Ayer
enredando con el mando de la televisión, (deporte muy español) me topé con una
nueva edición de “gran hermano”. Por lo visto es la número catorce que se
realiza y mentiría si dijera que nunca lo he seguido. El primero que se hizo
fui un poco reacio a seguirle, pero es que no había otro tema de conversación ni
en el trabajo, ni en los bares, ni en la calle. Así que al final no me quedó más
remedio que seguirlo.
Mucha
gente coincide que como aquel primer año, no ha vuelto a ver ninguno igual. Quizás
por que las siguientes ediciones que ha habido, ya sabían lo que se
encontraban, a pesar de que, año tras año cambian un montón de cosas, la
esencia del concurso es la misma. Llegar a ser el último concursante que se
queda en la casa.
Está
claro que todos los concursantes son elegidos con gran consenso entre los
realizadores de dicho concurso, y todos los años son “friquis”, niños de papá,
pijos, tías buenas y tíos cachas. Eso no suele cambiar, si acaso meten alguna tía
un poco más rellenita o un poco más fea, o alguna enana, como creo recordar
haber visto algún año.
En lo
que estamos de acuerdo es que si con esta edición son ya catorce las
realizadas, es porque la gente lo ve, incluso anuncian revistas de venta en
quioscos, donde te informan sobre el concurso.
De la
presentadora no pienso opinar, creo que la vino la Virgen a ver cuándo la
propusieron para presentar este programa y ella, hábilmente, se agarró a este
clavo ardiendo y se afianzó en dicho concurso. A pesar de tener que cambiar
totalmente su forma de ser y de presentar a la que nos tenía anteriormente
acostumbrados. Ahora la puedes ver por todos los programas de “zaping”, o bien
enseñando una teta o cualquier otra cosa, el caso es que hablen de ella por lo
visto.
Yo daría
una vuelta total al concurso y lo llamaría “Gran desahucio”. En dicho
programa metería a doce desahuciados o a punto de serlo y el premio final sería
salvarse de dicha acción, es decir, el que ganara el concurso se le pagaba su
hipoteca y por lo tanto, la casa pasaría a ser suya.
Seguramente
que en dicha casa veríamos muchos más dramas de los que ahora se ven, porque
estos niñatos han vivido muy poco y por tanto, no tienen todavía muchos
problemas en sus vidas. Cada semana los concursantes, ganarían un jornal, para
que pudieran dar de comer a sus familias y el que tuviera la mala suerte de ir
saliendo de la casa, pues a lo mejor algún espectador y seguidor del programa,
se apiadaba de él y le solucionaba su papeleta, quien sabe, hay gente para
todo.
Con
esta variante en dicho concurso, yo sería seguidor del mismo, puesto que a más
espectadores, mas publicidad y mas ingresos a la cadena propietaria del
concurso. Dependiendo de los tele espectadores que tuviera, se podrían dar mas
cuantiosos los premios. Así de esa forma, podríamos ayudar todos
involuntariamente y gratuitamente, cosa importante en los tiempos que corren.
Pues
nada, esperando que alguna productora me copie la idea y me pueda beneficiar yo
también en el concurso, seguiremos esperando mientras, viendo a la Mercedes
Milá haciendo la imbécil. A niñatos y niñatas concursantes, cuando no jodiendo
a diestro y siniestro, llorando como magdalenas. Protestando por todo o incluso
poniéndose a parir. Al fin y al cabo es lo que gusta a la gente inculta y poco
civilizada, en los que alguno de los años, me he incluido yo.
Si realmente es lamentable este tipo de programas, más lamentable es aún el seguimiento que tienen y el perfil tipo de sus telespectadores. Manda coj.... que con la que está cayendo, hayas miles de niñatos pendientes de esta bazofia en lugar de salir a protestar y clamar por sus derechos, pero no, las manifestaciones y demás actos de este tipo, quedan para otros. Así nos va en este país.
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