A pesar de
no ser un asiduo televidente, tan solo a la hora de sentarme a la mesa a comer
o cenar, y algún partido de futbol que otro. He de decir que este programa
tiene un algo especial, por el cual ha sido capaz de engancharme. Desgranando
el contenido del mismo puedes ver que no es un concurso difícil de realizar, al
contrario, es bastante simple. Quizás sea eso una de las causas por lo que
engancha y por su puesto por su presentador.
Lidiar como
hace el bueno de “Juanra” con la gente de la calle tiene que ser difícil. Mucho
más aun desde que el programa es famoso y lo ve más gente.
Yo era un
asiduo al hormiguero mientras cenaba, desde que conocí este programa, he de
decir que rara vez he visto a Pablo Motos y toda su gente. Quizás también porque
creo que el programa de Pablo está un poco caduco. Repiten demasiado a la gente
que llevan y no soporto el día que va un extranjero. Odio escuchar a nadie
traduciendo.
Volviendo al
programa de cuatro, voy a explicar de
forma rápida en qué consiste. El concursante puede ser cualquiera que esté por
la calle y quiera perder media hora de su tiempo libre. Una vez dicho que si
quieres concursar, te colocan un micrófono y tu nombre en una pegatina y
comienzas a andar por las calles de la ciudad donde te encuentres, en busca de
alguna persona que tu elijas para contestar a las preguntas que te formule el
presentador.
Son cinco
preguntas las que te pueden hacer. La primera por el valor de cien euros,
siempre tienes que encontrar a alguien que si lo sepa. Es decir, que tiene que
acertar la pregunta que el presentador le formule.
La segunda
pregunta es lo contrario a la anterior. La persona que elijas no debe de saber
la pregunta. Esta tiene el valor de trescientos euros.
La tercera
igual que la primera, si deben de saber su respuesta por el valor de
seiscientos euros. Llegados a ese punto del programa, he de decir que no te
puedes plantar hasta que aciertes la cuarta pregunta, que tiene un valor de mil
euros. Esta no deben de saberla a la hora de preguntar.
La quinta y última
es optativa, si te la juegas puedes elegir la pregunta, bueno, mejor dicho
puedes elegir el resultado, es decir, si lo sabe, o no lo sabe.
Esta última
pregunta tiene un valor de tres mil euros, siempre y cuando el presentador, no
lleve puesta una corbata roja, ahora es una bufanda lo que se pone. Cuando
recibe una llamada del jefe del programa, diciendo que se ponga dicha prenda.
Entonces la última pregunta pasa a tener un valor de seis mil euros.
Existe un comodín
por si alguna de las preguntas formuladas no son respondidas correctamente,
entonces puedes llamar a quien tú quieras de tu agenda del teléfono. El único requisito
es que a quien llames tiene que descolgar y responder antes de veinte segundos.
Bien, como podéis
ver la dinámica del concurso es bien sencilla. He de decir que lo que más
resalto de dicho programa es que puede concursar quien quiera y eso me encanta.
Da igual que seas joven, guapo, feo, listo o torpe, todos tienen su oportunidad
de concursar. He llegado a ver concursar a gente en silla de ruedas, algún ciego
también y sobre todo a gente necesitada, que por culpa de su situación económica,
se toman el concurso como una necesidad. Por eso más de un día he de decir que
acabado emocionado, puesto que me pongo en el pellejo del concursante o de la
concursante y me veo reflejado en el.
El día que
se llevan el dinero me pongo contento como si le conociera de toda la vida y
por el contrario, el día que no se llevan nada sufro como si fuera yo el
concursante.
He visto
emocionarse tantas veces al presentador, que me siento igual que él cada vez
que le pasa.
Pues nada más,
recomendar dicho programa desde aquí y darle las gracias al presentador por
hacerme pasar el rato de la cena bien divertido. Espero que la audiencia le
corresponda como se merece. Gracias Juanra.
De lunes a viernes a las 21,30. en cuatro.
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