Ya lo tienes en tus manos, no creas que no me costó
escribirlo, muchas dudas, muchos borrones, leer y borrar, escribir de nuevo,
volver a borrar. Como me esta costando escribir esto, le decía a mi mujer.
Nunca antes me había pasado, si su vida da para escribir una saga igual que la
de “Crepúsculo”, ¿Cómo es posible esto?
Lo dejaba una noche para la siguiente, a la
siguiente al abrir el escrito y empezar a leerlo me daban ganas de borrarlo todo
y empezar de nuevo, volvía a cerrar el ordenador y como un cobarde, dejaba
aparcado aquel escrito tan importante para mí.
¿Acaso se trata de algún concurso? ¿Te van a dar algún
dinero por escribirlo? Me preguntaba yo solo para ver si era capaz de
convencerme y así empezar a escribirlo ya en serio. Ningún articulo lo he
tenido que dejar de un día para otro, siempre escribo del tirón, unas veces estará
peor y otras mejor, pero no me gusta dejar las cosas de un día para otro.
Los integrantes de la comisión metiendo prisas, “que
pasa con el articulo del libro, ¿no lo tienes todavía?” Dudé incluso en darles algún
otro escrito de los muchos que tengo aquí en el blog, pero que cojones, el año
pasado se lo prometí. Le dije una cosa así
“ Al año que viene sales tu en el libro de las fiestas” porque si, porque me
apetece a mi escribir de ti, porque creo que te lo mereces mas que nadie y la única
forma que tengo de poder homenajearte es esa.
Al acordarme de estas palabras, encendí el
ordenador, y en una hoja en blanco comencé a escribir lo que el corazón me iba
diciendo, parando cada dos por tres a leer lo que iba engranando, suspirando a
menudo y tragando saliva, porque aunque no te lo creas, yo también me emociono
con mis propias palabras, sobre todo los días esos que sabes que lo que estas
escribiendo sale del corazón. Y ese día era uno de esos.
Ya estaba, quedaba imprimirlo y llevarlo para su publicación,
pero esa noche además de escribir aquel articulo, soñé contigo, con nuestra
juventud, con nuestras vivencias y con nuestras trastadas. Soñé con lo fuerte
que habías sido, y por la mañana a pesar de ser otro día más que te levantabas
sin nada que hacer, me levanté con una sonrisa en la boca, a gusto conmigo
mismo y me imaginaba tu cara al leer el artículo y volvía a sonreír.
Las promesas están para cumplirlas y esta por lo
menos, la he cumplido. Un abrazo J.F.
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