Esta mañana según amanecía, el grupo de senderismo de Huertas volvía a madrugar para realizar otra ruta de senderismo. Después de la experiencia del domingo anterior, muchos de los integrantes del grupo preferían no venir a la ruta. Y es que fue mucha la calor que pasamos siete días atrás y eso la verdad es que asusta al mas fiero de los senderistas.
Con
todo eso, esta mañana a las siete, nueve integrantes cogíamos los coches para
desplazarnos a la localidad de Garciaz, en donde arrancaba la ruta prevista
para hoy. Esta ruta como alguna más de las realizadas, era la segunda vez que
la hacíamos. Aquella primera vez fue en el mes de diciembre cuando los arboles
estaban totalmente desnudos de hojas y prometimos volver, cuando los arboles
estuvieran vestidos. Por eso la ruta de hoy a pesar de ser conocida, no tiene
nada que ver con aquella que un 23 de diciembre hacíamos.
Aquel día
de diciembre, el frio nos acompañó casi toda la ruta y hoy, seis meses después,
ha sido el calor quien no nos ha querido abandonar durante toda la ruta. Aunque
bien es verdad que gracias a los impresionantes castaños y robles, el sol no
nos ha molestado mucho en la primera parte del recorrido.
Hoy
como novedad y sabiendo lo que nos esperaba, hemos decidido hacer la ruta a la
inversa de como la hicimos aquella primera vez. Y podemos decir que hemos
acertado de pleno. Cuando el sol ha querido acompañarnos, nosotros íbamos
descendiendo. Por eso a pesar de la calor, hoy no hemos pasado ni la mitad que
el domingo anterior en la que ni si quiera el aire, quiso hacer acto de
presencia.
La ruta
consta de dieciocho kilómetros, aunque a nosotros en nuestros GPS, nos han
salido casi diecinueve y la verdad que las plantas de los pies una vez que llegábamos
de vuelta a los coches, nos recordaban que la distancia había sido algo más
larga de lo habitual.
El recorrido
es igual de impresionante que sin hojas en los árboles. Un aspecto distinto
pero precioso el contemplar los inmensos castaños llenos de hojas y flores, además
de los robles, los cuales daban otro tono verdoso a dicho bosque.
Justo en
la mitad del recorrido se encuentra el punto geodésico, el cual indica la
altura que existe en el pico. Hoy con un cielo algo sucio por culpa de la
calima, no había buenas vistas en aquel lugar. Una pena puesto que desde allí,
es impresionante la cantidad de terreno que se divisa.
Unos
metros más adelante, aprovechábamos una bonita sombra para comernos el bocata.
Otro sitio único e impresionante de los muchos que por suerte, nos encontramos
por nuestra rica geografía. Después de llenar el estómago con las viandas
correspondientes, seguíamos la ruta buscando el camino que nos sacara del
bosque más espeso. A partir de ahí, el campo cambia su color y el sol nos recibía
un poco cabreado.
Con un
par de paradas para hidratarnos a lo largo de lo que nos quedaba de ruta, hemos
acabado casi cinco horas después nuestro camino. En la plaza de la localidad de
Garciaz volvíamos a hacernos la foto de rigor y nos montábamos en los coches
para volver.
Una ruta
que no se decantarme cuando me parece más bonita, si ahora o en otoño. Lo suyo
es ir a realizarla en ambas fechas y luego que cada uno decida…
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