En el día de hoy, el cual iba acompañado de un cambio de
hora por si se nos hacia poco, el grupo de amigos de Huertas volvía a los
senderos y caminos. Esta vez el lugar elegido es un lugar más que conocido por
casi todos los miembros del grupo, pero que no nos importa repetir todos los
años dicha visita. Sin duda alguna que, vayas en la estación que vayas, el
lugar es precioso y con un encanto espectacular durante todo el año. Si bien es
verdad que esta fecha es la mejor que puede haber para encima de andar, poder
traerte unas cuantas de castañas.
A las siete y media de la mañana, “de la hora nueva”, quedábamos
en el lugar de siempre, la plaza de Huertas. Allí volvíamos a darnos cuenta de
que alguno de los miembros que habían confirmado asistencia, no estaban en
dicho lugar. Nos sorprendía como era posible que a pesar del cambio de hora, volvían
a quedarse rezagados, pero como decimos aquí, “hay gente pa tò”.
Antes de empezar la ruta en Garciaz, esperábamos a uno de
los integrantes del grupo, el cual había confundido la hora acordada y se había
presentado mas tarde. Una vez que se reunía con todos, catorce integrantes comenzábamos
dicha ruta, con la discusión que siempre surge cuando la hacemos, que unos
dicen de hacerla por un lugar y otros por el contrario. Al ser circular da
igual un sitio que otro, pero quizás es más cómoda realizarla subiendo por el
pantano, al final por ese lugar hemos comenzado a subir.
Como ya he escrito las otras dos veces anteriores que hemos
realizado dicha ruta, merece mucho la pena ir a realizarla, puesto que goza de
unas vistas espectaculares y pasas por unos sitios preciosos. Además de los
olores inconfundibles a jara, “almarauje”, orégano y demás especies. Si encimas
vas un día como hoy, puedes traerte en tu cesta alguna que otra seta, puesto
que en dicho lugar se crían gran variedad de ellas como hemos podido comprobar
in situ.
Parando de vez en cuando para coger aire unos y otros
haciendo fotos de tal maravilloso día que nos había salido hoy, seguíamos
avanzando en la ruta. Esta según mapas consta de unos diecisiete kilómetros,
aunque bien es verdad que a nosotros siempre nos salen más en nuestros
dispositivos y siempre andamos mas cerca de los veinte que de lo que dicen
dichos planos.
Con las bolsas preparadas para ir cogiendo las primeras
castañas, a todos los integrantes se nos alegraban las caras al ver las
primeras castañas por el suelo. Aunque después de probadas dichas castañas nos dábamos
cuenta de que amargaban un poco, así que lo mejor era esperar mas adelante para
encontrar alguna que estuviera mejor. Y así ha sido, con muchas risas y buen
humor, todos cogíamos las que queríamos sabiendo que luego había que cargar con
ellas, mas de la mitad de la ruta que nos quedaba por cubrir.
La verdad que hacia tiempo que no nos lo pasábamos también
en una ruta, aunque bien es verdad que nunca nos aburrimos, hoy ha sido uno de
esos días en que cuando llegas a casa te duele la mandíbula de reírte.
En el punto geodésico, que mas o menos es la mitad de la
ruta, hacíamos la correspondiente parada para nuestro ya consagrado “muerdino de
pan”, el cual últimamente cada vez es mas largo y es que todo el mundo lleva
comida para parar un tren si hiciera falta.
Una vez acabado de comer y de hacer unas maravillosas fotos
en lo mas alto de los alrededores, seguíamos con las castañas en los hombros, acordándonos
de lo que pesaban y lo que todavía, nos quedaba que andar. No conformes con las
que llevábamos, en la bajada todavía hemos acogido alguna castaña mas, puesto
que daba pena pasar por encima de ellas y verlas allí en el suelo.
Y así, entre castañas y setas hemos seguido andando, encontrándonos
con mas senderistas que al igual que nosotros, han decidido hoy hacer esta ruta
preciosa y llevarse algunas castañas a casa. Así nos hemos encontrado con un
grupo de Orellana y un par de amigos de Cáceres, los cuales han venido detrás de
nosotros todo el camino, por lo que encima a alguno de nuestros componentes,
les ha servido para no dejarse atrás la correa del perro y el palo. Y es que
cuando atiendes a una cosa lo demás lo olvidas.
Pasadas las dos del mediodía, alcanzábamos la plaza del
pueblo de Garciaz, donde algunas de sus vecinas nos preguntaban de donde éramos
y que tal la ruta. En este pueblo sin duda alguna que están orgullosos de su
entorno y les encanta que gente como nosotros, vengamos a visitarle.
Un día espectacular en cuanto al tiempo y sobre todo, un
magnifico día de convivencia, risas y alboroto, para salir de la rutina del día
a día y para hacer piña al lado de buenos amigos. Sin duda alguna que por días así,
merece la pena haber formado este grupo, espero que sigamos muchos mas años
andando y conociendo nuestra Extremadura.
Porque dejas bien claro el lugar por donde se desarrolló la ruta, ya que de fijarse únicamente en la 3ª y 4ª fotografías, parece como si hubierais estado en las inmediaciones de La Moncloa.
ResponderEliminarYa en serio, me alegro de que hayáis retomado y consolidado vuestras caminatas festivo-matutinas, disfrutando a tope de ese maravilloso entorno.