Aquella conversación en aquel bar le acabó de amargar el día:
_Déjale, le decía su compañero de trabajo, no merece la pena, quizás hasta tenga razón y todo en sus comentarios.
_¿Cómo va a tener razón si dice que él en los años sesenta también emigró, como va a tener razón??
Había escuchado tantas barbaridades tomándose aquella cerveza, que se sentía culpable por haber llevado allí a su compañero el búlgaro.
_Lo siento, no volveremos a ir a ese puto bar, la próxima cerveza nos la bebemos aquí en la finca y punto, así no tendremos que aguantar a ningún racista de mierda.
_No te preocupes, en los dos años que llevo en España, he tenido que pasar por cosas como la de este bar, día si y día también, casi que me estoy acostumbrando a ello y todo. A raíz de la crisis, son muchas las personas que nos señalan con el dedo a nosotros culpándonos de ella, pero este trabajo estaba aquí libre, yo no he mandado despedir a nadie de aquí para que yo entre, no estoy cobrando menos dinero que tu, cobramos lo mismo, pero la gente se cree que venimos a trabajar por la mitad del dinero que trabajáis vosotros y eso no es del todo cierto, pero como está la vida, cualquiera se lo explica a gente como la del bar, encima si tienen un vaso de vino encima, mejor no hacerle caso.
_Pues fíjate, ese hombre es vecino nuestro de finca, estoy harto de hacerle favores con su ganado, pero tu tranquilo, que de hoy en adelante, no pienso echarle una mano mas, que le ayuden los que en el bar decían que si con la cabeza cuando el se metía con todos los extranjeros.
_Venga déjalo, no pienses más en ello que te vas a amargar más todavía, vámonos a encerrar el ganado y luego te vas a tu casa, que tienes el fin de semana libre.
_Bueno, si tienes algún problema me llamas, ya sabes mi móvil, no dudes en llamar para lo que sea, yo vuelvo el lunes, ¿quieres que te traiga algo del Pueblo?
_No, tengo de todo, pan y tabaco para el fin de semana tengo, no te preocupes y vete a disfrutar con tu familia y el lunes nos vemos.
Al día siguiente, el búlgaro se dispuso a limpiar los establos cuando le pareció escuchar una voz muy a lo lejos pidiendo socorro, pero al dejar de hacer lo que estaba haciendo para escuchar, no oía nada raro y volvía a darle al cepillo. Una de las veces que nuevamente le pareció escuchar las voces salió al exterior, miró a todos lados, afinó el oído y no escuchó nuevamente nada, pero justo antes de entrar en el establo, escuchó los gritos de auxilio un poco más claros. Le parecían que venían de la finca de al lado, aunque no estaba muy seguro, empezó a andar cada vez más deprisa siguiendo el ruido que venía detrás de una pared alta de piedra, creo que es detrás de esa pared de donde vienen los gritos.
_¿Hay alguien ahí?? Me escucha alguien??
Hizo la misma pregunta dos o tres veces más, pero allí no contestaba nadie, cuando estaba a punto de volverse a las cuadras, volvió a escuchar otro ruido extraño. Ya no pudo aguantar más sin saltar aquella pared y fue lo que hizo, de un gran salto se encaramó arriba del todo y desde allí pudo ver tirado en el suelo al vecino de finca, el mismo que el día antes se había metido con él y con todos los extranjeros que había trabajando alrededor del Pueblo. No pensó siquiera en ello, salto al interior de la finca y le incorporo un poco la cabeza al hombre aquel.
_Está usted bien?? Me oye usted?? Le preguntaba sin respuesta alguna.
Al cabo de un instante, aquel hombre abrió los ojos, al ver al Búlgaro allí agarrándole, le volvió a faltar el aire de nuevo, hizo ademán de fajarse de las manos del extranjero, pero este no le dejó.
_Tranquilo, yo le llevaré al médico para que le vea, no hable que está usted muy débil.
No sabía cómo iba a saltar la pared con aquel hombre tan pesado a cuestas, solo se le ocurrió coger una soga y hacer como una especie de polea para poder subirle a lo alto de la pared y desde allí arriba, volver hacer lo mismo para bajarle. Así lo hizo, una vez que pudo tumbar al vecino en el suelo, salió corriendo en busca del coche de la finca, tenían prohibido salir de ella con él, pero estaba antes la vida de una persona que las leyes, a pesar de que le podía costar su puesto de trabajo.
A los diez minutos, estaban en el centro de salud, no sabe todavía como había dado con el, puesto que no había ido nunca, quizás el presentimiento hizo todo lo demás.
Estando allí llamó a su compañero de trabajo, no quería molestarle, pero al sacar el coche de la finca, creía que era su obligación llamarle.
_Que ha pasado?? Quien es el que has traído??
_El vecino de la finca de por cima, le ha dado un infarto y está muy mal.
_El que te insulto ayer??
_Si, el mismo.
_Joderrrr, seguramente que cuando se ponga bueno, seguirá insultando a todos los emigrantes y extranjeros, no se merece lo que has hecho por él.
La familia ha llegado pronto, estaban todos cerca de aquí. El hijo mayor se ha acercado a ellos y le ha dado las gracias, no, las gracias a él, yo no hice nada, estaba en casa que hoy descansaba y fue mi compañero el que lo ha salvado.
Nos han dicho los médicos que se pondrá bien, si llega a tardar quince minutos más, no lo cuenta……..
Vámonos, que tengo que llamar al jefe para decirle lo del coche.
_Para qué?? No vamos a llamar a nadie, no hace falta dar explicaciones de lo que has hecho, aunque sigo pensando lo mismo, no se merecía lo que has hecho por el, si hubiera sido al revés, tu amaneces en el establo muerto, aunque él hubiera estado allí a tu lado.
_No digas eso, seguro que él hubiera hecho lo mismo por mi…………..