lunes, 5 de marzo de 2018
Capitulo 898: 22 Héroes Cacereños. (Kobba-Darsa)
Este libro recién salido del horno y escrito por Miguel Ángel Rodríguez Plaza cuenta la historia poco conocida, de como en la guerra de Marruecos un puñado de valientes soldados, todos ellos de remplazo, defendieron la posición a la que habían sido encomendados.
Da la casualidad que 22 de aquellos soldados eran extremeños y entre ellos estuvo mi abuelo Remigio al cual no tuve la oportunidad por desgracia de conocer. Seguramente le hubiera cosido a preguntas acerca de tal hecho aunque me dice mi padre que abuelo Remigio no le gustó nunca hablar de este tema. Lo pasaron tan mal que ese puñado de extremeños quedaron marcados de por vida y a pesar de haber pasado a la historia militar por su valentía, muchas personas ni siquiera conocen tal hecho.
Mientras leí el libro tuve sensaciones contradictorias, por un lado sentí orgullo de ser nieto de este hombre tan valiente y por otro lado sentí mucha pena e impotencia de no haber tenido la suerte de oír de su boca tal historia.
El libro cuenta todos los datos que el autor ha ido recogiendo de periódicos y archivos militares, además de entrevistarse con familiares de los soldados involucrados en la historia.
El caso es que mi abuelo fue uno de ellos.
D. Remigio Suero Solano
Nace en Huertas de Ánimas el 16 de febrero de 1.902. Hijo de Manuel Suero Julián, de Ibahernando, jornalero que vivía en el barrio del obispo y su madre, Elvira Solano, natural de Romangordo.
Por su hoja de servicio conservada en el Archivo Militar de Guadalajara, podemos conocer que su incorporación al regimiento Serrallo n. 69, fue el 8 de febrero de 1924. El día 23 de marzo presta juramento de fidelidad a la bandera en Ceuta y el 28 del mismo mes, marchó a Wad-Lau. Al día siguiente con una sección de su compañía al mando del Teniente Francisco Pueyo, se incorpora a la posición de Kobba-Darsa.
Con fecha 1 de Mayo de 1925, es ascendido a Cabo por elección. ( Este detalle ni padre le supo nunca)
Contrae matrimonio el 17 de junio de 1929 en la iglesia de San José de Huertas de ánimas con Victoria Solís Bravo con la que tuvo tres hijos y dos hijas.
Fallece el 7 de octubre de 1968. Está enterrado en Madrid donde vivía con un hijo.
En un principio trabajó en el campo. Fue después de contraer matrimonio cuando ejerció de Policía Municipal de Trujillo.
En el libro el autor cuenta lo que mi padre le comentó acerca de mi abuelo:
Me cuenta un hijo suyo que era de carácter serio, y que de su gesta africana no contó prácticamente nada. Sin embargo ya de mayor, le hizo alusión a que en la guerra civil española, cuando los nacionales se hicieron fuerte en el Monasterio de Guadalupe hasta su liberación, se ofreció voluntario con otra persona a llevarles munición con un camión a los sitiados.
En mi casa la historia que oí siempre contar es que las pasaron canutas en la guerra y que fueron muchos días racionando el agua, incluso tuvieron que beber sus propios orines para sobre vivir hasta que los liberaron.
Si ya escuchando esta historia siempre tuve a mi abuelo como un hombre valiente y audaz, una vez leído el libro debo de coronarlo en lo mas alto del escalafón que un nieto pueda encumbrar a su abuelo.
A él y a todos sus compañeros extremeños que no dejaré caer en el olvido mientras pueda y que desde este humilde blog quiero hoy ensalzar defendiendo la memoria histórica.
A nuestra familia siempre le quedará el orgullo de conservar la medalla con la que fue distinguido mi abuelo, eso y la satisfacción de que gente como el escritor Miguel Ángel Rodriguez Plaza no deje que estos valientes extremeños, caigan en el olvido.
Muchas gracias.
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