lunes, 28 de noviembre de 2016
Capitulo 784: Otoño en Valdastillas, (Valle del Jerte)
Lo bueno de llevar tanto tiempo pateando nuestra Extremadura, es que ya sabemos los sitios a los que merece la pena ir, dependiendo de las distintas estaciones del año. El otoño es sin duda la estación en la que mas se puede disfrutar en los valles extremeños, lo peor es que esta estación suele durar poco y hay que darse prisa si quieres ver los colores tan espectaculares que estas comarcas ofrecen a sus visitantes.
Por eso después de la semana anterior haber tenido la suerte de visitar el Valle del Ambroz, esta semana tocaba ir al Valle del Jerte, y la ruta que decidimos hacer fue la que sale desde el pueblo de Valdastilla, al cual ya hemos acudido varias veces.
Las previsiones el día anterior no daban apenas agua por aquella zona, pero una vez mas se equivocaron y el agua nos acompañó toda la ruta. No importa que llueva siempre y cuando uno vaya bien equipado para combatirla.
A las siete de la mañana nos dimos cita en la plaza de Huertas y desde allí nos acercamos a la panadería para comenzar el ritual que un poco mas tarde en algún lugar de aquel pueblo, terminaríamos.
El viaje le hicimos tranquilos y la lluvia nos apareció cerca de Plasencia, aunque era una lluvia fina que no molestaba para conducir. Y así sobre las ocho y media estábamos aparcando en el pueblo de Valdastilla.
Una vez colocados nuestros trajes de agua, comenzamos a caminar bajo la fina lluvia que de momento no estorbaba mucho para andar. Pronto los colores del otoño empezaron a asomar y los cerezos, mezclados con los robles, castaños, olivos y alguna especie mas, nos dejaban con la boca abierta. Era un verdadero placer fotografiar el momento, lo peor era poner a salvo la cámara para que las fotografías valieran para algo.
Pasar por la piscina natural donde en verano nos habíamos bañado, fue un espectáculo, puesto que rebosaba sin estar puesta la compuerta. Se había juntado el agua caída durante todo el fin de semana, con el deshielo de la nieve que había caído en Piornal y que aun dejaba huellas en lo mas alto de la sierra.
Nos frotábamos las manos al pensar como debía de estar la famosa garganta del Caozo y teníamos ganas de llegar hasta ella. Pero el sombraje de una caseta de campo, usada en época de recolección de la cereza, nos sirvió de refugio para comernos el muerdino y la verdad que acertamos con el sitio, puesto que estuvimos un rato a refugio del agua y cómodamente sentados.
Y un rato después estábamos ensimismados mirando la brutalidad del agua caer garganta abajo. A pesar de haber estado varias veces, nunca antes la habíamos visto con tal caudal y la verdad que asustaba un poco. El agua te mojaba en el famoso mirador y estuvimos un buen rato sin querer irnos de allí. Después de algún que otro video para el recuerdo y sin dejar de mirar atrás, seguimos la ruta, la cual seguía enamorándonos con sus vistas y colores.
El agua empezó a desaparecer justo cuando nos quedaba menos de un kilometro para llegar de regreso al coche, y como era temprano nos fuimos a tomar un refresco al club de la localidad, pero antes estuvimos conversando con una vecina, senderista también, la cual compartió con nosotros algunas vivencias y nos aconsejó hacer alguna ruta que todavía no hemos realizado y que tarde o temprano iremos a hacer.
En definitiva, otro domingo que volvemos a tener un premio espectacular tan solo por madrugar un poco y desplazarte a poca mas de una hora de tu casa. ¿Que mas se puede pedir?
Cascada
Nos vemos por las callejas y cascadas.
sábado, 26 de noviembre de 2016
Capitulo 783: Víctimas con numero.
Cuando nuestra hija comentó en casa que tenia un "amigo", una extraña sensación recorrió mi cuerpo. No sabia si alegrarme por ello o entristecerme, porque entre otras cosas, yo también me estaba haciendo mayor. Mi mujer me recordó entonces a la edad que nosotros empezamos a "salir", y hasta ese instante no me di cuenta de lo jóvenes que éramos.
Nuestra hija pasó en pocos días de jugar con muñecas a pintarse los ojos. Si ya era guapa de chiquilla ahora con su "amigo" mucho mas. Como un investigador privado quise conocer a la criatura, aunque no me hizo falta investigar mucho cuando mi señora me dijo quien era el afortunado. !Coño! si es el hijo de nuestros amigos, pues que bien, pensé para mis adentros. Mucho mejor que se junte con una persona conocida que no un cualquiera de sabe dios donde. Esa inquietud de padre es imposible de controlar.
El carácter de nuestra hija pronto comenzó a cambiar para con su familia. Hablaba mal a todos y no se la podía preguntar nada sin que ella te contestara mal. Son cosas de la pubertad nos consolábamos diciéndonos su madre y yo. Aunque mas de dos noches el sueño nos abandonara pensando en nuestra hija.
El día que su madre la cogió el móvil para no se que cosa, ella se puso como una loca, incluso amenazó con pegar a su madre. Esta, cuando llegué yo a casa me comentó la situación y nos reunimos los tres para hablar del tema un poco en serio. Ella a pesar del castigo impuesto no torció el gesto, se encerró en su cuarto y no volvió a salir hasta el siguiente día de instituto, desde donde nos habían llamado hacía pocos días, para decirnos que nuestra hija se había dejado ir en los estudios, y que su comportamiento dentro del mismo era insoportable. Nos pareció raro puesto que siempre había traído a casa unas notas excepcionales, siendo siempre la numero uno en cualquiera de los cursos anteriores. De nuevo volvimos a echar la culpa a la bendita pubertad su madre y yo.
Una mañana nuestra hija no quiso levantarse para ir al instituto, puso la pega de estar enferma y no se levantó de la cama en todo el día. Fue a la hora de la cena cuando se presentó en el salon y vimos un negral en su cara. Ella intentaba tapárselo todo el tiempo, pero su madre pronto la preguntó por ello.
Ella contestó enfadada como siempre, que se había dado con la puerta del armario...
Algo no iba bien y su madre y yo comenzamos a investigar su relación comenzando por preguntar a sus amigos. Siempre desde un punto en el que no se sintieran agobiados, para que de ese modo nos contestaran algo que nos dejara tranquilos, o a lo mejor, nos dejara peor sabor de boca.
Tan solo una de sus mejores amigas fue quien nos dio la pista, de que en la relación de nuestra hija con el hijo de nuestro amigo, las cosas no iban bien. Es un celoso y no la deja juntarse con nosotras; fue una de las frases que nos dijo su amiga, la cual aun guardo en mi cabeza.
Lo mejor será llamar a mi amigo y comentarle la situación, aunque la verdad que no se como se lo voy a contar, para no caer en una discusión que acabe con nuestra amistad.
A la vez mi mujer también se puso en contacto con la madre del chaval y como era de esperar lo único que hicieron ambos fue defender a su hijo a capa y espada. La relación con nuestros amigos se fue enfriando a la vez que a mi hija la iban creciendo las ojeras.
Hasta aquella tarde que nuestra hija se quedó el móvil en casa, al ir a la biblioteca a realizar un trabajo. Pronto aquel aparato comenzó a vibrar cada minuto. Nos miramos los dos y decidimos descolgar aquel móvil. Era su amigo preguntando por ella con la voz nerviosa y alterada. Se enfadó con nosotros por haber descolgado el teléfono, como si le molestara que nos enteráramos de algo mas. Nada mas colgar no tuvimos mas remedio que mirar los mensajes de wasap que aquel flacucho chaval había mandado a nuestra hija.
Los tuvimos que mirar varias veces para creer lo que estábamos leyendo. Aquellas frases las recuerdo aun como si fuera ayer. "Mañana te quedas en casa que yo saldré con mis amigos" o "Como te vuelvas a poner falda sin que yo te de permiso te meto una hostia" . "Porqué no contestas mis wasap, te vas a enterar cuando te vea".... Y muchos mas que me revuelven las tripas el volver a pensar en ellos.
Nos quedamos tan descolocados que no supimos como actuar en ese momento. Si hablábamos con nuestra hija lo iba a negar todo. Si hablábamos con el chaval mas de lo mismo. Con sus padres habíamos perdido la amistad de manera radical. Con la policía nos parecía demasiado fuerte, aunque he de decir que fue lo primero que quise hacer. Pronto nos acordamos de nuestro amigo Fran, que es profesor en un instituto. Le pusimos al corriente de todo y fue el quien convocó una reunión entre los seis. Mi hija, el amigo, sus padres y nostros. Nunca antes había temblado mas que en aquel momento. Mi amigo se puso como un loco al leer los mensajes que su hijo había estado mandando a nuestra hija desde hacia tanto tiempo. Nuestra hija pronto se derrumbó y nos confesó que no le quería, pero que le tenia tanto miedo que por eso seguía con él. Las ostias que le pegó su padre al chaval allí mismo fueron menos que las que me hubiera gustado pegarle yo, pero lo mejor era que nuestra hija se había quitado un gran peso de encima y que de nuevo tenía ganas de volver a vivir.
Repitió el curso pero nos da igual. Este año ha vuelto a ser la que siempre nos tenia acostumbrado y la sonrisa ha vuelto a su cara. Ahora se lo cuenta todo a su madre y nos hace cómplices de sus enamoramientos.
Mis amigos y su hijo se fueron del pueblo. Pidieron traslado dentro de sus trabajos y se lo concedieron. Aunque me daba pena por los padres, fue lo mejor para todos. Nos escribimos de vez en cuando y no hemos perdido el contacto. Me contaron que ingresaron a su hijo en un colegio interno, dentro del cual había expertos en tratar con maltratadores y acosadores. No se explica como su hijo ha podido llegar a esos extremos, si jamás lo vio en su casa. Me sigue pidiendo perdón cada vez que hablamos y siempre se preocupa por mi hija, lo cual uno agradece...
Hoy podemos decir que a mi hija no la pusieron numero, aunque estuvo cerca.
Contra el maltrato somos necesarios todos.
jueves, 24 de noviembre de 2016
Capitulo 782: Del cachete al psicologo.
Y uno no sabe donde se han quedado aquellos valores y respeto que a todos nos enseñaron nuestros padres, ayudados por los maestros. Es raro el día que no conocemos alguna historia nueva en cualquier colegio del país. Antes lo veíamos en televisión, pero ahora las historias están pasando en los colegios de nuestros propios niños. Y me refiero a los cientos de encontronazos entre padres y maestros, los que hace años eran aliados para enseñarnos a todos los niños, hoy se enfrentan entre si, la mayoría de la veces por verdaderas tonterías. Tengo amigos maestros que cada día que pasa van mas acojonados a ejercer su profesión. Saben que una simple voz mas alta que otra a uno de los niños que se vea apoyado por sus padres, será objeto de un nuevo enfrentamiento. Y en lugar de aprender las miles de cosas que hay que aprender en un colegio, están aprendiendo la manera mas fácil de ser protagonista de una discusión.
Antes la razón la tenia siempre el maestro, aunque es verdad que algunos no estaban a la altura de otros, y muchas veces se pasaban a la hora de tomarse a pecho la famosa frase de que "con sangre entra", y aunque no había sangre, muchos de aquellos maestros usaban desde el típico "capón" que rara vez nuestro gran maestro Don Felix usaba con alguno de nosotros. Otros maestros que han pasado por mi curriculum estudiantil en lugar de capones, usaban la mano abierta. Y así recuerdo algún guantazo de Don Luis, Don Manuel, Doña Paquita, Doña Paula y alguno mas que se queda atrás. Pero la verdadera maestra que usaba sus manos además de para explicar la lección, para entrárnosla en nuestras cabezas, era Doña Cati.
Pues si, Doña Cati era nuestra maestra de matemáticas y a la vez, maestra de música. Las matemáticas solía meterlas en nuestras cabezas con sangre y alguna que otra lágrima. Ahora, la música, a ningún chaval que había en su clase le hacía falta darle ninguna voz mas alta que otra para que se aprendieran las canciones. Y mira que esta mujer cantaba mal, pero su afán por enseñarnos canciones tradicionales de nuestra tierra, hizo que a día de hoy muchos de sus alumnos que aprendieron aquello, sigan cantando alguna que otra de vez en cuando y acordándose de aquella maestra de baja estatura, pelos largos y mal peinados y uñas largas, las que mas de una vez clavó en nuestros brazos a la hora de agarrarnos para que bajáramos la cabeza y poder alcanzar a nuestros rostros.
Ninguno de aquellos alumnos necesitó ir a ningún psicólogo a causa de esta conducta por parte de nuestra maestra. Tampoco íbamos con el cuento a casa, de que Doña Cati o cualquier otro profesor, nos había dado un cachete, porque el resultado mas seguro podia ser otro cachete de tus padres antes de preguntar el porque. Así que lo mejor era estarse callado y rezar para que el maestro no convocara a tus padres a alguna reunión.
Hoy me cuentan que hay padres de alumnos controlando a los profesores en los colegios desde fuera de ellos. Padres con ganas de tener algún encontronazo con alguno de los que debían de ser sus aliados y que sin venir a cuento, se han vuelto sus enemigos.
Y digo yo que puedes estar mas o menos de acuerdo con las tareas que nuestros hijos traigan a casa, o con la manera de puntuar algún que otro examen. Pero en lo que debemos de estar unidos a los profesores es a la hora de educar a nuestros hijos, enseñándoles en primer lugar la palabra respeto. Que no hay ningún profesor tonto, ni ningún profesor te tiene mania y te suspende por ello. Si suspenden tus hijos es porque no han estudiado lo suficiente. Ahi es donde entramos los padres y no puestos de aguardo en las vallas de los colegios, esperando la oportunidad de atacar a los profesores.
Me da mucha pena ver hacia donde vamos, sabiendo que mas pronto que tarde, las aulas serán jaulas, donde los alumnos no podrán acercarse a los maestros ni viceversa. Los padres pondrán las notas a sus hijos desde sus casas sin hacer falta que se examinen, ni tampoco estudien. Que tendrán todas las tardes libres para liar alguna por ahi, porque los padres hemos decidido que ninguno de nuestros hijos tenga que resolver ni un simple problema de matemáticas. Y a la primera voz mas alta que nos digan nuestros hijos que les han dado los profesores, iremos con los antidisturbios, el juez y el notario para que levante acta, antes de agarrar al profesor del pescuezo. !A mi hijo no le da voces ni Dios!
Si levantara la cabeza Doña Cati no sabría donde meterse. Aquellos alumnos suyos que aguantaron carros y carretas, hoy no soportan que a sus hijos les den una voz y mucho menos que les suspendan.
!Que vergüenza! que a tu hijo le queden cuatro asignaturas. Es mejor no airearlo y decir por la calle que nuestros hijos lo aprueban todo y con unas notas espectaculares y a la vez, vivir en Extremadura, la cuna del suspenso.
Si nos hubieran llevado a aquellos niños al psicólogo, a lo mejor hoy no llevábamos a los nuestros al mismo. Inventando enfermedades que simplemente se curan con un capón a tiempo... Aunque de lo que están faltos los niños de hoy, es de los cachetes que sus padres se llevaron por docenas y de los que hoy parece ser que nos avergonzamos.
Y me despido con aquel proverbio africano que me encanta y que dice: "Para educar a un niño, hace falta toda la tribu".
Tomemos nota.
lunes, 21 de noviembre de 2016
Capitulo 781: XVIII Ruta Bosques del Ambroz.
Si eres senderista y encima extremeño, es un pecado muy grande no haber realizado esta ruta que entra dentro del circuito "Camina Extremadura" y que este año cumplía su décima octava edición.
Gracias a nuestro amigo Carlos que se empeñó en que teníamos que acudir, hacía mas de un mes que nos habíamos apuntado y es que esta ruta tiene un tope de mil participantes y las plazas vuelan rápidamente, una vez realizada la ruta, no me extraña que así ocurra.
Como teníamos que estar en la localidad de Segura de toro a las ocho menos cuarto de la mañana, nos tocó madrugar en el día de ayer y a las seis de la mañana, nos dábamos cita en la plaza de Huertas, donde nos juntamos los nueve amigos que deseábamos ir a conocer esta magnifica ruta.
Las previsiones eran de una jornada de lluvia y con algo de incertidumbre nos montamos en los coches que a esa hora ya estaban mojados por una fina lluvia que hacia un rato que había comenzado a caer. Nada que ver con la manta de agua que nos cayó por el camino, sobre todo a la altura de la Capital Cacereña donde los limpias del coche no se daban abasto.
Durante el camino íbamos hablando de los peligros que conllevan el hacer senderismo los días de lluvia y sobre todo en terrenos propios para resbalar fácilmente. Esta ruta es una de ellas, dado que el primer tramo vas descendiendo por una calzada antigua de piedras, cubiertas de las hojas que poco a poco se iban cayendo. Estaba claro que deberíamos de tener un poco mas de cuidado...
A las ocho menos cuarto llegábamos a la localidad de Segura de Toro, donde nos pertenecía montarnos en el autobus numero seis. La organización de esta ruta es espectacular y se cuidan todo tipo de detalles por muy insignificantes que sean.
Das tu nombre y te dan una pulsera la cual debes de llevar para pasar los tres controles que existen, de este modo todos los senderistas están siempre controlados, además también tienen el numero de móvil de varios integrantes de cada grupo, para si hace falta llamar para comprobar nuestra situación.
Una ruta de mil personas requiere todo el cuidado que esta gente pone a la hora de organizar.
La ruta
Desde Segura nos encaminamos con el autobus hasta el comienzo de la ruta, en la localidad mas alta del Ambroz, La Garganta. Allí la calle principal está llena de senderistas y de momento la lluvia nos da una tregua y es la niebla la que se apodera de las montañas. La temperatura es espectacular y una vez que nos colgamos las mochilas, lo mejor es comenzar a caminar. Cada cual lo puede hacer cuando quiera y con quien quiera y así, pronto estamos ascendiendo la primera cuesta que nos espabila y a la vez desentume.
Lo mejor es encontrar tu ritmo y hacerte hueco, la bajada hasta Hervás es peligrosa y hay que ir al comienzo a fila de uno, por lo que si no te espabilas, no adelantas a nadie.
Vamos a buen ritmo y en buen sitio, no nos estorba nadie y nosotros incluso nos alejamos unos de otros. Cada cual a su ritmo y en el primer control, quedamos todos.
Entramos juntos en Hervás justo cuando se ponía a llover en condiciones, la niebla había dado paso al agua y en el punto de control nos dan una camiseta y una "braga", además de preguntarnos si seguimos en ruta. Los alrededores al punto están llenos de senderistas comiéndose el muerdino y nosotros intentamos buscar un sitio para refugiarnos del agua que en ese momento caía con ganas.
Casi sin quererlo nos encontramos un soportal bastante amplio que le hicimos nuestro, y allí montamos el campamento para nuestro merecido muerdino, que esta vez le tuvimos que comer con el pan que compramos en Hervás y que nada tiene que ver con el de nuestro pueblo... ya quisieran tener allí la posibilidad de probar el nuestro.
Había hambre y ganas de hacer una parada larga, sabiendo lo que nos quedaba todavía, decidimos entrar en un bar y tomarnos un café calentito para aguantar el agua que parecía que nos iba a acompañar.
Y mochilas al hombro seguimos hasta la localidad de Gargantilla, donde está el siguiente control. Deja de llover enseguida y se anda estupendamente. Si el bosque de Hervás es bonito el que llega hasta Gargantilla es espectacular. Las cámaras echan humo y todo el mundo quiere recoger en sus aparatos, los colores del otoño.
Mucha gente parece haber abandonado la ruta, eso o es que han parado menos rato que nosotros y han llegado antes, puesto que en el camino nos encontramos poca gente.
Antes de llegar al siguiente control, el agua nos vuelve a aparecer y aunque no cae fuerte, nos hace ponernos los trajes de agua de nuevo.
En la plaza de Gargantilla nos tomamos una cerveza y nos reagrupamos de nuevo, para seguir hasta el final de la ruta que está a tan solo cinco kilómetros de allí.
Deja de nuevo de llover y las piernas se las va notando algo cargadas. Los pocos senderistas que quedamos por llegar nos lo tomamos con tranquilidad y poco a poco alcanzamos las primeras casas de Segura de Toro, donde a lo lejos se oyen tambores de alguna batucada que ameniza el rato.
Las amas de casa reparten chocolate con churros y la verdad que el chocolate nos viene bien aunque frio no hemos llegado a pasar en ningún momento de la ruta.
La sensación de felicidad que entra al pasar el ultimo control no lo sabe nadie mas, que quien se ha levantado a las cinco de la mañana para ir hasta allí, a hacer esta preciosa ruta. Todos muy contentos movemos un poco el esqueleto al ritmo de la música y el agua que no quiere abandonarnos nos hace decidir que es hora de emprender la vuelta con tranquilidad, parando en el camino para tomarnos algo y así descansar los conductores, que refriegan sus ojos por culpa de la lluvia, la cual hace que tengas que afinar la conducción.
Un día magnifico para una ruta espectacular, con una compañía de diez, casi imposible de mejorar. Da gusto moverte por cualquier lugar con estos amigos que ni siquiera el agua los hace cambiar de postura.
Gracias Carlos porque tu empeño tuvo la culpa del gran día que pasamos ayer. Pensando en la siguiente ruta desde hoy mismo, porque el senderismo está mas vivo que nunca y no podemos dejar que se apague la llama. Salir a pisotear nuestros campos, nuestras callejas y nuestras veredas y vuestro cuerpo y vuestra mente os lo agradecerá.
Nos vemos por las callejas, aunque llueva.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
Capítulo 1.021: Finde de las tres "S"
Santoña, Santander, Santillana del Mar. Nos volvimos a poner en carretera cuatro meses después de haber hecho el anterior viaje a Portugal...
-
Iniciábamos los años noventa cuando un Renault 6 verde se para junto a mí, se baja la ventanilla, con la manivela por supuesto, y una bocana...
-
Es el mejor rato antes de que cada uno enfile para su casa a cenar con los suyos. Debemos de llegar a la hora justa, ni antes, ni después....
-
Y un dia, sin saber ni porqué si ni porqué no, se presenta en tu cuerpo sin avisar. Se apodera de tu mente y se aloja supuestame...