domingo, 8 de febrero de 2015

Capitulo 632: Ruta en Barrado.



Seguramente que si no fuera por nuestra ilusión de hacer senderismo por Extremadura, el pueblo visitado hoy hubiera sido pasado por alto por la mayoría de los que hoy nos hemos dado cita.
Ni el frío intenso que hoy preveían en los telediarios, han sido objeto para que nosotros nos quedemos en casa arrugados y pasando un día mas sin pena ni gloria. Lo sentimos pero no, ese no es nuestro cometido. Solo el hecho de conquistar un nuevo pueblo, disfrutar de buena compañía, contarnos los por menores de nuestra semana y reír y disfrutar de la mañana dominical, son suficientes para madrugar un domingo, mas, que cualquier día de la semana.




Así a las siete de la mañana quedábamos en la plaza de Huertas, donde la helada caída la noche anterior, hacía presumir que la mañana era bastante fría.
Allí me esperaban mis compañeros habituales de ruta con la incorporación de un nuevo miembro, nuestra amiga Cristina, la cual una vez acabada la ruta, nos ha dicho que ha quedado encantada con el ambiente que reina en el grupo y con las formas de afrontar las rutas. La verdad que eso nos llena de orgullo, nos reconforta y nos hace seguir en el empeño de seguir conociendo nuestra tierra.



A unos ciento veinte kilómetros se encuentra la localidad de Barrado, la cual está poblada por algo mas de cuatrocientos vecinos, a los cuales la verdad que hemos visto poco. Este pueblo posee la peculiaridad de ser limite entre las comarcas de la Vera y el Jerte, un lugar precioso y encantador que merece mucho la pena visitar.


En este lugar existe una ruta marcada la cual hemos decidido realizar hoy. Esta ruta consta de unos dieciséis kilómetros y discurre por bosques de castaños, robles y varias especies de arboles mas, ademas de los cientos de cerezos que reinan majestuosamente en el lugar.




Al ser circular esta ruta podemos hacerla en el sentido que queramos hacer y nosotros, una vez acabada la ruta, hemos visto que la habíamos realizado al contrario de lo que normalmente hace la gente.
Antes de las nueve de la mañana, teníamos las mochilas colgadas en la espalda y estábamos andando por Barrado. El comienzo es una fuerte pendiente que nos va alejando del pueblo y nos acerca a la localidad de
 Gargüera de la Vera, la cual también es desconocida por todos nosotros. El agua de una garganta nos sale al paso y las primeras fotos salen de nuestras cámaras rápidamente.El ruido de moto sierras irrumpen en la tranquilidad de la mañana, los vecinos aprovechan la jornada dominical para podar los cerezos y quemar los restos de dicha poda. Los primeros castaños nos enseñan restos de sus frutos todavía en el suelo, los arboles desnudos dejan otra distinta estampa de la vivida por nosotros en época otoñal.




Seguir deshaciendo el camino para volver al pueblo es lo que vamos haciendo por los caminos aun helados y peligrosos, siempre hay que tener cuidado con los resbalones.
El bocata nos le hemos comido muy cerca de un gran roble de unos trescientos años de edad, el cual reina en la ruta marcada. Es impresionante poder presenciar en directo estas especies protegidas, puesto que en fotos nunca puedes apreciar la grandeza de las mismas.




El día se iba espabilando y tocaba ir quitando ropa del cuerpo. Los caminos se iban empinando aunque hay que decir que la ruta es bastante cómoda de realizar.
Lo mejor de la ruta sin duda que han sido los últimos kilómetros, los cuales transcurren por unas veredas bastante estrechas y algo peligrosas, puesto que puedes tropezar en cualquier momento.
Los bancales de cerezos salen a nuestro paso y algún que otro despiste nos hace salirnos de la ruta marcada con lo que el perdernos ha sido bastante fácil.
Volver a la ruta marcada ha sido una verdadera odisea y las risas que hemos echado merecen estar reflejadas en este articulo.




La llegada al pueblo entre risas y pelos alborotados ha puesto fin a la ruta hecha hoy. Con dieciséis kilómetros en las piernas y con la sensación repetida hasta la extenuación, de haber pasado un gran domingo en buena compañía.

Nos vemos por las callejas.
La ruta






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