Como por arte de magia o como si en algún lugar del
firmamento estuviera escrito, hoy nos pasó una cosa extrañísima.
Después de tener preparada y descargada una bonita ruta por
el entorno del pueblo de Almoharin, montarnos en los coches y llegarnos hasta
el lugar donde comenzaba dicha ruta, hemos escuchado bastante alboroto que había
en el pueblo. Nos ha extrañado que a horas tan tempranas hubiera tanta gente
junta. Al principio hemos pensado en que podían ser cazadores, puesto que en
muchos pueblos hoy se daban batidas para el desecaste de zorras y tal.
El caso que todo ha sido por querer hacernos una foto en el
lugar de partida, justo en la bonita plaza de Almoharin. Buscando los
soportales de su iglesia hemos encontrado a gente con palos y mochilas, como si
fueran a hacer lo mismo que nosotros, es decir, andar.
Acercándonos hasta donde estaba la mayoría, les hemos
preguntado si se disponían a realizar alguna ruta senderista, por si era la
misma que la que teníamos pensado hacer nosotros. Muy amablemente nos han
estado explicando cual era la ruta que teníamos descargada y los peligros que podía
haber hoy al realizarla. Dichos peligros eran los cazadores que anteriormente
he comentado (como casi siempre). El caso que la presidenta del grupo de senderismo
de Almoharin, Paqui, nos ha invitado a ir con ellos hasta la localidad de Zarza
de Montánchez, donde ellos comenzaban la ruta de hoy.
Allí les esperaban varios miembros de su grupo de origen
Zarzeño. Los cuales habían preparado la ruta de hoy por su pueblo. Hay que
decir que el grupo de senderismo de Almoharin, llamado “Almojarin”, tiene más
de un ciento de integrantes, de todos los pueblos de alrededor, por lo que
tienen un punto a su favor a la hora de organizar distintas rutas. Puesto que
los mismos integrantes del grupo, pueden hacer de guías de todos los demás.
No han tardado mucho en convencernos a los nueve integrantes
de nuestro grupo, que hoy nos habíamos juntado para andar. Y después de
consensuarlo entre nosotros, hemos decidido hacer su ruta y así disfrutar de una
experiencia nueva para nosotros, puesto que nunca antes, en casi nuestro año de
existencia, habíamos salido a andar con tanta gente a la vez.
Montándonos de nuevo en los coches hemos partido hasta
Zarza, donde en una cochera nos esperaban los citados integrantes del grupo,
con una mesa llena de roscas y demás dulces, con su café o chocolate, como la
gente prefiriera de tomar.
Nuestro grupo rápidamente integrado en el tema, ha
aprovechado para tomarse su café y dulce correspondiente, (si no lo hacías se
enfadaban con nosotros, jejeje), así que amablemente hemos degustado dichos
dulces, los cuales estaban deliciosos.
Una vez que todos los integrantes de la ruta estábamos en el
lugar de partida, hemos comenzado dicha ruta, bajo un gran manto blanco debido
a la gran helada caída en el día de hoy. Andar tanta gente a la vez y muchos de
ellos desconocidos, (para nosotros casi todos) es muy gratificante, puesto que
en el camino te da para ir conociendo poco a poco a muchos de los senderistas.
Hablar de las costumbres suyas, saber lo que se come por allí del campo, que
hay que decir, que varía poco de nuestras comidas y costumbres. También
comentamos nuestras últimas rutas, para ver si habíamos compaginado a la hora
de hacer alguna y cuando así ha sido, hemos opinado sobre ellas. La verdad que
todos decimos lo mismo siempre, que hay mucho abandono en la mayoría de rutas y
que con muy poco dinero que se invirtiera, podíamos tener muchas más rutas
marcadas y preparadas de las que existen. Ellos quieren marcar una que discurre
por su localidad, y que tiene el nombre de la “Ruta del garbanzo”. Se debe su
nombre a que una vez acabada se ofrece a los senderistas una “garbanzada” en su
plaza mayor. A la cual como podéis imaginar estamos invitados desde hoy. Lo más
probable como decía una canción del grupo “mecano”, “La fuerza del destino, nos
hizo repetir…” Pues eso, que nos haga repetir a nosotros experiencia.
Es fácil que la
incluyamos en nuestro calendario ficticio, puesto que nosotros vamos sobre la
marcha domingo a domingo. Que visto el resultado no nos va mal, puesto que lo
que nos ha ocurrido hoy estaba totalmente fuera de nuestra lógica. Quizás
planeando las cosas con más tiempo, no nos salgan igual, quien sabe.
De la ruta de hoy hay que decir que es bonita. Discurre casi
toda ella por callejas bastante anchas y muy transitables. Lo peor era la
cantidad de agua que había por todas ellas, aunque eso le dé un aspecto mucho más
bonito a todo el campo.
Las vistas muy parecidas a las rutas de nuestro entorno.
Mucha encina y grandes alcornoques. Algunos almendros en flor. Muchas
esparragueras con las que más de uno han disfrutado cogiendo sus frutos. Mucha
jara que desprendía un fuerte olor, a punto de florecer.
Una fuente natural con su ermita destruida y muy antigua,
nos ha sorprendido por el aspecto de su agua. La cual posee un alto contenido
en hierro y según nos decían los autóctonos del lugar, mucha gente bebe de ella
porque les va bien a su organismo. Algunos de nuestros compañeros se han
atrevido a probarla. Yo, en ese momento estaba probando el fruto típico de
Almoharin, el cual uno de los integrantes del grupo, nos ha dado a probar. Los
higos pasos, que estaban deliciosos.
Después de comernos el bocadillo más rápido de lo normal,
dado que nosotros tenemos otras costumbres a la hora de dicho tente en pie. Y
en lugar de llevar una pieza de fruta o alguna barrita energética, como llevaba
la mayoría de senderistas, hemos sacado nuestras viandas y alguna tortilla de
cardillos que gentilmente nos había hecho mi mujer para todo el grupo. Además
de nuestro pan autóctono del cual siempre podemos vacilar de ser pan autentico
de leña. Así lo que era un bocadillo entre nosotros solos, se ha ido
convirtiendo en un bocadillo concurrido, puesto que muchos de los senderistas
se han animado a probar nuestros productos. ¿Quién se puede negar a probar un “cacho”
de pan untado de patatera algo picante, regado con un trago de vino de nuestra
tierra? Ya te lo digo yo, nadie.
Una vez recogido todos los bártulos hemos seguido andando.
Sin duda ha sido el trozo más bonito de la ruta, una subida por una pendiente
elevada la cual tenía unas vistas preciosas.
Por una carretera asfaltada, lo cual sigue sin gustarnos a
la hora de andar, hemos alcanzado de nuevo el pueblo de la Zarza. Catorce kilómetros
recorridos en una compañía entrañable y amena. Casi setenta personas nos hacíamos
la foto de recuerdo y nos despedíamos hasta otra ocasión, que seguro que viendo
el trato recibido, no tardara en producirse de nuevo.
Muchas gracias a Paqui y Julián, presidente y vicepresidente
de la Asociación. Y en definitiva a todos y cada uno de los senderistas que hoy
nos han acogido como si fuéramos familia suya. Así da gusto ir con tu mochila
por la larga y vieja Extremadura, la cual nunca me cansare de escribir, es una
gran desconocida por todos, incluidos sus propios habitantes.
Enhorabuena por la mañana que habéis pasado nuevamente. Ya me gustaría ser uno de vosotros...........
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