Algo más de seiscientos setenta kilómetros separan nuestras casas, es cierto. También es cierto que el clima no es ni siquiera parecido. No es menos cierto que nuestras costumbres tampoco suelen ser las mismas. Pero amigos, cuando se trata de amistad, todo lo demás sobra. Incluso la distancia por muy larga que sea, pasa a un segundo plano.
Y la verdad que estas cosas son difíciles para mi de describir, puesto que siempre me quedaré corto en la narrativa y todo lo que aquí refleje, no será suficiente para que, por lo menos yo, quede satisfecho con la redacción.
Planear algo hoy en día con mucha antelación no suele gustarme. Si es difícil ponerse en camino una sola persona, contra más cuatro. Y no solo eso, si le añades que dos de los viajeros son todavía niños, pues te arriesgas a enfrentarte a mas inconvenientes de los que personas adultas acarrean.
Por eso la planificación del viaje fue cogida entre alfileres por mi mujer y por mi. Queríamos ir, sin duda. Pero hasta ultima hora no podíamos lanzar las campanas al vuelo. Seguramente que penséis todos el motivo por el cual, siempre uno está a expensas de todo y en este caso no iba a ser menos. Pero hace tiempo que decidimos de vivir todo lo al día que la vida nos dejara, apretandonos en unas cosas el cinturón, para en otras, salir victoriosos y disfrutar toda la familia de fines de semana que se quedaran grabados para siempre en nuestras memorias. Y es aquí cuando entra en la historia mi amigo Jesús. Creo que en este blog he reflejado varias veces la amistad que nos une, gracias sobre todo a nuestro equipo de fútbol, el Athletic Club. Hace ya algunos años que nos conocimos por medio de las redes sociales y de una pagina en internet, donde un servidor vivía de manera virtual todos los días de la semana. A raíz de aquello surgió entre nosotros una amistad verdadera, de las que se nota a la legua, que perduraran en el tiempo. Y lo que comenzó con el fútbol, se fue trasladando a lo personal y hoy en día casi que de lo que menos hablamos es del deporte rey.
Con la ayuda de mi buen amigo Jesús, los planes de viaje han sido mucho mas fáciles en todos los aspectos. La verdad que con él,lo único que hay que poner son ganas de ir a los sitios, lo demás... Quien le conoce bien sabe de lo que escribo en este momento. Tiene amigos en el infierno como dice su aita, para si por algún casual le toca ir allí, no le pinchen ninguno.
Y el viernes nos pusimos en camino y tranquilamente y disfrutando del viaje, el cual siempre debe de formar parte de las vacaciones, fuimos acercándonos a la comunidad Cántabra, donde tantos amigos tengo. La cara de los pequeños era de ansiedad. Aunque bien es cierto que no eran ellos solos los únicos ansiosos en esta excursión. Un servidor ansiaba el conocer el nuevo San Mames, el cual todavía no había tenido la suerte de visitar.
Llegar al municipio de Castro Urdiales es bastante sencillo, no obstante hoy en día hay múltiples maneras de conseguir ayuda para no perderte. Allí nos esperaba el anfitrión, el cual una vez nos alojó, puso todo el empeño posible en estirar el fin de semana todo lo que pudiéramos y mas.
Por eso pronto estábamos degustando algo fresco en el bar donde trabaja mi sobrino, el cual ha sido otro de los culpables de nuestra visita a estas tierras. Comprobar como le va la vida y ver como le han acogido en aquel lugar me dejó tremendamente tranquilo. He de decir que le ha echado mucho coraje y merece solo ese hecho, que le vaya todo lo mejor que le pueda ir. Sin duda que Jesús, mas su familia y amigos, han puesto mucho de su parte para que su estancia allí sea todo lo amena y agradable posible, dentro de la añoranza que el chaval pueda tener hacia su tierra.
Después de seguir visitando a buenos amigos y buenos lugares para "potear", ademas de cenar algo a la vez que íbamos consumiendo algún que otro trago, tocaba irse a la cama. El sábado estaba marcado en la agenda como uno de los días mas importantes que nos tocaba vivir. Por eso y por culpa de los nervios, mas de uno durmió poco y mal ese día, pero era lógico y normal que eso ocurriera, habían sido muchos días esperando este momento.
Desayunados y duchados el anfitrión nos llevó a conocer la nueva ubicación del arco que antiguamente presidia el antiguo San Mames. La verdad que han acertado de lleno en su ubicación y ahora preside colosalmente, las instalaciones deportivas de Lezama, donde tuvimos la suerte de charlar con algún que otro jugador del primer equipo, el cual estaba sancionado o lesionado para el partido que mas tarde disputarían el Athletic Club y el Getafe y que nosotros, tendríamos la gran suerte de presenciar en directo. Si por algo estoy orgulloso de pertenecer a los seguidores de este gran Club, es sin duda por la normalidad, sinceridad y amabilidad que tienen los jugadores para con nosotros. Nada que ver con otros "grandes" clubes, con cuyos jugadores los aficionados tienen casi imposible ni siquiera el charlar un rato de fútbol. Me da pena ver como aficionados de esos equipos deben conformarse con hacerse fotos con replicas de fotografías gigantes, para poder decir que "casi" se hacen una foto con "Fulanito o Menganito".
Nosotros incluso ademas de charlar de fútbol con los jugadores, nos tomamos las molestias de invitarles al pueblo o a nuestra comunidad, por si algún día quieren venir a conocerla. !Que diferencia!
Llegar a Bilbao y ver el nuevo campo en la lejanía hace que los nervios vuelvan a aparecer. Ahora los peques pasan de hablar calmados y sosegados, ha hacerlo a gritos y muy deprisa. Es lógico esa emoción, el campo es una autentica pasada por fuera y ya nos vamos imaginando lo que nos va a gustar cuando estemos dentro.
Las primeras fotos van recogiendo el momento y el teléfono no deja de sonar una y otra vez, puedo decir tan alto que tengo tantos amigos en Euskadi, que nunca me sentiría solo si me quedara a vivir por allí.
Las primeras cervezas refrescan nuestras secas gargantas y los primeros abrazos los vamos dando en varios bares, (cualquiera se acuerda del nombre de todos). Casi tres años sin ir y a uno le echan de menos, debe ser porque ocupo mucho espacio o porque doy unos pisotones de puta madre. Otros dicen que es mi forma de hablar, lógico que les chirríen la cantidad de "s" y de "r", que poseo en mi vocabulario... El caso es que una y otra vez va llegando gente que me conoce, unos carnalmente y otros de forma virtual, aunque pocas veces uno se confunde a la hora de catalogar a las personas que tantas y tantas veces, he tenido el gusto de leer. Recuerdo de anteriores batallas, anteriores partidos y muchas risas al recordar aquellos momentos vividos en aquel magnifico foro donde tantos amigos nos dimos a conocer,
Encontrarme con algún extremeño mas por la zona de Pozas me alegra mucho, mas aun cuando son miembros de una peña amiga de la provincia de Badajoz y a cuyo presidente tengo el gusto de conocer. Risas, tragos y mucha conversación nos empujan hasta un sitio idóneo para comer.
Luego, la visita obligada es hasta Deusto, donde el siempre dispuesto de Alfon, junto a su mujer Paqui, nos hacen sentirnos a mi familia y a mi, como si estuviéramos en nuestra casa.
La foto junto al cuadro de mi amigo eterno Guille es de cumplida obligación y estoy seguro de que no existirá viaje por mi parte a Bilbao, en donde un servidor vaya siempre a rendir mi pequeño homenaje a nuestro amigo.
Y el reloj parece que no quiere correr y los peques y su padre no dejan de mirar las agujas del mismo, son muchas las ganas de irnos acercándonos hasta el campo para en el momento de decidir entrar, no nos pille muy lejos. La tienda nos anima a gastar y aunque para mi los precios son abusivos, uno aprovecha alguna que otra oferta para llevarse algún pequeño recuerdo, ademas de agenciar varios pedidos de los amigos athletizales del pueblo, los cuales siempre aprovechan estas visitas que uno hace, para poder optar a cosas que por estas tierras, es imposible de comprar.
Un último trago en Pozas, los últimos abrazos con los amigos y rumbo al campo. Los nervios cada vez son mayores y mentiría si dijera que con el paso de los años a uno esto no le sucede. Todo lo contrario, parece como si aquella primera vez hace un montón de años ya, no hubiera ocurrido nunca y da igual las veces que vuelva a entrar en La Catedral, los nervios siempre vendrán conmigo.
Me consuelo y a la vez me emociono al ver la cara de mis hijos, sin duda que soy un privilegiado en ese momento. Compartir dicha experiencia con toda la familia no la cambiaría por ninguna final. De hecho gracias a la elección de sede tan lejana, decidimos posponer esa visita mía a Barcelona. Y cambiarla por la múltiple visita a San Mames de toda la familia. Pase lo que pase, seguro que he acertado en dicha elección.
El campo....madre mia!! que cosa mas impresionante, bonita y emocionante a la vez. Por mucho que hubiera intentado imaginarle, nunca me esperaba una cosa tan descomunal. La cara de los cuatro era un poema y ni siquiera eramos capaces de hacer fotos. Mirar a un lado, arriba, abajo, atrás, adelante. El palco, Los servicios, el bar, los pasillos, los asientos...Que campo mas bonito, macho!!. No discrepo con los nostálgicos que a día de hoy, todavía echan de menos el antiguo San Mames, yo sin duda no le cambio por este. He de decir que lo único que eché de menos el sábado con respecto a la vieja Catedral, fue ese peculiar olor a fútbol y a historia, que este nuevo estadio todavía no posee, pero que sin duda con el paso de los años se contagiará de ello.
Y para redondear el día el equipo quiso sumarse a la fiesta y dejarnos un bonito y entretenido partido, con goleada incluida, con lo que mis peques y yo, pudimos abrazarnos, gritar, cantar y volver a emocionarnos durante los noventa minutos que siempre se pasan volando cuando se trata de este tipo de visitas. Y con mas pena que otra cosa, los encargados del campo nos iban echando del mismo, casi sin dejarnos tiempo para hacer todas las fotos que de todos los lugares queríamos llevarnos para el recuerdo. Y es que como dice mi parienta, !cuando volveremos!
Las ultimas despedidas fuera del campo nos volvieron a emocionar y solo nos quedaba montarnos en el coche y poner rumbo a Castro, donde después de una cena rápida y muy cansados, decidimos irnos a la cama.
El domingo había que rematarle por la zona castreña y la comida en casa de mis "aitas"del norte, debía de ser una ceremonia por parte de todos.
Después de potear y hacer un recorrido por todas las marcas de cerveza que uno se pueda encontrar por la zona, llegamos a casa de Javiera y Jesús, donde ya nos estaban esperando con la mesa puesta. Si conocéis a Jesús y no tenéis la suerte de conocer a sus padres, os puedo decir que el dicho ese tan famoso del palo y de la astilla, aquí se cumple a la perfección. Todos los calificativos que les quieras poner son pocos para poder describirlos. Amables, sencillos, serviciales, bromistas, amigos... y así podía tirarme escribiendo hasta pasado mañana y seguro que me dejaba mas de algún que otro sinónimo atrás.
La sobremesa fue muy emocionante. A mi me encanta conocer a nuestros mayores y sus historias. Oírlas en sus bocas, ayuda a no tomarte la vida con ese miedo con el que mas de uno nos la tomamos. Simples quejas son una ridiculez al lado de todo lo que ellos han sufrido y to tenemos derecho a comparar nuestros lujos con sus penurias. Que gente mas noble y buenas personas hay en todas partes y que suerte haberme cruzado con ellas y a la vez conseguir que mi familia también entre en el trato.
Sin duda que les estaré eternamente agradecidos por lo que están haciendo con mi sobrino y con lo que este fin de semana han hecho con nosotros.
Y emocionado acabo el relato del fin de semana el cual me ha vuelto a demostrar que la vida es hermosa y que disfrutar de ella cuesta lo que nosotros queramos.
Gracias a mi hermano Jesús, sin el cual este fin de semana no hubiera sido posible. A mis "Aitas" del norte los cuales me dejan sin palabras siempre.
A los amigos de Castro: Juanjo, Natalia, Manu y esposa (que malo soy para los nombres, me cago en to.) A Quique y sus pinchos, a Juancar y su acogedor garito y seguro que me quedo mucha gente atrás, no me lo toméis en cuenta y pagarme algo la próxima vez y así, no me olvido de vuestras caras.
Sobrino, cuídate y deja el apellido en buen lugar. Se, que con tu forma de ser y con la sangre que riega tus venas, no sera difícil camelar a la gente de Castro. Abrazos.
A los amigos del Botxo, en especial a Javi, el cual siempre es acogedor con los peñistas que caen en sus manos.
Alfon y Paqui un placer como siempre y que bien os conserváis, jodios!!
Koldo, Koldo mayor, Zulu, Kimba, Andreitxu (siempre tiene un rato para venir a saludarnos, gracias y come.!!) y otros tantos que me quedarè atras y que seguro que encima se cabrearan conmigo. Si tenéis huevos me lo decís aquí a la cara..!!
Gracias a todos por el fin de semana que a mi familia y a mi, nos habéis hecho pasar. Ahh y que no se me olvide: !Aúpa Athletic!
Sublime, Marcos.
ResponderEliminarCreo que los que somos de fuera de Euskadi y por las pocas veces que podemos vivirlo, nos aproximamos a entender mejor todo esto que cuentas.
Envidia sana y enhorabuena por esa experiencia que sin duda os merecíais.
Un cordial saludo para toda la gran familia athleticzale, y que no deje de oírse ese irrintzi: ¡ AÚPA ATHLETIC !.