jueves, 28 de junio de 2012

Capitulo 310: No te quieres enterar.





Hace algún tiempo es posible que estuvieras por encima mía, no te lo voy a negar, que años aquellos en los que tu tenias de todo y nada te faltaba; bueno, eso de que no te faltaba nada era mentira, ahora lo puedes comprobar.
¿Tienes amigos?, ¿te queda alguno?, no me mientas, ponte la mano en el corazón y contéstame francamente, y no me refiero a amigos de bares, yo quiero que me digas cuantos tienes de los de verdad, de los que por ejemplo no se fijan en el puto dinero, de los que te echan una mano y lo que haga falta desinteresadamente.

¿Uno?, ¿Dos si acaso? No, no digas tres que en el que estas pensando se ha echado atrás, lógico y normal, si a la mas mínima rajas de él en cualquier lado. ¿Qué te crees, que no llegan las palabras a los oídos de los demás? Vivimos en un lugar muy pequeño y todos nos conocemos, a lo mejor lo has hecho a propósito para que él se enterara, pues que sepas que lo has conseguido y lo mas cachondo es que no le ha cogido de sorpresa tales acusaciones, ¿Qué te puedes esperar de semejante personaje? Siempre ha sido así, no le vamos a descubrir ahora…

A mí en el fondo me da pena, pena de que sean tan ignorantes a la hora de ser personas, porque si tu intención en esta vida ha sido poseer más que todos tus amigos juntos, si ha sido fardar por cada cosa que ibas consiguiendo, si ni siquiera has sido capaz nunca de escuchar a los que según tu poseen menos, ¿Qué has conseguido en esta vida? ¿Dinero? ¿Riquezas?, ¿Para qué? Tienes con quien disfrutarlo, si por no tener no tienes ni una mujer que te quiera, la que te aguanta lo hace por el puto dinero, aprendió a ser feliz sin estar a tu lado, su única felicidad era gastarse tu dinero en tiendas, ropas, zapatos, etc. Que infeliz, podía tenerlo todo y no tenía nada, solo poseía dinero.

Tus hijos van por el mismo camino, los que les rodean, lo hacen porque tienen de todo, pero lo importante, la amistad verdadera no la conocen, me temo que fijarse tanto en el escaparate que tienen en casa les va a perjudicar, ojala y se den cuenta antes de que les pase como a su padre, que tengan que hablar solo con los santos que hay en los billetes.

Pues ya lo sabes, estoy al tanto de todo, de tus insultos por la espalda, como si tú no tuvieras nada que callar, que pronto nos olvidamos de lo que no queremos recordar cuándo puede ser usado en nuestra contra, o ¿es que ya no te acuerdas? Si estaba yo también, ¿a quién quieres engañar? No digas que eran otros tiempos que no me valen esas excusas, porque no hace tanto de aquello, ¿vas recordando? Seguro que sí.

Ala, coge un puñado de billetes y vete al primer bar a desahogarte, a poner a todo el mundo en mi contra, invita y vuelve a invitar para que alguien te haga caso, aunque según salgas por la puerta se descojonen de ti, te tienen tan calado que se emborrachan día si y día también a tu costa, total, por darte la razón tres o cuatro veces, merece la pena, además, si cuando tú te quieras ir a tu casa, ya no te vas a acordar de lo que te han dicho, vas muy deprisa con el alcohol, espero que no te pase nada, porque las enfermedades sin nadie alrededor son muy duras y aunque tu creas que no, hay cosas en esta vida que no se compran con dinero, pocas, pero las hay…

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