El caso es que a las siete y media de la mañana quedábamos en la plaza de Huertas, donde nos dábamos cita nueve senderistas dispuestos a disfrutar de la jornada dominical.
La mañana estaba con la temperatura perfecta para disfrutar de buen tiempo para caminar, aunque una vez que nos fuimos acercando al Parque, la niebla nos saludaba de forma espesa. Todos creíamos que estaría tan solo alrededor del río Tajo y que a la vez que comenzáramos a caminar, dicho efecto meteorológico desaparecería.
Lejos de ser así los primeros compases de la ruta fuimos caminando entre una espesa niebla que casi no dejaba ver nada de terreno. Este hecho hacia que la ruta roja que existe bien señalada dentro del parque, fuera un poco tenebrosa. Mas aun según nos íbamos adentrando entre acebuches, alcornoques, madroños y encinas.
Es cierto que los primeros kilometros de esta ruta son un poco duros y quien no este muy acostumbrado a andar, se le pueden hacer largos. Pero cada uno andando a su ritmo, puede hacer perfectamente esta ruta que es muy recomendable en este tiempo.
Entre risas y buen ambiente íbamos acercándonos al castillo con la niebla todavía por compañera. Nos temíamos todos que después de la ascensión, no podríamos hacer fotografías en la zona por culpa de la dichosa niebla. Por momentos parecía desaparecer pero unos metros mas arriba volvía a ser espesa. Y como por arte de magia y una vez coronada la subida, la niebla nos abandonaba y todos en agradecimiento a este hecho, sacábamos brillo a nuestras cámaras fotográficas. Un lujo el poder contemplar el paisaje desde lo alto del castillo y si le añades los últimos ramalazos de niebla, las fotografías quedan estupendas.
Pues después de buscar un lugar donde el fuerte aire de la zona no nos azotase en las espaldas, decidimos sacar todas las viandas y comernos el muerdino en uno de los mejores lugares donde te lo puedes comer. La zona llena de turistas, nos miraban con envidia al ver tal cantidad de comida y entre bocado y bocado y dando las gracias a los que te deseaban buen provecho, nos llenamos los estómagos para descender el camino, justo por el famoso salto del gitano, en donde ya no cabían mas coches.
Los aparcamientos del castillo también estaban llenos y la gente aparcaba sus coches lo mas cerca posible del lugar. Siempre he pensado que no se debería dejar subir los coches tan arriba, que no pasa nada por andar unos cuantos metros mas y de ese modo la gente podría disfrutar mas de la zona. Pero los hay tan cómodos que si pudieran llegar hasta el castillo con sus vehículos, sin duda que lo harían.
Otros muchos sin embargo, preferían hacer la subida andando desde abajo del todo, niños incluidos y este hecho nos alegra a todos los senderistas que podemos caminar sin temer que un mal conductor nos atropelle a nosotros o a nuestras mascotas.
Otro de los lugares mas bonitos de esta ruta es el trozo de camino que arranca justo en el salto del gitano y te lleva a la "fuente del Francés". Daba gusto cruzarse con mas senderistas que aprovechaban que el sol se había adueñado del lugar y la temperatura era muy recomendable para caminar.
Y así, paso a paso, risa a carcajada, dichos e historias que uno va recordando de anteriores rutas, conseguimos volver hasta Villarreal de San Carlos, donde el pueblo lleno de turistas, nos volvía a recibir.
De vuelta a nuestro pueblo uno va pensando en el siguiente domingo, es una costumbre que ya hemos hecho nuestra la de elegir siguiente ruta antes de apearnos del coche.
Volveremos al precioso pueblo de Hervas, donde sin duda lo volveremos a pasar en grande, ¿acaso lo dudáis todavía?
Nos vemos por las callejas.
La ruta
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