sábado, 7 de enero de 2017

Capitulo 798: Sonrisas camufladas.



Todo parece normal al mirarles a sus caras, pero dentro de si la tristeza se ha apoderado de ellos, poco a poco, sin prisa pero sin pausa. Incapaces de pedir ayuda a sus familias y amigos, caminan por la cuerda floja, cuerdas peligrosas.

Se agarran a cualquier noticia negativa para hundirse aún mas. Se niegan asirse a un trozo de madera flotando en el mar de sus mentes, que solo ellos saben en que dirección caminan.
Sonríen por obligación, y es tal su máscara, que nadie sospecha nada. Juegan a ello día tras día, esperando el momento justo para despedirse.
Les importa un pimiento el tema de los kilos de más. Lo poco agraciados que han sido en los sorteos celebrados. Su lotería es mucho mas importante para ellos que cualquier cosa.

Se descojonan de la cuesta de enero y de las primeras rebajas, su cuesta es imposible de voltear y caminan hacia el abismo sin querer o poder hacer una parada en sus caminos.
El paisaje tenebroso se va apoderando de su cielo azul. Todos los amaneceres son una cadena perpetua para ellos y solo se les ve a gusto en sus atardeceres, porque piensan y aseguran que cualquiera de ellos será el ultimo.

¿En que momento dejan sus vidas a merced de lo que sus mentes quieran hacer de sus cuerpos?
Tiene que existir el momento de poder hacerte un hueco en sus pensamientos. Tiene que existir la posibilidad de que un simple abrazo pueda acabar con sus malos pensamientos.
Tiene que existir el beso que tu madre te daba de pequeño en cualquiera de las heridas que nos hacíamos, para curarnos antes que cualquier médico.
Tiene que ser real esa llamada para tomarnos un café o una cerveza juntos y hacerte cambiar de postura.

Venga, por ese resquicio que tu corazón ha dejado abierto, tenemos que intentar meter nuestra ayuda, nuestro positivismo, incluso sin saber que te hace falta. Porque pienso llamarte cuando me apetezca. Porque pienso sacarte una sonrisa aunque sea disimulada por tu parte. Porque pienso juntar todas mis fuerzas para voltear la cuesta y sembraré tu camino de pétalos de rosas y recogeré en un saco viejo, todas las espinas que hasta ahora has ido esquivando.

No podemos quedarnos de brazos cruzados a verlas venir y lamentarnos el día que sea tarde, porque nos sentiremos culpables el resto de nuestras vidas. Porque luego nos contaremos unos a otros historias que nos harán darnos cuenta que vuestras mentes pedían ayuda a gritos. Y nosotros sin haber hecho nada, sin darnos cuenta de lo que os ocurría, eran mas importante nuestras vidas que cualquier dolor vuestro.

Hoy, una vez acabadas todas las fiestas, mi único propósito va a ser ayudar a quien lo necesite, sin mirar quien es el receptor ni la falta que le hace esa ayuda. No pienso quedarme de brazos cruzados devolviendo sonrisas camufladas.



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