lunes, 3 de diciembre de 2012

Capitulo 400: Una buena noticia.






Como estaba escrito, el capítulo cuatrocientos del blog tenía que ser redactado con alguna buena noticia. Son tantos y tantos capítulos contando penas, que este por ser número redondo, no podía ser igual. No, por desgracia de trabajo no hablamos, eso son palabras mayores, mas aún en una de las ciudades con más paro de toda Europa. Me gustaría algún día poder saber si no es la que más paro por habitante posee. Un título que desde luego a cualquier político no le gustaría recibir, se le debería de caer el alma al suelo si algún día le dan dicho honor.

Hoy, después de doce años de lucha, ha sido anunciada la próxima apertura del antiguo club juvenil en Huertas de Animas. Dicho lugar ha sido frecuentado a lo largo de los años por cientos y cientos de Huerteños que allí, pasábamos los ratos en los que no sabíamos a donde ir. Hoy, a pesar de haber cambiado de nombre, para mí siempre se seguirá llamando el club juvenil, puesto que es el nombre por el que todo el mundo le conoce en el pueblo.

Ahora espero un uso conveniente por parte de los jóvenes de Huertas, respetando todo lo que hay dentro, sabiendo compartir entre todos dicho espacio y sobre todo disfrutando del mismo. He de decir, que siento una enorme envidia sana por no ser uno de esos jóvenes agraciados con dicho espacio.

 A día de hoy recuerdo aquellas partidas de ping pong en el antiguo club. Esas partidas al futbolín de hierro, el cual pesaba un huevo y no eras capaz de dar vueltas a los jugadores. Esas partidas a las damas y el que sabía, al ajedrez. Todo eso bebiéndote un refresco esperando tener edad para beberte una cañita como los más mayores hacían, en aquella barra tan mítica y que cada semana ocupaba un joven diferente.

No tengo que haber perdido aquel carnet que por aquellos entonces, todos debíamos de poseer para entrar en dicho recinto. El cual y gracias a ser un poco más alto de lo que mi edad decía, conseguí antes de cumplir los catorce años. Edad mínima para poder entrar. No puedo olvidar la cara de satisfacción el día que Julio Carretero me le dio, no sabía donde le iba a guardar para no perderle. Le sacaba, le miraba y le volvía a guardar. Al cabo del rato, volvía a realizar la misma operación y todo eso delante de alguno de los amigos que quizás todavía no le había conseguido, solo para ponerle los dientes largos o incluso, para ganarte algún sopapo por vacilarle con dicho carnet.

 La verdad que te hacía sentirte mal, el trato discriminatorio al cual te relegaban por no cumplir la edad. Solo espero que en el actual centro, no se llegue a ese trato y aunque no sea de manera habitual, lo mejor sería que todos los chavales pudieran acceder al mismo. Entiendo que los más pequeños no pueden estar allí todos los días metidos, pero de vez en cuando, algún que otro fin de semana, organizar algo para ellos. Es verdad que estoy tranquilo en ese aspecto, teniendo a todos los componentes del tiempo libre, con Richard al frente, está más que garantizado que lo que yo propongo se cumplirá con creces. 

Nosotros como grupo de senderismo, ya nos hemos ofrecido para hacer de guía algún sábado y salir al campo con los más pequeños. Contra antes empiecen a conocer la naturaleza y nuestro entorno mucho mejor. De esa manera, luego se pueden hacer talleres en los que ellos aprenderán  a respetar dicho entorno y conocerán la fauna que nos rodea. También nos podremos hacer cargo de limpiar la zona de zarzales y plásticos, que siempre hay alguien que los tira.

Desde aquí, me vuelvo a ofrecer voluntario para lo que necesiten, ya lo saben ellos de primera mano, pero nunca está de más volver a insistir en ello. Ahora una vez conseguido dicho objetivo, está claro que nos toca a los paisanos hacer un buen uso del centro y sobre todo conservarle lo mejor que se pueda. Además de acarrear todo lo que vaya haciendo falta. Con esto me refiero que si hay que ayudar con una pequeña cantidad económica para que nuestros pequeños puedan estar entretenidos y alejados de vicios fáciles, que no nos apartemos de dicho fin. Una simbólica cuota no nos sacara de nada a los padres y a los hijos les hará hacerse más responsable al haber dinero de por medio.

Y como las buenas noticias nunca vienen solas, (¿o eran las malas?) el caso es que hoy nos han revisado la hipoteca de la casa y por fin nos bajan la cuota. Que poco nos hace falta a los pobres para tenernos contentos y que pocas veces los que más tienen, nos iluminan.

Fotos, periodico hoy y Pagina web de Huertas.

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