miércoles, 1 de noviembre de 2017
Capitulo 868: La calle Violeta.
La calle violeta ha cambiado mas veces de nombre que de aspecto y es que la verdad que mas que pena, lo que da a los habitantes de dicha calle es una gran vergüenza que se los ningunee todos los años prometiendo el arreglo y no cumpliendo dicha promesa.
La calle violeta se quedó a las puertas de su reparación cuando se arregló la plazoleta del colegio; es mas se dice que las pesetas que había para llegar hasta el final de dicha calle desaparecieron por arte de magia. Y es que son cuarenta y un pasos de calle que no se exactamente el dinero que puede suponer su arreglo, siempre dependerá quien realice la obra, no creo que haga falta escribir aquí las consecuencias en tiempo perdido que supondría dicha obra si fuera acometida por trabajadores municipales visto lo visto. Estuvo a punto de ser reparada cuando se realizó la obra de su aledaña calle de Arriba, anteriormente calle Petunia, pero volvió a quedarse en humo aquellas promesas que daba igual quien mandara y al partido que representara.
Lo curioso fue cuando hace pocos años se arreglaron las traseras donde toda la vida habíamos jugado en tierra. Allí fue donde todos los muchachos que vivíamos por la zona aprendimos a montar en bicicleta, dado que los porrazos dolían menos al caer sobre tierra que no sobre los rollos. Esto acabó de cabrear a los habitantes de la calle violeta que no comprendían como su calle volvía a ser ninguneada y puesta en cuarentena hasta nueva orden.
Esta orden no llega nunca y los propios vecinos son los que han tomado la iniciativa de quejarse ante las autoridades.
Así, Sergio, vecino de la calle que vive a caballo entre Bilbao y Huertas de Ánimas invitó al actual alcalde a tomar café en su casa y así poder enseñarle el estado de la calle, puesto que no creen los vecinos que el alcalde haya pasado por ella en los últimos años, lástima que no sea recorrido de la procesión, piensan los vecinos, así por lo menos algún tropezón haría cambiar las prioridades. Parece ser que el señor alcalde no aceptó la invitación y decidió borrar de las redes sociales a este vecino. Eso es mucho mas fácil que afrontar el problema cara a cara, donde va a parar.
Otros alcaldes mandaban las cuadrillas de obreros que con dos sacos cementos y cepillos, barrían los cuarenta y un paso de calle lavando su aspecto hasta el día que llovía, que aquello se convertía de nuevo en un barbecho.
Tía Josefa la vecina mas mayor del barrio, juega todos los días a esquivar los baches para no caerse. Es un verdadero calvario el que debe de soportar con sus mas de ochenta primaveras a sus espaldas, cada vez que sale a comprar. Me da mucha pena verla hacer esta operación y pienso que el día que se caiga se hará mucho daño y la conciencia de alguno no estará tranquila.
Mané otro de los vecinos mas activos de la calle, entra y sale mas de veinte veces al día de su casa sabiendo que en cualquier momento alguno de los baches le pueden hacer aterrizar.
"Solita", la vecina que cierra la calle tiene hecho un montón con los cascotes que los coches van levantando a su paso por dicha calle, la cual tiene mucho mas tránsito que cualquiera de las principales.
Mis padres que también son vecinos de la calle tienen la suerte de tener la puerta principal en la calle de arriba la cual es sin duda la que mejor arreglada quedó de todas las que existen alrededor. Ellos solo usan esta puerta para dar los buenos días a los vecinos y comprobar que nadie a aterrizado en la olvidada calle.
Curiosamente y a pesar del abandono de muchas de las casas del pueblo por la falta de habitantes, esta calle no tiene ni una sola casa por ocupar, dado que la casa en donde vivió muchos años tía Antonia la "aleja", fue comprada y restaurada por una pareja joven que ha decidido a pesar del estado de la calle, vivir en este tranquilo barrio.
Los vecinos esperaban como agua de mayo que en el arreglo de la calle Garcia de Trujillo no hubiera bastantes rollos y así no les quedara mas remedio que venir a arrancar los cuarenta y un pasos de rollos que hay en esta calle para terminar la famosa calle trujillana, que seguramente daría para otro capitulo, pero parece ser que tendrán bastantes con los que hay y no habrá necesidad de exportar rollos como se ha hecho en varias ocasiones.
Si tuviera oportunidad de hacer llegar este articulo a la presidenta de la diputación, se que ella lo leería encantada puesto que la alcaldesa de Romangordo tiene su pueblo mas limpio y arreglado que la patena, ademas de saber que donde viven personas mayores es obligatorio de tener las calles mas lisas que en cualquier otro lado. Aquí sin embargo parece ser que un año mas, esta discriminada calle se vuelve a quedar fuera de los presupuestos que existen para la reparación de calles por parte del consistorio.
Espero que esta queja formal llegue hasta quien pueda poner algo de su parte para dar prioridad al arreglo de la calle violeta por la cual han transitado tantos y tantos huerteños a lo largo de su historia sin apenas haber sufrido ningún cambio.
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