos cuantos. Que las bombillas alumbraban demasiado, pues afinar la puntería con las piedras.....

Y aquellos sinvergüenzas de aquellos años no conocieron con aquella edad una pandemia de esta, donde a todos los jóvenes los han tenido en sus casas tres meses metidos, sin poder salir a liar ninguna de aquellas trastadas que los que ahora acusan, hacían día si y día también.

No se trata de defender a toda la juventud, puesto que los hay como los hubo siempre, que pasan de todo. Pero me molesta demasiado que siempre se apunte al mismo bando desde la acera de enfrente sin cumplir las mismas normas que están impuestas para todos.
Vuelvo a recordar mis dieciocho y me pongo en el pellejo de los de ahora y estoy seguro que ya me había caído alguna que otra multa, puesto que la sangre con esa edad, le hierve a uno.

Así que antes de acusar a los jóvenes primero nos miramos el ombligo y repasamos las leyes que hay impuestas para todos y nos fijamos en si las cumplimos a rajatabla o si por el contrario tan solo cuando nos ven.

Esta pandemia será larga y las acusaciones irán de acera en acera, de casa en casa y se llevará por delante muchas amistades de toda la vida, ojala y sepamos comportarnos todos de la manera mas adecuada para ponérselo difícil al cabrón del virus este, que vino un día a jodernos la vida y poco a poco, lo está consiguiendo.

Juventud, divino tesoro.











martes, 28 de julio de 2020

Capitulo 973: Subida a la cueva de Juan Caldilla 2.020.



No fue un domingo cualquiera el que dejamos atrás el pasado fin de semana. Por que cuando vuelves a reunirte con amigos para practicar una de las cosas que a uno mas le gustan, eso es ya una novedad en los tiempos que vivimos.

Igual que peregrinos acuden a sus lugares de cultos, nosotros llevamos cinco años peregrinando cada verano hasta la cueva sita en la localidad de Campillo de Deleitosa, a la que tenemos un especial cariño.

Y es que por mucho que pasen los años cada visita es una experiencia nueva y eso a un senderista le satisface. Jamas en los años que hemos ido lo hemos hecho por la misma senda, ni hemos vuelto por el mismo lugar, cada año es una aventura y si encima llevas a conocerla a alguien nuevo, el resultado es inmejorable.

A pesar de la calor que predecían los hombres del tiempo a las siete de la mañana estábamos en la plaza de Huertas, allí lo siguiente hubiera sido pasar por el motor a por el pan para el muerdino, pero tristemente cerraron la mejor panadería que había en muchos pueblos a la redonda y ahora toca buscarse la vida comprando otro tipo de pan.

La ruta comienza cuando te montas en el coche y la novedad como todos sabéis son las mascarillas. Lo primero mirar si la llevamos todos o como pasa últimamente, siempre hay alguien que la olvida.
Es un engorro para poder hacer vida normal, pero es lo que toca en estos momentos y hay que acatar las leyes siempre que sea por el bien de todos.

Los siete que nos dimos cita nos bajábamos de los coches tres cuartos de hora después, colgándonos las mochilas y preparados para la aventura. Contra antes nos pongamos en camino antes alcanzaremos la cueva y menos tiempo de calor tendremos que soportar.
El olor a jara lo cubre todo aunque el tomillo lucha con su espectacular olor por hacerse un hueco en nuestras narices.

Con un ritmo espectacular a pesar del terreno, tardamos una hora y cuarto en alcanzar nuestro objetivo, aunque la aventura como siempre es subir a la cueva. A pesar de hacerlo cada año uno no acaba de coger el golpe a la subida y ese rato de acojono me perseguirá toda la vida. Es momento de risas para unos y de acojono para otros, pero entre todos nos organizamos para subir todos y hasta las mochilas que van repletas, nos acompañan a la cueva. El muerdino de esta ruta debe ser siempre ahí arriba, contemplando a las decenas de buitres que viven en la zona y que cada vez son mas y también a los vencejos reales que anidan en la cueva. Este año también hemos tenido la suerte de ver alimoches y eso me ha puesto contento.

Comer allí no tiene precio y las fotografías se hacen solas ante tal paisaje. Con el cachondeo de recordar que nos queda la bajada comemos y probamos varios vinos de la zona, que nos alegran el rato.

Como siempre da pena abandonar el lugar, pero la calor nos encuentra a la bajada y nos queda el regreso hasta los coches, aunque es cierto que nos queda luego lo mejor de la ruta, que es el baño que nos pegamos en la garganta de Descuernacabras que este año está espectacular.

Con los coches nos acercamos hasta el lugar y allí nos ponemos el bañador para bajar hasta el agua. Un sendero lo justo de peligroso para que apenas vaya nadie y que queréis que os diga, nos alegramos de ello por que si no dicho lugar, no tendría la magia que tiene ahora.

Si de la cueva da pena bajarse, no te quiero contar la pereza que da abandonar el charco, a pesar del agua fresca una vez dentro uno no quiere volver a la realidad del día, pero toca regresar a comentar la ruta ya en el pueblo con alguna cerveza en la mano, donde siempre nos prometemos todos que al año que viene volveremos.

Nos vemos por las callejas.











  

domingo, 12 de julio de 2020

Capitulo 972: El Carro de la vida.


Yo me subo al carro de la vida por que es lo único que tenemos y siempre debemos de saber que esta será la nuestra, y que no tendremos más.

Uno intenta disfrutar todo lo posible de lo que nos rodea, de cualquier pequeño detalle que cualquier día concreto no te llama la atención y que de repente una vez te fijas y eres una persona feliz.
Me gusta hablar con nuestros mayores porque aunque muchas veces no lo parezca, siempre están faltos de conversación y algunos hasta de cariño. Las charlas son amenas y casi siempre empiezan con el tema del tiempo, que si hoy hace mas fresco, que tenga cuidado que hoy va a calentar y también uno se interesa por su salud, aunque todos sabemos que llegando a una edad lo único que le pides a la vida es que no se junten dos dolores a la vez. 
Hay que intentar rematar la conversación preguntando por su familia porque es en ese momento cuando a nuestros mayores se les encienden las pupilas de los ojos al recordar que por culpa de lo que nos rodea en estos momentos, hace demasiado tiempo que no ve a sus nietos y la pena se apodera de su corazón. Yo intento animarle diciendo que ya queda menos para verlos y en mi interior pienso en lo que llevamos vivido desde aquel catorce de marzo y todavía no me creo a donde hemos llegado.

Con nuestras mascarillas puestas nos despedimos y ahora mas que nunca te fijas en sus ojos porque entre otras cosas es lo único que nos podemos ver y de ellos está a punto de caer alguna lágrima. No me gusta abandonar una conversación de esta manera y pienso rápidamente en algo gracioso para que mi paisano siga por la calle hasta su casa con la sonrisa detrás de la mascarilla, como siempre me salva el tema del tiempo y le digo en tono jocoso, "hoy no hace falta que hagas lumbre" y mi vecino a pesar de no poder adivinarlo, me despide con una sonrisa que delatan las comisuras de sus cansados ojos.

Sigo hasta mi lugar de trabajo y el calor nos atormenta pero sabemos como combatirlo, muchos años de experiencia a nuestras espaldas y varios veranos con temperaturas extremas que nos enseñan lo que debemos y tenemos que hacer en esos casos, aunque haya gente que se asombre y se quede perpleja al verte encima de un tejado a las cuatro de la tarde, que yo siempre digo y diré, que encima de un tejado siempre se mueve el aire.

Y sabiendo lo que es la vida, si tengo la oportunidad de alternar con algún amigo unas cervezas en cualquier bar lo hago. Porque ese momento me vuelve a dar la razón en el tema de aprovechar cada minuto y cada conversación que suelen estar llenas de recuerdos de tiempos atrás, que aunque siempre decimos que fueron mejores, yo creo que no es que fueran ni mejores ni peores, si no simplemente, otros tiempos.

El teléfono no deja de sonar y eso es bueno a nivel empresarial, aunque es cierto que habiendo pasado por épocas donde nos comíamos los mocos, esto asusta un poco y me creo que no estoy preparado para atender a tantos clientes, aunque poco a poco vamos sacando adelante todo, seguramente que no lo deprisa que quien encarga una obra le gustaría que fuera, pero en estos momentos de la vida es lo que toca. Espero que sean muchos los paisanos que hayan recargado sus niveles de paciencia, puesto que este confinamiento nos ha enseñado que no merece la pena vivir la vida ha este ritmo tan vertiginoso donde casi ni nos parábamos a ver a nuestra propia familia, por el simplemente hecho de saber que están ahí, hemos desaprovechado infinidad de momentos, de conversaciones personales e intimas tan solo por no parar cualquier día y a cualquier hora, haciendo un alto en el camino que nos hubiera fortalecido anímicamente y los hemos dejado pasar.

Yo no estoy dispuesto a seguir ese ritmo de vida donde la estupidez se iba apoderando de nosotros y de nuestras vidas, haciéndonos personas menos sociables y mas independientes sin saber que el ser humano necesita el contacto con los de su propia raza, sin tener que ser iguales en el pensamiento y obra, pero un simple hola o un simple adiós jamás hay que negarlo a nadie, aunque con su pensamiento esté en el polo opuesto al nuestro y por supuesto que seguiremos parándonos a conversar con nuestros mayores que sin duda son los que mas lo necesitan, a pesar de llevar un montón de años subidos en el carro de la vida donde casi siempre nos acordamos de las personas cuando estas se bajan del mismo, siempre demasiado tarde.

Y como dice el grupo extremeño Sinkope en su canción:

Y subo al carro de la vida, con lo bueno y lo malo que tienen los palos que nos endiñan,
Y subo al carro de la vida, del que empujan los años y tiran los días...







jueves, 2 de julio de 2020

Capitulo 971: Lloré todo un río.


Con la cabeza agachada camina buscando la sombra que un verano extremeño te obliga hacer. No hace mucho que amaneció y no deja de mirar el reloj no vaya a ser que se le pase la hora de visitar al médico. Un día más piensa que será hoy cuando le digan que ya pasó todo. Aunque por dentro sabe que no queda mucho de aquel hombre que andaba todavía recuperándose de la muerte de su mujer y que sin saber cómo ni porqué, se vio envuelto en la última pandemia que ha sacudido y dejado temblando a todo el planeta.

Una vez más piensa en que lugar ha podido ser el contagio y sigue sin ser capaz de saber poco más de lo que su médico de cabecera le cuenta cada semana. Si no me he movido del pueblo y en mi familia gracias a Dios, nadie lo ha cogido.
Nadie sabe el suplicio que ha tenido que pasar ni la cantidad de lágrimas que ha ido derramando por el camino. Vuelve a repetir para sus adentros que este calvario no se le desea ni al peor de sus enemigos, que pensándolo fríamente, sabe que no tiene.

Dónde, cómo y cuándo, estas preguntas le taladran la cabeza justo antes de encontrarse con el primer vecino que le vuelve a preguntar como se encuentra desde la distancia. Su contestación suena poco creíble cuando le dice que bien, puesto que el vecino le conoce de toda la vida y ha visto como los kilos los iba perdiendo por el camino a la vez, que su agilidad.

No he fumado en mi vida y apenas puedo coger aire y expulsarlo sin que me entre un golpe de tos. De las comidas mejor no te cuento nada, me da igual comer arroz que garbanzos o incluso lentejas, esas que a mi me salían tan buenas. No gasto sal en las comidas, ni tampoco azúcar en el café. Añoro el sabor de las especias en el gazpacho e incluso estoy echando pepino en el, a pesar de que siempre me sentaba como un tiro cuando después de comer tocaba volver a la obra. 

El miedo a contagiar a los míos era contrarrestado por sus visitas a través de las ventanas y hubo días que para que no vieran mis lágrimas, no llegué a subir si quiera la persiana.

He acabado hablando solo por cualquier rincón de mi casa y le comentaba a mi difunta señora cada día que abría los ojos, que ojalá y ese fuera el día que me reuniera con ella, aunque sé que si he salido de esta ha sido por su ayuda desde el cielo, cuando por las noches apagaba la luz y al cerrar los ojos ella aparecía en mis sueños. ! Lucha, tú eres fuerte y haces falta a tus hijos y nietos ahí abajo, no te rindas!!! 

Y así, con la sonrisa en la boca lograba conciliar el sueño, aunque es verdad que nunca han sido mas de tres horas las que he podido dormir. La televisión me daba mas miedo del que yo tenía y cada día que decían un síntoma nuevo, yo también le cogía o por lo menos ese día, también le padecía.

Si una cosa tiene dolorosa esta puta enfermedad ademas de los síntomas, es el desprecio que te hacen tus propios vecinos al saber que estas contagiado y a pesar de que seguramente a lo largo del día no cumplan las normas de higiene, cuando me cruzaba con ellos multiplicaban la distancia por tres, para de esa manera estar tranquilos de no contagiarse ante mi presencia.

Y vuelvo a visitar a mi médico el cual está contento con mi evolución y no deja de repetirme que soy un campeón por haber superado todo esto, aunque yo lo que verdad deseo es que esto hubiera sido un mal sueño del cual me hubiera despertado buscando las mejillas de mis nietos para comérmelos a besos.

Tened mucho cuidado y no os toméis esto a broma, que el siguiente puedes ser tú o cualquiera de tus familiares o conocidos y entonces os daréis cuenta de lo solos que tendréis que pasar esos días y jamás olvidaréis las miradas de vuestros vecinos y paisanos que seguirán dando vueltas igual que yo, de dónde, cómo y porqué, me ha tenido que tocar a mi precisamente, sin salir de mi pueblo....















domingo, 21 de junio de 2020

Capítulo 970: Cuando alguien muere, una biblioteca se cierra.



Era el día de mi cumpleaños, el catorce de marzo que para una vez que caía en sábado, la celebración iba a ser por todo lo alto. Por la calle aparte de extrañeza había miedo entre los vecinos de Huertas. Unos sonrientes e incrédulos, otros mas serios y cagados de miedo por todo lo que según todos los medios, se nos venía encima.

Nosotros por suerte el fin de semana anterior, habíamos podido disfrutar de Portugal, en una de nuestras rutas organizadas que tantos nos gustan.

Los bares se cerraban a toda prisa ante el asombro de los ultimos clientes que se tomaban a cachondeo tal decisión, hubo ciertas personas que aprovecharon hasta el domingo para despedirse de estos, incluso estando ya prohibida su apertura.

Pero, ¿quien se iba a esperar esto? a pesar de que a toro pasado todos somos expertos en todas las materias y las redes sociales se volvían insoportables de leer a tanto enterado que si hubiera sido por ellos y ellas, nos hubiéramos metidos todos en casa en el mes de enero. Aquí hago un paréntesis para acordarme de la panadera de Belén, que fue la única que se atrevió a predecir que no tendríamos en Trujillo Semana Santa ni feria del queso. Podéis imaginar como la pusieron o mejor dicho, pusimos todos, allá por el mes de febrero cuando escribió esto.

Yo ese mismo día escribía en mi blog una entrada que no me atreví a publicar pero que guardé para llegado el día del fin del confinamiento, poder leer.

Dia 1, catorce de marzo: Comenzamos la cuarentena de quedarnos en casa, todavía bromeamos con esta situación, !que queréis si no nos ha pasado jamás en la vida!. Salgo un rato al cordel para pasear al perro y me encuentro con dos vecinas que ríen y bromean sobre esta situación. Se cabrean porque muchos madrileños han retornado a sus pueblos a pesar de la prohibición de moverse y repartir el virus por toda España, incluso en Belén, dicen que han echado del pueblo a un matrimonio llegado de Madrid, el caos reina entre la población. Nada parece estar fuera de lo normal, aunque poco puedo opinar de esto, puesto que me vuelvo a encerrar en casa. Internet es nuestra salvación y el wasap está que echa humo. Hoy cumplo años y para mi es la primera vez que un día tan señalado se convierte en un día de incertidumbre. No quieres ser parte de los alarmados y acojonados, pero cada noticia que te llega te hace alarmarte más que la anterior. El trabajo no sabemos si seguirá como hasta ahora, aunque lo mas seguro es que a la parienta la manden para casa. Los peques se entretienen con la play o dando vueltas por casa, no los veo yo catorce días con este plan y seguro que mas pronto que tarde comenzaran las voces y discusiones por esto y por aquello.
Podíamos aprovechar estos días para hacer piña dentro de la familia pero no creo que seamos capaces. Mi padre me llama para decirme que bien me lo he montado para no pagarme nada, todos los bares cerrados y  nadie por la calle. Al pensarlo me río mucho pero en el fondo me da mucha pena, no lo quiero mostrar pero hay ratos que tengo ganas de llorar. Con las ganas que tenía de que mi cumpleaños cayera en sábado y cuando llega fíjate la que hay montada.

Esta noche pediremos algo de comida a domicilio para poder cambiar un poco la monotonía y celebrar aquí los cuatro, mi cumpleaños.
Es cuando me ha venido la inspiración para poder escribir paso a paso como van a ser estos días. Donde el exceso de información creo que nos ha colapsado y donde hay muchas personas todavía que se pasan por el forro todo esto. Seguro que iremos a peor y cuando lea esto veremos por donde han ido los tiros....

Parece increíble poder leer esta entrada después de todo lo que hemos vivido, o mejor dicho, sobre vivido.
Pero lo mas triste sin duda han sido los paisanos y paisanas que se han quedado por el camino y no hemos podido despedir como hubieran merecido. Días muy tristes entre familiares y amigos que no podían imaginar que a la hora de enterrar a los suyos, solo pudieran estar como mucho cinco personas. Si ya es triste de por si un entierro, no quiero imaginar como lo han debido de pasar los que han tenido la desgracia de despedir a familiares durante la pandemia. No me olvido tampoco de los enterradores, en especial de mi amigo "Andrade" que gracias a él voy a poder hacer un homenaje a todos los fallecidos, con sus nombres y apellidos.

Como decía el titulo del capitulo, cuando muere una persona mayor se cierra una biblioteca. Mucha pena no poder seguir escuchando atentamente sus relatos pero la vida tiene un final y ellos y ellas no han tenido el final que se merecían.

18-3- 2.020: Juana Broncano López
24-3- 2.020: Faustina López Ortega
27-3- 2.020: Pedro Hueso Vigara
29-3- 2.020: Purificación Bravo Pablos
30-3- 2.020: Higinia Fernandez Rebollo
30-3- 2020: Justo Cruz Galindo
6-4- 2.020: Antonia Bravo Rodriguez
8-4- 2.020: Jesus Manuel Benito Pino
8-4- 2.020: Rosa Cano Risco
13-4- 2.020: Valentin Bravo Martín
14-4- 2.020: Angel Jimenez Palacios
15-4- 2.020: Pedro Ortega Fernandez
24-4- 2.020: Mari Luz Fernandez Fernandez
5-6- 2.020: Jose Luis Donaire Pablos
8-6- 2.020: Consuelo Alvarado Moreno

Vaya desde mi blog el homenaje a todos y todas, que tengan descanso eterno y nunca olvidemos que no pudimos despedirlos como merecían.
No me puedo olvidar tampoco de Javiera, una mujer como la copa de un pino. a la que no pude acercarme a despedir como ella hubiera merecido.
Cuando alguien muere, una biblioteca se cierra.













miércoles, 10 de junio de 2020

Capitulo 969: Iba a publicar algo, pero....



Iba a publicar algo, pero seguro que molestará a los de izquierda o quizás a los de derecha.
Iba a publicar algo, pero creo que los taurinos se pueden molestar o quizás se molesten los anti-taurinos.
Iba a publicar algo, pero creo que los cazadores se ofenderán, o quizás se molesten los ecologistas.
Iba a publicar algo, pero los alcohólicos si son capaz de leerlo, se sentirán ofendidos o quizás los abstemios, quien sabe.
Iba a publicar algo, pero a los católicos no les parecerá bien, o quizás se molesten mas los ateos.
Iba a publicar algo, pero los seguidores del Madrid se pondrán de uñas, o quizás sean los seguidores del Barsa.
Iba a publicar algo, pero los gordos serán ofendidos, o quizás se ofendan los delgados.
Iba a publicar algo, pero las rubias dirán que las ofendo, o quizás sean las morenas quienes se ofendan.
Iba a publicar algo, pero los casados se ofenderán, o quizás sean los solteros los ofendidos.
Iba a publicar algo, pero los que están currando se sentirán ofendidos, o quizás sean los parados a quienes les sienta peor.
Iba a publicar algo, pero los del pelo largo no lo verán bien, o quizás sean peor los del pelo corto.
Iba a publicar algo, pero los que tienen los pies grandes se sentirán ofendidos, o quizás los de los pies planos.
Iba a publicar algo, pero a los que toman drogas no les iba a gustar, o quizás se cabreen mas los que no las toman.
Iba a publicar algo, pero a lo mejor se ofenden los daltónicos, o quizás se cabreen mas los defensores de los colores rojo y verde.
Iba a publicar algo, pero a lo mejor se cabrean los peatones, o quizás les siente peor a los conductores.
Iba a publicar algo, pero a los motoristas no les iba a gustar, o quizás no les guste a los ciclistas.
Iba a publicar algo, pero a los que toman café no les gustará, o quizás se enfaden más los defensores de las infusiones.
Iba a publicar algo, pero a lo mejor se ofenden los defensores de lo público, o a lo mejor se ofenden los defensores de lo privado.
Iba a publicar algo, pero a los defensores del reguetón les sentará mal, o quizás a quienes les gusta el rock.
Iba a publicar algo, pero seguro que los defensores de los militares se enojarán, o quizás se cabreen los objetores de conciencia.
Iba a publicar algo, pero a quienes les gusta el cola-cao les disgustará o quizás a los que toman nesquik.
Iba a publicar algo, pero a los seguidores de la coca-cola les gustará menos que a los de la pepsi-cola.


Así que pensándolo mejor y con la buena intención de no molestar a nadie, iba a publicar algo pero no lo haré.










martes, 2 de junio de 2020

Capitulo 968: A propósito de "las paguitas"



Corría el año dos mil diez en plena crisis del ladrillo, cuando mi jefe de por entonces no le quedó más remedio que despedir a casi toda la empresa. Se perfectamente que le dolió mas que a nadie aquel gesto pero ante la falta de trabajo no pudo soportar mas tener a tanto obrero y poco a poco nos fue dando largas a todos. Solo se quedo un par de ellos para terminar las obras que quedaban por entregar y a los demás nos prometió que en cuanto volviera a tener curro, nos iría de nuevo llamando uno a uno.

Con tantos años currados a las espaldas quedarme en el paro al principio me resultó hasta gratificante, un descanso no viene mal pensaba yo por entonces a sabiendas que en el paro cobraría una mierda al lado de la pasta que por entonces currando a destajo, nos metíamos en el bolsillo y al lado de casa.

Estando en el paro los meses vuelan y pronto, cuando menos miras, pasas a cobrar un setenta por ciento de lo que cobrabas al principio y la sonrisa de los primeros meses desaparece de tu boca al ver que no te cuadran los pagos para llegar a fin de mes. Por entonces te empiezas a considerar como un ser inútil en la sociedad, te dedicas a repartir curriculums donde no sabes que mas poner para que algún alma cándida te llame y te de la alegría de tu vida. Un día a esta empresa, otro día a esta otra y sabes de sobra que el cajón donde va a dormir tu papel esta lleno de otros tantos como el tuyo, con la misma urgencia que la tuya y seguro que con el mismo sofoco.

La construcción estaba muerta y nadie te iba a llamar, fué entonces cuando abres tus alas y te da igual currar en un sitio o en otro. La fruta recuerdo que ademas del dolor de riñones que te traías pa casa, cuando echabas cuentas, casi que perdías dinero, por eso ahora es gracioso cuando la gente comparte en redes sociales, que los dueños de fincas no encuentran a nadie para recoger la fruta. Encima se atreven a decir a quienes no tienen trabajo "que poca falta te hace el dinero cuando no vas a recogerla". La mayoría de quien comparte esto, no ha visto en su vida un melocotón en el árbol.

Ante la desilusión que me produjo aquella experiencia me fui a coger aceitunas donde no saqué ni para la gasolina de los días que estuve cogiéndolas de sol a sol, que por entonces oscurecía bastante pronto y los últimos olivos los vareabas con la luz de la linterna y ni así cubría gastos.

Los meses siguieron pasando y tuve que solicitar la ayuda de los por entonces 426 euros famosos, que daba igual que tuvieras hijos a tu cargo como que no, no te pertenecía ni un euro más. Cuando pagábamos la hipoteca nos quedaba dinero para pagar la luz y el agua.
 Para comer, tuvimos la suerte de tener a mis padres y a mis suegros, que sin ellos seguro que hubiera tenido que recurrir a cáritas para poder comer y en definitiva sobrevivir.

No salía de casa nada mas que para recoger a mi hijo pequeño del colegio y para que no me viera nadie, me iba por el cordel. Me daba vergüenza encontrarme con cualquiera que te preguntara si no estaba trabajando. Me consideraba cada día que pasaba un puto inútil que no servía para nada. Me pregunté cuarenta mil veces si tan malo era en mi oficio que nadie me llamaba y recorría los tablones de anuncios de bares y ayuntamiento para ver si algún anuncio me servía para traer dinero a casa.
Recuerdo no poder salir con los amigos a ningún sitio por tener un euro para gastar, a pesar de que es cierto que alguno de ellos me decían que no me preocupara del dinero, pero te puedes imaginar como me sentía y las ganas de salir a ningún sitio que teníamos mi mujer y yo. Ella también se quedó las manos fregando donde la llamaban y había meses que comíamos con el dinero que ella traía a casa.

Un día mi padre me llamó para hablar conmigo cara a cara, puesto que estaba muy preocupado por mi estado de ánimo. Nada mas llegar a su casa me dijo que le pidiera todo el dinero que me hiciera falta para vivir como lo hacía antes de quedarme en el paro y que no me preocupara por devolvérselo.
Pero nosotros nos habíamos empezado a acostumbrar a vivir con lo mínimo posible y a pesar de ser mi padre, no me atreví a pedirle ni un euro que no fuera para pagar alguno de los recibos que seguían viniendo todos los meses. Beberme una cerveza en un bar se convirtió en un lujo que de vez en cuando, hacía algún sábado. Pero cuando me bebía la segunda ya estaba a disgusto por haberme gastado dos euros que seguro nos harían falta para cualquier lápiz que a mis niños les hiciera falta.
Me convertí en un obseso de apagar luces por toda la casa, incluso en invierno cuando me quedaba solo, no encendía ni el brasero por no gastar mas luz de la cuenta.

Hubo algún mal llamado amigo que encima se aprovechó de mis ganas de trabajar y me hizo creer que con él saldría del pozo en el que estaba. El primer mes fue volver al cielo, currando en lo mio y al llegar final de mes cobrar tu salario. Volví a sonreír y en casa a todos nos cambió el carácter de nuevo. Pero la realidad fue que al segundo mes el pago ya no fue completo y comenzó la penuria de cobrar cuando a él le parecía y lo malo era que si me iba no vería ni un solo euro.
Si la situación de antes era mala la de por entonces no os quiero contar como fue. Levantarte a trabajar sabiendo que ese día tampoco cobrarías y fue por entonces donde no me quedó mas remedio que pedir dinero a mis padres para poder comer.
Es cierto que aquello me sirvió para saber de verdad a quien le podía decir la palabra amigo y ha quien no. Cada vez que recuerdo aquellos años me duele el estomago de saber lo inútil que te sientes y lo poco que te importa la vida. Si no hubiera sido por nuestras familias no se que hubiera sido de nosotros, incluso estuve a punto de vender el coche porque se me metió en la cabeza que no me volvería a hacer falta para trabajar nunca más.....
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Ahora cuando lees y escuchas que se ha aprobado el ingreso mínimo vital me llena de alegría saber que si hay alguien que le toque pasar por lo que nosotros tuvimos que pasar aquellos años, estará mucho más protegido de lo que estuvimos mi familia y yo.

Y a los que pregonáis falsos testimonios de que son ayudas para hacer a la gente mas gandula, para traer a mas inmigrantes os deseo pasar el año y medio que tuve que pasar y luego ya volvemos a hablar si queréis para ver si seguís pensando y compartiendo las mismas mierdas que compartís ahora.

Ojalá que cada uno de los que estáis en contra de esta ley, pasarais por lo mismo que todos los que no les va a quedar mas remedio que tramitarla.

Mucho animo a todas las familias que lo estáis pasando mal, que sepáis que de esto se sale y que siempre llevéis la cabeza alta, que nadie es un inútil en esta sociedad, aunque alguno y alguna se empeñe en haceros creerlo.

Bienvenido el ingreso mínimo vital, aunque algunos y algunas os escueza.




















Capítulo 1.021: Finde de las tres "S"

  Santoña, Santander, Santillana del Mar. Nos volvimos a poner en carretera cuatro meses después de haber hecho el anterior viaje a Portugal...