Y aunque rara vez suelo escribir de fútbol en mi blog, hoy no podía dejar pasar por alto el partido que tuve la suerte de presenciar ayer en directo. Los rivales, como local el Cacereño y como visitante un equipo de Arroyo de la luz, a escasos veinte kilómetros de Caceres. Por eso la palabra derby, la cual odio, podía usarse en este caso, aunque no de forma correcta, porque no son equipos de la misma ciudad.
El caso es que al partido de ayer llegaban los dos equipos muy necesitados de puntos. Aunque algo mas el equipo visitante. Puesto que el local tenia 43 puntos y el Arroyo contaba con 40 puntos. Hasta ahí todo normal. Después de leer en varios foros de fútbol cosas como que el partido estaría amañado y habrían pactado un empate, le propuse a mi pequeño acercarnos a la capital y vivir en directo dicho duelo. Con el corazón dividido y con mucha calor en la capital, llegamos a eso de las doce menos cuarto, puesto que el partido comenzaba a las doce de la mañana.
El ambiente en los aledaños del campo era bueno y la taquilla presentaba una inaudita cola, que pocas veces se ve en este estadio. Estaba claro que la cercanía con Arroyo de la Luz, invitaría a los seguidores de este equipo a desplazarse a la capital para disfrutar del choque. Estos, con los cuales pude departir unas palabras, no venían con mucha moral y dudaban de que fueran a sacar algo positivo del Príncipe Felipe. A lo que yo les comenté lo que había leído en varios medios de internet. Ellos se reían de lo que yo les comentaba y con un "ojala" acabamos dicha conversación.
Nada mas entrar al campo me encontré con algún que otro paisano que también acuden a ver al Cacereño varias veces a lo largo de la temporada, incluso hay varios que son socios del club, puesto que este año han sacado módicos precios para que la gente acudiera en masa, cosa que la verdad no ha ocurrido, hasta las ultimas jornadas, cuando el equipo ha necesitado de su aliento y la directiva a puesto las entradas baratas para este fin.
El comienzo del partido me dejó lleno de dudas. Pensé que el Arroyo al venir mas necesitado, saltaría al campo con mas hambre que los locales y no fue así. Dominó si se puede decir esa palabra, el centro del campo si acaso diez o quince minutos, intentando triangulaciones que en ningún momento les llegaron a salir. Como el plan "A" no les dio resultado, optaron por el plan "B" que según lo visto era despejar todos los balones que llegaban a su área, con fuertes "boleones" hacia tierra de nadie, e intentar que su delantero centro, rescatara alguno.
Los espectadores con el sol encima de nuestras cabezas apretando de lo lindo, comenzábamos a murmurar y a empezar a creernos que "el pacto", era verdad. Como la gente se aburría hubo que quedarse con las paridas que en la grada se empezaban a escuchar. Unos con algo de cachondeo y otros lo típico de siempre, insultar al trío arbitral y desahogar las penas de toda la semana contra ellos.
La primera parte fue sin duda para no hacer adictos a este deporte, creo que cualquier equipo de barrio sabe jugar mejor que lo hicieron estos dos equipos. Así, fue un respiro escuchar el pitido del arbitro cuando mandó a los vestuarios a los dos equipos.
Con la calor que hacia nos desplazamos a la barra para refrescarnos con algún refrigerio, cosa que no pudimos hacer porque los encargados de la barra, tuvieron la mala sombra de quedarse sin nada para consumir, aunque nos dijeron que harían lo posible para traer pronto, algo mas.
Un poco cabreados nos volvimos a sentar en nuestro sitio y esperar a que el arbitro diera comienzo a la segunda parte. La gente se lo pasaba bien en el descanso. La popular bota de vino y alguna que otra "merendera", quitaban el hambre y la sed. Los aficionados a "ultras" del Cacereño, seguían con sus cánticos, unos que la gente de la grada acompañaba y otros metiéndose con los paisanos de Badajoz, que la gente decía a viva voz, que no venían a cuento. Pero ya se sabe, para pasar por ultra tienes que parecer muy "malote".
El comienzo del segundo tiempo nos dejó otra imagen bien distinta por parte de los jugadores locales, los cuales salieron con otro brío. Así pronto se pusieron con ventaja en el marcador y los aficionados respiraban tranquilos, no ya por el gol, sino porque así espantaban los fantasmas del ya tan manido y hablado pacto.
Poco después en un corner muy mal defendido llegaba el segundo gol y los aficionados definitivamente, empezaron a disfrutar del choque. Los cánticos del publico se escuchaban a mas volumen e incluso algún que otro aficionado, comenzó a cantar al equipo rival "a tercera". Aunque bien es verdad que fueron muy pocos los que cantaron esto.
La expulsión del mejor jugador del equipo rival, acabó con las pocas esperanzas de la afición del Arroyo, la cual se llevó la desilusión de al menos haber visto competir a su equipo de forma elegante.
El tercer gol dio paso a los tan manidos "oles" que de parte de la grada, se empezaron a oír. Los ultras seguían a lo suyo, metiéndose entre cántico y cántico, con los habitantes de Badajoz y tan solo los espectadores que estaban a mi lado, seguían siendo políticamente correcto y elegantes con sus paisanos de Arroyo.
Con el pitido final el jubilo se desató en la grada y los jugadores vinieron a dar las gracias a la misma y hacerse todas las fotos que la gente les pidió. Se veía a la gente contenta tras haber sufrido en las ultimas jornadas y después de un año bastante pobre de fútbol. Se espera que tras la adquisición de un comprador Mexicano, se le de una vuelta completa al campo y al equipo, lo que tiene ilusionada a parte de la afición cacereña. Yo la verdad no me fío y aunque me gustaría poder ver al equipo de la ciudad aspirando a mayores cotas, espero que no sea humo lo que estén vendiendo.
Orgulloso de ver que lo del pacto eran habladurías, me volví al pueblo con mi pequeño que disfrutó mas que su padre sin duda del choque.
El domingo intentaremos ir a ver al Villanovense el cual se juega la cuarta plaza del grupo, esperemos tener suerte y que se clasifiquen. Así como el Arroyo logre la gesta de salvarse, porque mientras hay vida hay esperanza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario