Era el día de mi cumpleaños, el catorce de marzo que para una vez que caía en sábado, la celebración iba a ser por todo lo alto. Por la calle aparte de extrañeza había miedo entre los vecinos de Huertas. Unos sonrientes e incrédulos, otros mas serios y cagados de miedo por todo lo que según todos los medios, se nos venía encima.
Nosotros por suerte el fin de semana anterior, habíamos podido disfrutar de Portugal, en una de nuestras rutas organizadas que tantos nos gustan.
Los bares se cerraban a toda prisa ante el asombro de los ultimos clientes que se tomaban a cachondeo tal decisión, hubo ciertas personas que aprovecharon hasta el domingo para despedirse de estos, incluso estando ya prohibida su apertura.
Pero, ¿quien se iba a esperar esto? a pesar de que a toro pasado todos somos expertos en todas las materias y las redes sociales se volvían insoportables de leer a tanto enterado que si hubiera sido por ellos y ellas, nos hubiéramos metidos todos en casa en el mes de enero. Aquí hago un paréntesis para acordarme de la panadera de Belén, que fue la única que se atrevió a predecir que no tendríamos en Trujillo Semana Santa ni feria del queso. Podéis imaginar como la pusieron o mejor dicho, pusimos todos, allá por el mes de febrero cuando escribió esto.
Yo ese mismo día escribía en mi blog una entrada que no me atreví a publicar pero que guardé para llegado el día del fin del confinamiento, poder leer.
Dia 1, catorce de marzo: Comenzamos la cuarentena de quedarnos en casa, todavía bromeamos con esta situación, !que queréis si no nos ha pasado jamás en la vida!. Salgo un rato al cordel para pasear al perro y me encuentro con dos vecinas que ríen y bromean sobre esta situación. Se cabrean porque muchos madrileños han retornado a sus pueblos a pesar de la prohibición de moverse y repartir el virus por toda España, incluso en Belén, dicen que han echado del pueblo a un matrimonio llegado de Madrid, el caos reina entre la población. Nada parece estar fuera de lo normal, aunque poco puedo opinar de esto, puesto que me vuelvo a encerrar en casa. Internet es nuestra salvación y el wasap está que echa humo. Hoy cumplo años y para mi es la primera vez que un día tan señalado se convierte en un día de incertidumbre. No quieres ser parte de los alarmados y acojonados, pero cada noticia que te llega te hace alarmarte más que la anterior. El trabajo no sabemos si seguirá como hasta ahora, aunque lo mas seguro es que a la parienta la manden para casa. Los peques se entretienen con la play o dando vueltas por casa, no los veo yo catorce días con este plan y seguro que mas pronto que tarde comenzaran las voces y discusiones por esto y por aquello.
Podíamos aprovechar estos días para hacer piña dentro de la familia pero no creo que seamos capaces. Mi padre me llama para decirme que bien me lo he montado para no pagarme nada, todos los bares cerrados y nadie por la calle. Al pensarlo me río mucho pero en el fondo me da mucha pena, no lo quiero mostrar pero hay ratos que tengo ganas de llorar. Con las ganas que tenía de que mi cumpleaños cayera en sábado y cuando llega fíjate la que hay montada.
Esta noche pediremos algo de comida a domicilio para poder cambiar un poco la monotonía y celebrar aquí los cuatro, mi cumpleaños.
Es cuando me ha venido la inspiración para poder escribir paso a paso como van a ser estos días. Donde el exceso de información creo que nos ha colapsado y donde hay muchas personas todavía que se pasan por el forro todo esto. Seguro que iremos a peor y cuando lea esto veremos por donde han ido los tiros....
Parece increíble poder leer esta entrada después de todo lo que hemos vivido, o mejor dicho, sobre vivido.
Pero lo mas triste sin duda han sido los paisanos y paisanas que se han quedado por el camino y no hemos podido despedir como hubieran merecido. Días muy tristes entre familiares y amigos que no podían imaginar que a la hora de enterrar a los suyos, solo pudieran estar como mucho cinco personas. Si ya es triste de por si un entierro, no quiero imaginar como lo han debido de pasar los que han tenido la desgracia de despedir a familiares durante la pandemia. No me olvido tampoco de los enterradores, en especial de mi amigo "Andrade" que gracias a él voy a poder hacer un homenaje a todos los fallecidos, con sus nombres y apellidos.
Como decía el titulo del capitulo, cuando muere una persona mayor se cierra una biblioteca. Mucha pena no poder seguir escuchando atentamente sus relatos pero la vida tiene un final y ellos y ellas no han tenido el final que se merecían.
18-3- 2.020: Juana Broncano López
24-3- 2.020: Faustina López Ortega
27-3- 2.020: Pedro Hueso Vigara
29-3- 2.020: Purificación Bravo Pablos
30-3- 2.020: Higinia Fernandez Rebollo
30-3- 2020: Justo Cruz Galindo
6-4- 2.020: Antonia Bravo Rodriguez
8-4- 2.020: Jesus Manuel Benito Pino
8-4- 2.020: Rosa Cano Risco
13-4- 2.020: Valentin Bravo Martín
14-4- 2.020: Angel Jimenez Palacios
15-4- 2.020: Pedro Ortega Fernandez
24-4- 2.020: Mari Luz Fernandez Fernandez
5-6- 2.020: Jose Luis Donaire Pablos
8-6- 2.020: Consuelo Alvarado Moreno
Vaya desde mi blog el homenaje a todos y todas, que tengan descanso eterno y nunca olvidemos que no pudimos despedirlos como merecían.
No me puedo olvidar tampoco de Javiera, una mujer como la copa de un pino. a la que no pude acercarme a despedir como ella hubiera merecido.
Cuando alguien muere, una biblioteca se cierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario