En la mañana de hoy volvíamos a las andadas, nunca mejor
dicho y a eso de las ocho y media de la mañana, nos hemos vuelto a juntar en el
lugar de siempre, es decir, la plaza de Huertas. Allí los senderistas y algunas
de sus mascotas, esperaban a que diera la hora acordada para partir.
Hoy daba gusto el ver todos los que éramos, incluyendo
alguna senderista nueva. También recibíamos con alegría a gente que hacia mucho
que no nos acompañaban y que echábamos de menos. Seguramente que todos, los
nuevos y los ya menos nuevos, han disfrutado igualmente de una de las rutas más
bonitas en cuanto a paisaje hablamos.
La ruta comenzaba dirección campo de las nieves, donde
cogíamos la calleja que nos lleva justo a la odiada autovìa y que tanto daño
hizo su construcción a nuestro berrocal. Cruzando el puente poníamos rumbo a la
calleja de la Aldehuela ,
donde se encuentra uno de los canchos mas famosos del pueblo, seguramente que
por su lúgubre historia, la cual nadie la cuenta igual. Unos hablan de la
aparición de una niña, otros de que quien la vio no iba en su sano juicio, el
caso es que el cancho se quedó con el nombre y ya es conocido por todos como el
“cancho de la niña”, donde hemos aprovechado para reagruparnos todos y seguir
juntos camino de la finca la
Aldehuela.
Con tanta gente andando, es preciso hacer mas paradas que
otro día cualquiera. Siempre nos gusta ir todos juntos andando, dentro de lo
posible.
Cruzando la finca de la Aldehuela , poníamos dirección hasta el río
Magasca, el cual nos ha sorprendido al ver que llevaba en su cauce, bastante
agua. Nada que ver con la que llevó el año pasado, pero estaba bonito en el día
de hoy.
Un poco antes de las diez, hora acordada casi siempre para
comernos el “muerdino” de pan, nos sentábamos delante de dicho río para llenar
nuestros estómagos. Quizás hoy con tanta gente, ha sido el día en el que el
muerdino habitual, se ha convertido en un supermercado, donde había de todo lo
que pudieras imaginar y mas.
Una vez recogido todo, los veinte senderistas de hoy hemos
continuado río arriba, disfrutando de las enormes vistas que la naturaleza nos
enseñaba de nuevo. Atravesando un antiguo puente hemos continuado un trozo de
la ruta por la orilla contraria a como solemos hacer dicho recorrido. La verdad
que ha sido poco rato, puesto que los que iban en cabeza han tardado poco en
buscar un lugar por donde volver a la otra orilla. En el afán de ayudar a
cruzar a las mujeres que venían, un par de valientes senderistas no han dudado
en mojarse los pies, tan solo para que dichas mujeres no lo hicieran. Todo un
detalle por su parte.
Siguiendo el río hemos llegado hasta la finca de Casa Cascos,
donde su precioso palacio nos recibía de frente. Una construcción preciosa y
que nos encantaría ver a más de uno en su interior, pero que de momento no lo
hemos logrado hacer.
Casi para finalizar la ruta, volvíamos a cruzar la tan
manida autovia y cogíamos una de las callejas que nos devolvía a nuestro
pueblo, dejando a un lado el pueblo de Huertas de la Magdalena y de fondo, el
castillo Trujillano.
Al llegar todos los senderistas coincidíamos en que habíamos
pasado un buen domingo, como siempre lo solemos hacer y algunos preguntaban por la siguiente ruta que
haremos el próximo domingo y que aun no está decidida. Informaremos de ella a
lo largo de la semana y esperemos volver a juntarnos tantos como hoy o incluso
alguno más.
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