miércoles, 9 de noviembre de 2016

Capitulo 778: Papá, no quiero la escopeta.



Desde pequeño fui siempre de caza con mi padre, lloviera, tronara o hiciera frio. Pero últimamente no disfruto haciendo esto. Es mas, cada día me da mas pereza levantarme para acompañar al viejo un domingo de caza.
Hoy sábado he quedado con los amigos y amigas y saldremos un rato, acabaremos haciendo botellón y en el hablaremos de cuarenta cosas. Es curioso, cuando tocamos el tema de la caza a ninguno de mis amigos le gusta escuchar las batallitas de mi padre y mías. Siempre cambian de tema y la mayoría de las chicas acaban preguntándome si no me da pena matar animales o pájaros. Yo antes me encogía de hombros y meneaba la cabeza diciendo que no, pero últimamente antes de contestarles lo pienso un rato y luego como por obligación, les vuelvo a decir que no, pero entre dientes.

Además hoy viene de Salamanca donde está estudiando Maria. Hace un tiempo que me fijo en ella mas que en las demás amigas y a ella creo que le pasa igual, puesto que los fines de semana que emparejamos, no nos despegamos el uno del otro.
Tengo claro que el tema de la caza no podré tocarle, puesto que a Maria la encantan todo tipo de animales. Tiene en casa gatos, perros, y hasta incluso un par de conejos, con los que antes me gustaba hacerla de rabiar diciéndola que el día que se la escaparan, yo los cazaría. Antes le hacia gracia cuando le decía esto, pero de un tiempo a esta parte, ni siquiera gesticula cuando escucha la frase. Por eso será mejor no tocar este tema.

Me dicen por el Wasap del grupo de amigos que mañana como hace buen tiempo, saldrán al campo a observar pájaros. Mi amigo Luis es un enamorado de las aves y siempre está con sus prismáticos a cuestas de aquí para allá intentando reconocer algún Águila, milano o cualquier pájaro que se cruce delante suya. Como podéis comprender, no nos hemos llevado nunca demasiado bien. Cada vez que hablábamos de la fauna que nos rodea, salíamos discutiendo. Es verdad que ahora cuando salgo al campo de caza, me quedo mas de una vez embelesado con alguno de los muchos pájaros que nos sobrevuelan a mi padre y a mi, incluso el otro día dejé escapar un conejo por intentar averiguar siguiendo los consejos de mi amigo Luis, si el milano que tenia delante era Real o no. La bronca de mi padre fue tal, que estuve a punto de irme solo para el coche. Para un conejo que vemos en toda la mañana y le dejo ir...

Lo que no se es como le voy a decir a mi padre que mañana no voy con él. Seguro que se cabrea y se tira toda la semana sin hablarme. Si encima le digo el porque no voy, va ser mucho peor. Prefiero inventarme algún dolor, aunque si le digo eso, creerá que he estado bebiendo alcohol toda la noche y a mi ni siquiera me gusta.
Que diga lo que quiera, mañana me voy con mis amigos y amigas a conocer las aves de la zona. Dice mi amigo Luis que yo no dejaré de ir de caza por ir con ellos, pero le he jurado que así lo pienso hacer. Aunque él sigue diciendo que hasta que no me vea en la plaza, donde hemos quedado, no apuesta un euro por mí.

Pues si, vaya cabreo que se ha pillado mi padre, dice que cada día me ve con menos ganas de ir con él y la verdad es que tiene razón, estoy deseando que se acabe la veda y tener todos los domingos libres para salir al campo con mis amigos los "ecologistas", como los llama mi padre. Han tardado mucho sus "amigotes" en irle con el cuento de que me han visto con los prismáticos viendo pasar a las grullas, que ya están por aquí....Me lo he pasado en grande con ellos, incluso he estado a punto de enrollarme con María, que desde que he dejado la escopeta en casa, me hace mucho mas caso.

El domingo que viene iremos a intentar fotografiar Avutardas, seré el guía del grupo puesto que hace poco tiempo las vi en uno de aquellos domingos en los que salía con mi padre de caza. Vendrán Maria, Luis y varios amigos mas, a los que les pica la curiosidad de conocer todas las aves que nosotros ya vamos conociendo gracias a nuestro amigo Luis, el cual nos ha pasado unos libros de pájaros que el tiene. Yo los tengo bien guardados en mi cuarto en lugar seguro, no quiero que los vea mi padre por allí y los haga trizas...

Tengo que decírselo y no se como, se va a pillar tal disgusto que no volverá a mirarme a la cara. Pero lo he decidido, la escopeta que me compró por aprobar la ESO con una nota final de sobresaliente, no la quiero. Le diré que la intente vender y así recuperará algo del dinero que invirtió en ella. Incluso estoy dispuesto a buscarme un trabajo para los fines de semana y devolverle el dinero que le costó.
Sé que mi madre me apoya y me ayudará el día que se lo comunique, también aprovecharé para decirle que he decidido estudiar biología, me he dado cuenta que es lo que me gusta y a lo que intentaré dedicarme en el futuro.

Papá, tengo que decirte algo; no quiero la escopeta que me compraste, no quiero ser cazador...







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