Una vez acabados los carnavales en Huertas de Animas, es
tiempo de hacer balance de dichas fiestas y de su organización. En primer lugar
y antes de seguir escribiendo, quiero dar las gracias a todo el personal que
los ha hecho posibles. Desde la Asociación de Tiempo Libre, quizás la más
implicada, hasta cada uno de los que dejando la vergüenza a un lado, han sido
capaces de disfrazarse con lo primero que han cogido por casa.
Esta fiesta que hace algunos años estaba herida de muerte,
ha sido capaz de recuperar la salud. Es más, me atrevería a asegurar que año
tras año está más viva que nunca.
Desde el viernes que se inició con el pregón y el posterior
chupinazo que anunciaba el comienzo, hasta ayer martes, día en que se enterraba
la sardina, han sido cinco días en los que el pueblo ha estado vivo y unido
ante dichas fiestas.
El sábado con el desfile infantil y la posterior discoteca
para lo más pequeños, (cosa que se saborean más que cualquier otro festejo) es
el día de ellos. Pero antes, por la mañana, un concurso de croquetas y
empanadillas, hacían las delicias gastronómicas de los asistentes y del jurado.
Un concurso divertido y del que puedes ser partícipe una vez entregados los
premios, puesto que puedes saborear dichos platos. Hubo un premio para el plato
mejor presentado y otro para el plato con mejor sabor. Desde luego que para mí,
que tuve la suerte de estar presente, hubiera sido difícil elegir uno solo,
puesto que estaban todos riquísimos.
Luego, por la noche y
en la misma discoteca, los atrevidos disfraces hacían acto de aparición. Para
los que no habían optado por el disfraz, se rieran un rato con ellos. Está
claro que ese día los que se sienten desplazados son los que no se han
disfrazado de nada, puesto que la mayoría de la discoteca si lo ha hecho. Pero
hay buen ambiente entre ambas partes, los “vestidos” y los que no.
El domingo por la mañana, con resaca en el cuerpo por parte
de todos los asistentes la noche anterior a la discoteca, se celebra el desfile
por las calles de Huertas. Varias carrozas, algunas quitan el hipo de lo bien
preparadas que están y las horas de trabajo que llevan. Todos juntos recorren
el pueblo para acabar de nuevo en la plaza, donde un jurado compuesto por
varias personas del pueblo, deciden quién debe ser el ganador en las cuatro categorías.
Individual, parejas, mejor disfraz y mejor carroza.
Una vez repartidos los premios, hay un pincho para los
disfrazados en el parque. Muchas de las comparsas que se visten, el domingo
suelen comer juntos. Quizás para repasar las últimas estrofas que han preparado
para el posterior concurso de chirigotas, el cual se celebra el domingo por la
tarde en la discoteca del pueblo. Allí puedes escuchar cantar a todos los
disfrazados, canten bien o mal, no les da vergüenza hacerlo. También cantan
algunas comparsas infantiles que desde ya, le van cogiendo el gustillo a esto
de repasar lo que ha sido el año para el pueblo y en definitiva para toda
España, al ritmo de chirigotas. Normalmente no suelen hacer mucha sangre con
los políticos que nos gobiernan en Huertas, porque ya digo yo que si quisieran,
había para estar cantando todo el día entero y sin estribillo.
El lunes es ya tradición el que salgan los cabezudos para el
disfrute de los más pequeños. Y vaya si disfrutan todos. Niños, no tan niños y
sus padres y abuelos recorren las calles del pueblo esquivando los escobazos de
los cabezudos. Qué bonito es verles disfrutar con tan poco.
El martes para cerrar los actos, se celebra el entierro de
la sardina el cual acaba de una forma estupenda para los asistentes, puesto que
se regalan sardinas asadas y pestiños. Así hay gente que aprovecha y se va
cenada para casa. También se suelen ir oliendo a sardinas, un olor típico de
estas fechas. Me resulta curioso ver a los más pequeños comer dicho pescado, el
cual en sus casas no prueban, diciendo a sus madres que no les gusta.
Pues todos estos actos, que a cualquiera echando cuentas así
por encima, le pueden parecer carísimos de organizar, es todo lo contrario. Y
este año el presupuesto gastado ha sido de unos seiscientos euros, más o menos.
Claro que detrás de una buena organización hay un gran trabajo, que luego dicho
trabajo conlleva a gastar menos. Y digo esto porque han sido cinco días de
disfrute con ese dinero. Con el cual se han repartido premios, se han comprado
sardinas, pestiños, caramelos y golosinas y seguramente más cosas que me quedo atrás.
No es lógico que en la ciudad de Trujillo se hayan dejado
morir dichas fiestas y se gasten en juras de banderas que entretienen al más mínimo
de población y tan solo durante unas horas, dos mil euros. O gastarse ocho mil
euros el día de la cabalgata de los Reyes. No es normal eso y menos en los
tiempos que vivimos. Si quieres que la población no piense, dales pan y circo a
menudo y no solo durante algunas horas y en días señalados.
Si cogemos los
Huerteños ese dinero en nuestros carnavales, hacemos la competencia a Rio de
Janeiro y Venecia juntos. Y en vez de cinco días, estamos los cuarenta que hay
hasta el domingo de ramos. ¿Qué estoy exagerando? Que poco conocéis al habitante
de Huertas y cuanto mejor les iría a los que nos gobiernan, si nos hicieran
algo más de caso….
Gracias otra vez a los organizadores de dicho milagro. Ya
quisiera el que multiplicó los panes y los peces, parecerse algo a vosotros.
Como siempre sigo tus escritos, pero esta vez no estoy de acuerdo en todo los escrito… bueno como diría Rajoy, todo no es cierto … en la Jura y cabalgata estoy contigo, pero también desde mi humilde , creo que con la que esta cayendo, si Huertas como tu dices dedicara ese esfuerzo a otras cosas que no fueran fiestas , quizás mas personas lo agradecerían ¡! Te podría muchas cosas, pero quizás si no son fiestas…
ResponderEliminarme parece muy respetable tu opinión, yo como persona implicada en mi pueblo, he sido uno de los que ha organizado los carnavales. Si eres tan cortés de mencionarme alguna de esas cosas a las que te refieres, gustósamente podríamos hacer algo. Fdo: Richard
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