martes, 14 de noviembre de 2017
Capitulo 872: Un paseo de Huertas a Jaraicejo.
Como el que sale a tirar la basura, o aquel que decide salir caminando hasta Trujillo para hacer alguna compra. Así fue mi ruta de ayer, con poco tiempo para pensarlo y totalmente decidido a que llegaría bien.
Mi primer objetivo era reivindicar nuestros cordeles, que como sigamos descuidandolos, pronto estarán absorbidos por las fincas colindantes al mismo. Bueno, algunas ya están recortando metros, puesto que los monolitos que limitan los setenta y cinco metros de cordel que rezan en muchos carteles que debía de haber, se han quedado en poco mas de veinte o treinta metros por el lado que mas hay. Por eso casi todos los monolitos están dentro de dichas fincas.
A las siete y media recién amanecido y con las primeras luces del día, me ponía en camino junto a mi compañero fiel de batallas, el cual disfruta mas que yo de estas locuras que nos da por hacer los domingos.
Por mas prisa que me di en cruzar la dehesilla para evitar cazadores, no puede conseguirlo y ya había algunos madrugadores pegando tiros a esas horas. No pasa nada, damos un rodeo mas largo y evitamos encontrarnos de frente y pronto estoy llegando al puente del Merlinejo donde ya puedo respirar tranquilo.
Espero encontrarme con algún ciclista o motorista a lo largo del cordel, puesto que esta ruta la sigue mucha gente los domingos. Pero con quien primero me encuentro es con un gran bando de grullas que andan con su escandalera habitual. Cada vez comprendo mas la frase que me decía mi madre cuando eramos pequeños y nos despertábamos pronto, nos decía "Parecéis grullas".
Cuatro ciclistas me saludan al adelantarme y yo sigo caminando a buen ritmo buscando la carretera que parte el cordel, donde en un principio tenía pensado comerme el muerdino. Los pies me duelen un poco por culpa de mis botas nuevas, que a pesar de haber andado todas las noches con ellas, no estaban domadas del todo.
Esta parte del cordel es casi desconocida para mí. Hace muchos años que no camino por él y apenas recuerdo sus paisajes. Aunque es verdad que la gran sequía que padecemos no ayuda a que te den ganas a salir al campo, hacemos de tripas corazón y seguimos haciendo senderismo por nuestra querida tierra.
Antes de llegar al río Tozo el cual está mas seco que la mojama, me encuentro con que la cañada real se estrecha y observo dos cancillas que aunque están abiertas, muestran síntomas de que su dueño las cierra cuando quiere, apoderándose del cordel. No me sorprende pero no pensaba que se atreverían a hacer esto. Casi hacen que me despiste y me cuesta saber por donde debo seguir andando.
Cruzo el seco río y me doy con otras dos puertas al otro lado, donde hacen lo mismo que en la otra orilla.
Aquí si me como el muerdino cuando llevo casi tres horas caminando. Los pies me siguen doliendo y me viene bien el descanso. Allí sentado pienso en la cantidad de gente que debe de haber pisado este cordel a lo largo de los años y que pocos pies lo pisan actualmente.
Me levanto y sigo caminando con ganas de llegar al río Almonte, para ver como anda su caudal aunque se que agua tiene poca. Pero antes me encuentro con un refugio para ganaderos que usan esta cañada. La casa está en muy buen estado aunque algo sucia de usarse poco. Allí también existe un corral alambrado para dejar el ganado a buen recaudo mientras descansaban los ganaderos.
Y desde un poco mas adelante empiezo a ver los puentes sobre el río Almonte, sin duda el lugar mas bonito de toda la ruta, aunque estaría mucho mejor si hubiera llovido más.
Al fondo el pueblo de Jaraicejo a donde debo llegar. Bajo hasta el río por el cordel en muy mal estado, con mucho cuidado para no caer. Cruzo y subo por una ruta de reciente creación que existe desde Jaraicejo al río, donde han instalado un merendero y mas arriba un mirador, desde donde se puede ver el antiguo lavadero de lanas casi todo derruido, una pena.
La ultima cuesta me hace sudar y al coronar hecho el ultimo trago de agua de mi cantimplora, un par de mandarinas y llego a la meta, Jaraicejo, donde para celebrarlo me too un par de buenas y frescas cervezas para celebrar otro reto conseguido.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Capítulo 1.021: Finde de las tres "S"
Santoña, Santander, Santillana del Mar. Nos volvimos a poner en carretera cuatro meses después de haber hecho el anterior viaje a Portugal...
-
Iniciábamos los años noventa cuando un Renault 6 verde se para junto a mí, se baja la ventanilla, con la manivela por supuesto, y una bocana...
-
Es el mejor rato antes de que cada uno enfile para su casa a cenar con los suyos. Debemos de llegar a la hora justa, ni antes, ni después....
-
Y un dia, sin saber ni porqué si ni porqué no, se presenta en tu cuerpo sin avisar. Se apodera de tu mente y se aloja supuestame...
No hay comentarios:
Publicar un comentario