lunes, 6 de junio de 2011

Capitulo 141: La feria.



La verdad que este año parece ser que está un poco más animada que años atrás, el calendario de ferias que tenemos alrededor de nuestra Ciudad, hace que Trujillo sea un sitio donde muchos no vienen, van de Cáceres a Plasencia directamente, les compensa más que venir a montar a Trujillo.

Yo hace tiempo que dije, si alguna vez mandara, la feria la cambiaba de fechas y la mejor sería hacerla coincidir con la feria del queso, esa fecha te aseguras gente de fuera en la ciudad, a la cual a partir de las ocho de la tarde, no puedes ofrecerla nada más que un paseo por Trujillo, en esa fecha normalmente hay puente en Madrid, por lo tanto te aseguras la visita de muchos familiares emigrantes que en junio no vienen por ser solo un fin de semana "pelado".
No sé si algún integrante de los últimos mandatarios del  ayuntamiento se ha propuesto alguna vez su cambio de fecha, yo no soy muy listo, pero la feria lleva muerta en Trujillo muchos años, ya no hay ni mercado de ganado, otra cosa que atraía a todos los pastores y ganaderos de los alrededores, los cuales hacían el día en Trujillo, por no decir la semana, puesto que entre trato y trato siempre tenían un rato para acercarse a la feria a comerse un pollo o echar un bingo.

Da pena ver la mitad de las atracciones medio vacías, el sábado estuvo bien, hacía años que no venia tanta gente a la feria, pero el viernes y domingo ha vuelto a estar tan floja como años atrás, es cierto que la economía no da para más y que el que tenga un par de críos, como no les racione los viajes, le cuestan a los padres un pastón, 2,50 en algunas atracciones y 3 euros en otras, en tiempo de vacas flacas puede llegar a ser caro, eso que normalmente la feria cae a primeros y las familias casi todas han cobrado y tienen dinerito fresco para gastar. También se ven a mucho abuelos con sus nietos, los encanta el llevarlos a la feria y a los nietos les gusta más ir con sus abuelos que con sus padres, a ellos les sacan mucho mas, mas viajes y quizás algún juguete cuando van camino del coche.

Ayer al pasar por la caseta de las “balineras”, recordé nuestros años de niñez cuando empezamos a ir solos a la feria, te daba tu abuela cinco duros y tu madre diez duros y a las siete de la tarde, ocho como muy tarde, nos encaminábamos al ferial, cuando llegábamos estaba todo cerrado, lo primero que abrían eran las balineras y allí nos dejábamos todo el dinero que llevábamos a la feria, con el vicio de tirar a los cigarros, siempre, muchos nos hemos fumado en la feria.

Nunca fui de montar en ningún cacharro, quizás por miedo o quizás por que cuando abrían, ya no teníamos ni un duro, alguna vez en los coches de choque, invitabas a la niña que te gustaba y te tirabas el moco de que sabias conducir, después de dar dos o tres vueltas por la pista, te soltabas de una mano y se la echabas por detrás a tu copiloto, si no decía nada, te sentías Fitipaldi; si no le camelaba y te rehusaba la mano, te liabas a buscar a tus amigos por la pista  para chocar contra ellos: en los coches de choque aprendimos a llevar el destornillador, el cual le metías por la ranura de la ficha y montabas gratis, lo malo es que como no salíamos de los coches de choque, nos tenían mas vigilados a todos, los hermanos Méndez, !!Que tiempos!!.
Todavía recuerdo aquellas canciones míticas de los camela, los chichos, los calis, los chunguitos..... Mientras montábamos en los coches.

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