Aquí os dejo este articulo publicado hoy en el periódico "hoy", su autor Israel J. Espino. con el
que estoy plenamente de acuerdo, ademas nos enseña de donde viene dicha fiesta.
Porque cuando ellos empezaron a agujerear calabazas y a
comprar disfraces,
Fiesta del final de la cosecha y día del año nuevo celta, que comenzaba con la “estación oscura”, duraba desde el 31 de Octubre hasta el 1 e incluso
el 2 de Noviembre. Y encendíamos hogueras para alejar a los muertos.
El día 31 creíamos que los espíritus
podían salir de los cementerios y apoderarse de los cuerpos de los vivos para
resucitar. Para evitarlo, ensuciábamos las casas y las decorábamos con huesos,
calaveras y murciélagos, para que los muertos pasaran de largo. Hoy, miles de
años después, seguimos haciendo lo mismo, aunque pensamos que lo copiamos de
América.
Samhain se transformó en All Hallows o “Noche de
Todos los Santos”, popularmente conocida hoy día por Halloween. Cuando nos cristianizaron consagramos estas
fiestas aTodos los Santos, a casi todos los
difuntos, a las ánimas del purgatorio y al toque de campanas, a las castañas en
la mesa y los cuentos en la lumbre. Como afirma Eloy Martos: «La muerte es
siempre un visitante misterioso. Los muertos son los espíritus guardianes de
los vivos. Y todos estos ritos lo que hacen es conciliar».
Hasta hace bien poco el día de Todos los Santos pedíamos castañas, higos y nueces y
comíamos en el campo, y narrábamos cuentos y leyendas alrededor de una
hoguera. Es “La Moragá” de Serradilla, “Los Tosantos” de Alconchel, el “Magusto” de Carbajo y Valencia de Alcántara, “La chaquetía” de Mérida, Calzadilla de los
Barros y Bienvenida, “La chiquitía” de Santibañez el Alto y el Bajo, “La Borrajá” de Hoyos, “La calbotá” y “La corrombla” de Villanueva de la Vera, “La carvochá” de Las Hurdes, “Los calbotes” dePlasencia o de Bohonal de
Ibor, o “El Carbote” de Casar de Cáceres.
Y de aquí, por muchos nombres que le
pongamos, nos copiaron el “truco o trato”,
Aunque la versión original castúa,
se lo aseguro, era
“Tía, tía, dame la chiquitía,
que si no no eres mi tía”
o
“Los Santos
o te rompo los cántaros”
El día de Los
Difuntos aparecían las ‘ánimas benditas’ que recorrían las
calles del pueblo pidiendo dinero de casa en casa. Eran personas
enlutadas y encapuchadas, que llevaban esquilas y pasaban por las calles
murmurando ”alegrías” como:
Las almas del purgatoriu
Por las callis han salidu
Dandu gritus y cramoris
Que las oigan sus amigus.
Muchas veces terminaban en el
cementerio, donde las mujeres se reunían para rezar y que antes se había
limpiado y adornado con flores y velas.
Y durante estos días, los niños
entretenidos, porque paseaban por los pueblos sus calaveras mucho antes de que
las calabazas se conocieran. Porque antes, mucho antes, y después, mucho
después, aquí ya vaciábamos las sandías y los melones. Y los hacíamos ojos y
boca con una navaja. Y le metíamos una vela dentro. Y le llamábamos calaveras. Calavera el Conqui, concretamente.
En algunos lugares, como en Montijo, el melón convertido
en calavera se colocaba sobre una tabla, y los llevábamos por las casas donde
dábamos monedas o chucherías a los pequeños, que cantaban:
La calavera al Conqui
te da muchos sustitos
si nos das caramelos
nos iremos prontito
En otros pueblos extremeñoscomo en Malpartida de
Cáceres, por la noche, la chiquillería salía a la calle con «calaveras» encendidas
hechas con la cáscara de las sandías de año, ya que eran las únicas que duraban
hasta estas fechas, entonando la siguiente cancioncilla:
«La calavera,
zapatos verdes,
vestido de seda…»
“La calavera el Conqui,
ya se murió…”,
y
“La Calavera el Conqui,
no tiene pelo ni cola…”
Y, mientras canturrean, avanzan
por las callejuelas del pueblo balanceando las calaveras que cuelgan de sus
manitas…
Sí. Definitivamente el acervo americano
nos debe mucho. Así que deberíamos ponernos manos a la obra y recuperar
lo que nos queda del nuestro antes de que se lo apropien del todo. Porque eso
sí que sería algo terrorífico.
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