domingo, 22 de febrero de 2015

Capitulo 634: Ruta en Mérida.



Abusando de nuevo de mis amistades repartidas por todos los lugares de Extremadura, y en definitiva, por toda España, hoy tocaba rendir visita a la ciudad de Mérida, en la cual nos esperaba con sus brazos abiertos, nuestro amigo Jacinto. La organización de esta ruta ha sido preparada en su totalidad por nuestro amigo Jacinto al cual desde dentro del grupo, le estamos muy agradecidos.




Así después de esperar a que se animara mas gente a venir, dado que la ruta se realiza por la ciudad monumental, la cual no conocemos en su totalidad, me atrevería a decir que casi nadie del grupo, quedábamos mas tarde de lo habitual y salíamos a las ocho de la mañana desde la plaza de Huertas. Allí nos dábamos cita once senderistas con ganas de hacer una ruta fuera de lo habitual, es decir, por zonas con menos campo pero a la vez con mucha mas historia.





Esta mañana al llegar a Mérida me acordaba de mi abuela, la cual tenia siempre una frase para decir que algo era viejo. "Eso es mas viejo que Mérida". Un servidor que tardó años en visitar esta ciudad, tenia en mente un pueblo en ruinas, donde la gente vivía entre escombros o yo que sé, la historia que yo me había montado en mi cabeza. El caso es que como casi todos los alumnos de la comunidad de Extremadura, el viaje a Mérida estaba en todos los colegios e institutos. Muchos de los que hemos vuelto hoy no lo hacíamos desde entonces, incluso, alguno, ni siquiera había visitado Mérida nunca por raro y extraño que parezca.




Un poco después de las nueve nos citábamos en el palacio de congresos con nuestro anfitrión, el cual nos esperaba con los brazos abiertos. Después de las presentaciones y saludos, nos poníamos en ruta antes de las explicaciones que muy amablemente Jacinto nos iba dando en todos y cada unos de los monumentos que nos salían al paso.




Mérida es espectacular. Hay tanta historia entre sus piedras que solo te hace falta cerrar los ojos delante de cualquier monumento y dejar volar la imaginación. Esclavos, romanos, visigodos, cristianos, teatros, circo y alrededor de todo ello un pueblo. Es difícil convivir entre tanto resto histórico, bien lo sabe quien quiere hacer obra. Permisos y seguramente que muchas trabas y poniéndote en el lugar de los paisanos emeritenses es lógico que anden cansados de tanta ruina. Por esa razón hay que agradecerles todo el esfuerzo que hacen por conservar esta hermosa ciudad.





Las visitas al Teatro y anfiteatro romano son obligatorias si vas a Mérida, pero si encima tienes la suerte de tener un guía inmejorable, empapado de su ciudad de residencia y conocedor de cientos de historias sobre la misma, no está pagado con dinero...que esa es otra. Ir, estar, visitar, alternar y todo eso a coste cero.
El famoso muerdino le hemos realizado hoy en las puertas del teatro romano. Quien nos iba a decir a nosotros que un día íbamos a disfrutar este momento. Nuestro amigo Jacinto ha comprobado con sus dientes en lo que consiste el muerdino famoso. "Bahh", según él es un poco largo, pero como le ha dicho algun jovenzuelo del grupo, "si voy a las rutas es por este momento".



En el anfiteatro hemos podido ver el entrenamiento de jóvenes gladiadores que disfrutan haciendo lo que en este lugar, se hacia algún que otro año atrás. Piedras,historia, pozos, historia, acueductos, historia...Los romanos eran unos genios. Cuanta obra de ingeniería con tan pocas herramientas.




En el circo hemos podido comprobar lo impresionante que debería de ser acudir a un lugar de esos por aquella época. Queda tanto por descubrir y por restaurar en Mérida, que es necesario ir obligatoria mente cada dos años si no quieres quedarte obsoleto en el tiempo.




Y en cada lugar visitado y en cada estatua vista las inmejorables explicaciones del amigo Jacinto al cual le tenemos que estar sumamente agradecidos por su implicación, su atención y sus ganas de que hoy el grupo se bebiera a sorbos la historia de Mérida, mezclada con sus gentes y su habitual rutina de un domingo cualquiera.

Sin duda que es imposible fotografiar entera esta impresionante ciudad y lo mejor que se puede hacer es ir a conocerla. Allí sus habitantes no te trataran como a un forastero y seguramente que te ayudaran a conocer todos los rincones de la bella ciudad.



Gracias Jacinto por todo y ya sabes donde viven tus paisanos Huerteños, de los cuales uno fue capaz de dejar su sello en lo mas alto del acueducto romano. ¿Quien sino?jejeje

Nos vemos por las callejas, que algunas veces recuerdan a ciudades con un pasado espectacular.

Laruta








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