Y una semana después del partido jugado en Alburquerque al Trujillo le tocaba jugar en casa. A lo largo de la semana desde la redes sociales se había hecho un gran trabajo, y no quedaba nadie en la ciudad que no supiera que se jugaba este transcendental partido para la larga historia de este club.
Para los habituales la semana ha sido larga y sin ninguna confianza, fruto de lo que pasó hace ahora doce años, que lejos de recordar aquello como una mala experiencia, al equipo le ha servido para salir sin confianzas y disputando el partido como si no llevaras ninguna ventaja.
Con el campo lleno de gente (da gusto verle así) a las siete comenzaba el partido, después de un merecido homenaje a la familia del ex presidente tristemente fallecido Manolo Porras. Un sepulcral minuto de silencio que todo el mundo ha respetado y una afición visitante muy numerosa y sobre todo deportiva. Da gusto vivir el fútbol de esta manera.
A pesar de la renta de dos goles cosechada en tierras pacenses, el Trujillo salió un poco nervioso, quizás sabiendo lo que se jugaban, los nervios aparecieron los primeros minutos. El fútbol era poco vistoso y había muchas interrupciones en el encuentro. El arbitro en lineas generales no ha estado muy mal, ha dejado jugar mucho y a lo mejor alguna tarjeta mas podía haber sacado. No he visto trato de favor al equipo local como alguno de los visitantes me decían al terminar el partido, si ha pitado poco ha sido para ambas partes.
Los no habituales en el estadio decían que el partido era un tostón, y nosotros que hemos visto toda la temporada respondíamos que hoy precisamente no era día de ver buen partido y lo mas importante era vencer la eliminatoria y subir a tercera...
El Alburquerque con su juego de estrategia a balón parado ponía cerco a la meta de Jorge que ha tenido poco trabajo hoy. Tres o cuatro córner y alguna falta lateral que la defensa formada de nuevo por Pacorro y Manu en el centro, bien secundados por nuestros laterales que para mi han sido los mejores, Doncel y Gino han estado espectaculares.
El Trujillo quería estirarse pero la presión visitante era muy intensa y robaban pronto el balón en el medio campo, la baja de Liberal en el Trujillo lo notó el equipo en los primeros compases. La solución del míster ha sido sacar a Raul en banda y centrar la posición de Kike Cancho, hoy sin duda mucho mas participativo que el partido anterior.
Jugando un poco con le reloj a la hora de parar el juego casi ha transcurrido la primera parte, pero una contra bien llevada antes del final de la misma, le llega el balón a Kike que fusila por bajo. El campo se viene abajo y todos respiramos un poco viendo lo poco que queda para el descanso. Un gol de esos que se llaman psicológicos. No soy de los que van diciendo que el fútbol debe nada a nadie, pero es cierto que me he alegrado mucho de que el gol le haya marcado el joven trujillano, que el año pasado en la eliminatoria contra el Zalamea, tuvo dos o tres y no convirtió ninguna de ellas. Fruto del gran trabajo de este año los resultados llegan.
El descanso ha servido para mentalizar a los jugadores que lo que había que hacer era tocar todo lo posible y salir a la contra, dado que el rival adelantaría lineas. Pero para sorpresa nuestra han salido mas o menos igual y solo a un cuarto de hora del final ha sido cuando han colocado a su mejor jugador, central de posición, de delantero centro. Un armario difícil de defender y que ha hecho sudar sangre y lagrimas a nuestros centrales.
El gol de Edu en una contra perfectamente llevada por Raul que le regaló el gol a su compañero ha sido la sentencia y la fiesta entre los aficionados.
Al pitar el final el colegiado la fiesta se apoderó del césped, primero despidiendo entre aplausos al rival y a sus aficionados los cuales seguro que volverán al año que viene a jugar liguilla.
Luego me he acordado de todos los que estos años grises se han dejado la piel para que este club siguiera vivo. Hace muy poco estábamos luchando por mantener la categoría y o hay que olvidar esos momentos ni tampoco a quienes estaban al frente de ello. Me ha emocionado ver a nuestros aficionados mas longevos abrazarse entre ellos e incluso derramar alguna lagrima al no creerse todavía que este equipo volvía a tercera veinticinco años después.
Pero esto que se ha conseguido hoy es fruto de todos, en primer lugar el entrenador y sus jugadores acompañados de una activa directiva que se ha movido bien.
En tercera se necesitan mas socios y mas dinero para poder sobrevivir y ahí es donde debemos de estar los buenos aficionados que siempre quisimos a este equipo en tercera. No podemos menospreciar lo conseguido y hay que seguir llenado el campo y animar a los amigos, vecinos y familiares para que se acerquen al estadio. Si no es así todo lo luchado este año caerá en saco roto y la verdad que sería muy triste si esto pasara para la ciudad.
Enhorabuena a todos y a nosotros los SOCIOS, también.
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