lunes, 18 de enero de 2016

Capitulo 712: Ruta en la garganta de los infiernos, 2.016.

Seguramente que si le hablas a un extremeño de los famosos “pilones” podrá contarte por lo menos donde se encuentran. A lo mejor con un poco de suerte, haya tenido la oportunidad de visitarlos. Y los mas afortunados en los que se encuentra un servidor, ha tenido la suerte de andarlos de cabo a rabo. Disfrutando de la naturaleza en estado puro y del agua cristalina que baja de forma cabreada estos días, por la garganta de los Infiernos.


Siempre hemos preferido dentro del grupo de amigos que los domingos seguimos saliendo a andar, ir a hacer esta ruta en tiempo de invierno, entre otras cosas por que en estas fechas podemos disfrutar de mas terreno que no tenga ocupado el ser humano. Así es que sin dudarlo ni un minuto, el domingo anterior al acabar la ruta que hicimos por Garrovillas de Alconetar, decidimos que el siguiente domingo debíamos de ir sin falta a caminar por el Jerte, y que mejor ruta que la de los Pilones.

Por eso a las siete de la mañana, siete senderistas nos dimos cita bajo una buena helada caída la noche anterior y que nos hacia abrigarnos un poco mas de lo que lo veníamos haciendo hasta la fecha. Y es que la verdad es que el invierno hasta el momento está siendo piadoso para con nosotros y estamos teniendo una inmensa suerte a la hora de realizar las rutas.

Con el pan ya comprado solo nos queda conducir durante una hora y tres cuartos hasta la localidad de Jerte, donde justo antes de llegar se encuentra el centro de interpretación de la garganta de los infiernos. En un muy buen aparcamiento dejamos los coches y colgándonos las mochilas nos pusimos pronto en camino, puesto que la mejor manera de entrar en calor era esa, caminar un poco ligero para coger temperatura.


Muy pronto el ruido ensordecedor del agua del río Jerte, nos alertaba de que seria una ruta preciosa y llena de agua por todos los rincones de la misma. Así mismo y gracias a la fuerte helada caída, los brotes de agua llegaban en algunos puntos a congelarse y durante la subida íbamos pisando hielo por las veredas. Una bonita sensación bajo nuestras botas.


Cuando uno llega a los famosos Pilones el tiempo parece detenerse en ese lugar y es de obligado cumplimiento además de hacer cientos de fotografías, sentarte en el puente y ver el agua cristalina pasar debajo de tus pies. Uno no quiere irse de allí y sin duda que seria capaz de quedarme las horas que hicieran falta, pero sabiendo que mas arriba el lugar estaría precioso, decidimos continuar hasta el puente Carrascal, donde teníamos pensado comernos el famoso muerdino. Es cierto que sin duda es la parte mas dura de la ruta el llegar hasta allí, pero tomándoselo con calma y parando cada dos por tres para hacer fotografías y contemplar el lugar y las magnificas vistas, puede subir cualquiera.

Después de reponer fuerzas la ruta pasa a ser muy ligera y todo se vuelve cuesta abajo, por lo que el único peligro que había era resbalar con las placas de hielo que nos encontrábamos a esas alturas.
Divisar el puente nuevo desde lo alto es sin duda otra de las joyas de esta ruta que por algunos kilómetros se une a la famosa ruta de Carlos V, al cual nos imaginamos por aquellas cuestas a hombros de sus soldados, los cuales quedarían de rey seguramente hasta las pelotas, dado el camino tan sinuoso que es.
 
Una vez alcanzado el Puente Nuevo el camino se vuelve a empinar un par de kilómetros antes de coronar la ultima cuesta que nos devuelve a la ruta de los Pilones, pero esta vez volvemos por un camino que sin estar señalizado, sabemos que nos lleva de nuevo al inicio, sin tener que llegar al pueblo de Jerte, donde es necesario atar a nuestras mascotas porque los coches pasan bastante a menudo.
 
Al volver a pasar por el río nos encontramos con algún conocido que también ha realizado la ruta. Ademas de ellos durante el trayecto, también divisamos a otra excursión bastante numerosa de senderistas que al igual que nosotros, decidieron dejar la cama y la monotonía de los domingos y echarse al campo, a disfrutar de nuestra amada tierra, la cual siempre nos regala algo a los que sabemos responderla con el mismo respeto que todos deberíamos de hacer.

Volveremos, como no volver a uno de los lugares mas bonitos del planeta.

Nos vemos por las callejas.
















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