miércoles, 5 de febrero de 2025

Capítulo 1.022: ¿Ha tocado fondo Trujillo?

Hace muchos años, después de unas elecciones, el gran Kin Paredes después de ver los resultados obtenidos por su partido me dijo muy sonriente: Marcos, no te preocupes los trujillanos siempre votan con el corazón, nunca lo hacen con la cabeza, ya pueden pasar los años que un ciudadano te vota una vez al PP y en las siguientes al PSOE, así, como el que no quiere la cosa, sin leerse los programas y sin saber lo que cada uno quieren hacer en la ciudad. Luego, al cabo de un año es cuando vienen a nosotros para exponernos sus quejas y sus lloros. "Mira a ver Kin, si tú puedes hacer algo y me llaman para trabajar en las calles o de jardinero"  Es que mi vecino lleva no sé cuánto tiempo dentro del ayuntamiento y a mí ni me llaman. Siempre nos consideraron una opción no válida para gobernar pero si válida para escuchar los lam ntos de los ciudadanos, que rápidamente se arrepintieron de ver a quién habían votado.

Estás elecciones no iba a ser distinto, ya estamos viendo como la mayoría que votaron a la alcaldesa, se están tirando de los pelos al ver como lo que ellos querían que fuera el gobierno, les ha salido rana. Seguro que muchos de ellos volvieron a votar con el corazón y enfilaron a sus colegios correspondientes con el pensamiento de castigar al que por entonces era el alcalde, con una media sonrisa y sin decir a nadie su voto, salieron de sus colegios con el deber cumplido. "Haber si hay suerte y Trujillo cambia un poco" Haber si los que entran se acuerdan de dar trabajo a mí hijo, que lleva una racha con este alcalde que no se acuerda de él.....

Me acuerdo tanto de Kin, que me encantaría saber cómo actuaría el viendo el pitostio que hay montado en el ayuntamiento. Seguramente que iría con la palabra por delante e intentaría que las movidas de los concejales, no llegarán a los ciudadanos. Él era así, un político como la copa de un pino que Trujillo jamás supo aprovechar por ir a votar con el corazón en lugar de hacerlo con la cabeza.
Él caso es que al PP después de ganar unas elecciones que ni ellos mismos se creían, entraron timoratos en el ayuntamiento sin saber cómo suele pasar a quién llegan nuevos, los tejes y manejes que existen en la casa consistorial. Un montón de problemas por resolver, mucha gente disconforme y todos ellos con una luz de esperanza ante lo que se venía.
Él primer golpe de efecto que ya cabreó a muchos de los votantes, fue conocer el sueldo de la alcaldesa, los concejales que cobraban y la asesora. Eso que si tú haces bien tu trabajo no tenía porqué ser usado en tú contra, es sin embargo causa de todas las conversaciones que hay en cualquier sitio de la ciudad. " Es que con lo que cobra" "Es que es una pasada" y mayores lindezas que paso de escribir aquí.
Gobernar en mayoría como casi siempre ha pasado en Trujillo, es una ganga. Solo tienes que escuchar lo poco que la oposición te dice en los plenos. Eso es pan comido, los doy la palabra un par de veces para que se desahoguen y luego a votar rápido que se nos enfrían las sopas.
Pero este curso político es sin duda el más enquistado a pesar de la mayoría, y lo que iba a ser un camino de rosas se ha convertido en un despelote de plenos que serán graciosos para algunos, pero que para los que hemos rozado la política alguna vez, es un despropósito. 
No es votar en contra de las cosas, es el espectáculo que se da al ciudadano de a pie que espera resoluciones a historias que le incunben y preocupan.
La dejadez de funciones y los pocos operarios han convertido la ciudad en un campo de minas, que por supuesto no viene de ahora, es un cúmulo de años y de pocas inversiones que tarde o temprano tenía qué sucumbir. Y vaya si lo ha hecho, da pena ir por cualquier lado y no darte pena de una ciudad abandonada, sucia y solitaria.
Esto no se arreglará en cuatro días y por supuesto que harán falta las manos de todos, gobierno y oposición y dejar de lado los egos y el y tú más famoso que tanto asquea a los ciudadanos que no nos dejamos llevar por el corazón a la hora e votar.

Espero por el bien de todos que tanto unos como otros recapaciten y dejen de hacer el ridículo. Se pongan el mono de trabajo y salgan a la calle a darse una vuelta y preguntar a la ciudad cuáles son las obras que más falta hacen. Lo que preocupa en realidad al ciudadano e intenten acabar con la maldita burocracia que va acabar con las pocas empresas y autónomos que quedan en la ciudad.
Cómo diría el bueno de Kin, aquí me tendréis siempre para hacer política y llegar a acuerdos, pero no me busquéis en la confrontación y en el ridículo, que ya sois todos mayorcitos para dejarse de dar estos espectáculos tan bochornosos.








sábado, 2 de noviembre de 2024

Capítulo 1.021: Finde de las tres "S"


 

Santoña, Santander, Santillana del Mar.

Nos volvimos a poner en carretera cuatro meses después de haber hecho el anterior viaje a Portugal y la verdad es que había muchas ganas dentro del grupo que nos juntamos para estas aventuras.

A las doce de la noche partía el bus de Trujillo y poco después nos recogía en la rotondina a los que quedábamos por montar para completar el bus.

El viaje se prevé largo y todos los indicios apuntan a que será lluvioso el fin de semana, pero cuando uno sale con esta gente, lo que menos nos importa es el tiempo que haga, puesto que nos amoldamos a cualquier temperatura, llueva, truene o diluvie.






Dentro del bus somos verdaderos especialistas en hacer kilómetros sin dormir, puesto que aunque uno quiera, no es fácil coger postura para echar al menos un picón. A pesar de vernos a menudo por el pueblo siempre tenemos algo nuevo que contarnos y hacer de los problemas de cada uno,, por lo menos en el viaje, que sean menos problemas.

La primera parada espabila al que ha sido capaz de dormir y a los demás nos ayuda a soportar, tomándonos algo, otra tirada de kilómetros que aun nos queda por cubrir.







La ruta prevista nos ilusiona, caminar al lado del mar a los que somos de tierra a dentro siempre es un aliciente que nos emociona a pesar de que el agua prevista nos puede hacer la ruta mas complicada, aunque aun recordamos dentro del grupo la que hicimos en Oviedo, concretamente "La senda del oso" que fue pasada por agua desde que nos bajamos del bus hasta que nos volvimos a montar en el.

La ultima parada para desayunar es cerca del lugar de la ruta, así que lo mejor es meterse algo solido para el cuerpo por si vienen mal dadas. La verdad que tenemos un master en bares de carretera y son decenas en los que hemos parado encontrándonos de todo dentro de ellos. Buenos profesionales, algún camarero desagradecido y otros que uno piensa que para qué habremos parado allí. En este caso las camareras son simpáticas y muy profesionales, que cuando vamos tantos a la vez delante de la barra, debe ser difícil capear a tantos.

La llegada al comienzo de la ruta en Santoña pone nerviosa a la gente, los que optan por no hacer la ruta dejan a los que si la hacen para que se preparen y cojan todos los trastes, mochila, traje de agua, paraguas, etc. No llueve fuerte pero no deja de hacerlo, aunque la temperatura es agradable y el agua fina hasta se agradece en ciertos momentos del recorrido.

La ruta prevista sufre modificación al conocer que hubo un pequeño deslizamiento de tierras y no poder hacerla circular, así que por donde comenzamos a caminar sabemos que volveremos. Es una cuesta algo pronunciada el comienzo, pero nos reconforta saber que bajaremos al regreso.

A la derecha siempre llevamos el mar que parece algo cabreado, la ruta dispone de mucha sombra y comentamos que es propicia para hacerla en verano. No he dicho que la ruta se la conoce como el "Faro del Caballo". Hasta allí se llega el que quiera, puesto que hay que bajar setecientas y pico de escaleras y volver a subirlas, pero somos muchos  y muchas quienes decidimos bajar una vez llegados hasta allí. Es algo peligrosa la bajada al estar los escalones mojados y resbalar, por eso lo hacemos sin prisa y cruzando los pies, aunque no es suficiente para ver como alguien pega algún culetazo a la vez que nos asusta a los demás.



Pasado el susto llegamos hasta el faro donde el que quiera sigue bajando alguna escalera más hasta una plataforma que los lugareños tienen como lugar de baño. Hay que tener ganas pensamos nosotros...

Después de inmortalizar el momento y el lugar, toca comenzar a subir tranquilamente... hay algunos escalones que parecen tener mas de treinta centímetros de alto cuando llevas subidos cuatrocientos y cada vez hay que hacer un descanso cada pocos escalones.






La recompensa es comernos el muerdino arriba donde nos esperan quienes han preferido no bajar. El primer trago de la bota sabe a gloria y allí el agua comienza a caer más fuerte, pero aun así, resistimos y terminamos el tentempié antes de emprender el regreso.

Lo hacemos bien, disfrutando de cada rincón de la ruta y del olor a mar que nos acompaña en todo momento.








Una vez en Santoña, toca comprar anchoas y todo lo típico de allí, aunque los precios echan para atrás... Nos montamos en el bús y ponemos rumbo hasta el hotel en Santander, donde pasaremos la noche. Comer y visitar la ciudad, sabemos que el tiempo es justo para todo lo que queremos hacer y eso te hace ser mas ávido y rápido, aunque no por ello dejas de observar una ciudad limpia y llena de gente por todos sus rincones.

La cena es otra oportunidad que aprovechamos para degustar los productos típicos de la zona y todos coincidimos en que hemos elegido bien el restaurante donde optamos por cenar. Las risas y buen rollo nos siguen acompañando todo el día y cuando alcanzamos la media noche en el reloj, toca ir a descansar que ya el cuerpo lo pide y nos queda todavía la jornada dominical para rematar el finde.








El desayuno es una comida importante, hay que hacerlo en abundancia para aguantar lo que nos espera, así antes de las once y viendo la que está cayendo en la calle, nos montamos una vez más en el bús para llegar hasta Santillana del Mar, donde nos queda hacer otro poco de turismo y patear este bonito lugar que merece mucho la pena de conocer. Varios museos y sobre todo las calles ancestrales y sus viviendas, que para los que nos dedicamos a la construcción, nos queda con la boca abierta ver tales casas.

Debemos buscar sitio para comer que las cinco dan pronto y es la hora fijada para volver, nos queda un largo trecho pero con esta gente alrededor los viajes son mucho más amenos y los kilómetros pasan rápidos entre canciones, chistes y recordando historias vividas en otros viajes, que ya llevamos unos pocos juntos y si por bien es, nos quedan otros cuantos.



Otro fin de semana magnifico que metemos en la mochila de las aventuras y desventuras de la cofradía del niño glorioso.

Nos vemos en la próxima.









sábado, 19 de octubre de 2024

Capitulo 1020: Cuando damos la vuelta al jamón.

 


Y fue un catorce de marzo, miércoles, a las doce y poco del mediodía cuando vine al mundo, según informaciones maternales, porque los padres de esas cosas no memorizamos nada.

Nací en el seno de una familia obrera, mi padre fontanero después de haber probado sin éxito el paso por la policía municipal, donde a parte de poner pocas multas por aquellos años, había que consultar con los jefes mas altos si a fulanito se le podía denunciar o no y eso para los principios de mi padre fue suficiente para soltar el casco y la porra e irse a Madrid a buscarse el cuscurro que en el pueblo tan difícil era por aquellos años.

A la vuelta de los "madriles" y con un oficio aprendido, tocó currar con los del pueblo, que pronto se rindieron a las manos del "Brujo del Plomo".... A día de hoy todavía encuentro en alguna obra algún trabajo realizado por mi padre cincuenta años después.

Vivir en Huertas de Ánimas ha sido todo un lujo durante los años que llevo vividos. Sin tenerlo todo a nuestro alcance, nunca hemos echado de menos nada. Para mí eso lo es todo en la vida. Aunque es cierto que cada vez que algún amigo o conocido marchaban del pueblo, un dolor fino nos asaltaba el estómago y pronto dejábamos de echarlos de menos puesto que los autóctonos que nos quedábamos, debíamos de seguir viviendo. Cuando volvían por el pueblo, éramos los primeros en recibirlos y escuchar todas las aventuras que tenían preparadas en sus cabezas para contar a los del pueblo, para ver si enganchaban a alguien más y se los llevaban para Madrid.

No fue fácil pasar por alto varias oportunidades que se presentaron, pero el arraigo con el pueblo siempre fue mayor que cualquier cifra mareante que los amigos de fuera te contaban cuando venían. Nosotros nos aferrábamos a nuestros bares y discotecas además de rozar más todavía con la familia, que sin duda fue la parte más importante para todos los que nos quedamos en el pueblo por aquellos años.

Y la vida fue pasando, el paso por el servicio militar me hizo todavía ser más Huerteño, y si antes tenía claro que jamás me movería del pueblo sino era por causa mayor, cuando me licencié, juré que sería un "Huertovi" ( Huerteño de toda la Vida) todo los años que pudiera y estuviera en mi mano.



Los primeros amigos con novia se fueron casando y los primeros niños llegaron a la peña "el Charpazo". Hoy seguimos comprobando como hicimos bien el trabajo de padres y amigos para hacer que entre ellos siempre se lleven bien y se ayuden siempre que le haga falta ayuda a uno de ellos. Me encanta verles juntos y ver fotografías que mandan al grupo de la peña para mostrarnos que han estado junto en cualquier fiesta de los pueblos de alrededor. En eso salen la mayoría a los padres que siempre que podíamos y el bolsillo lo permitía, nos dejábamos ver por cualquier fiesta, eso si, sabiendo que el lunes tocaba volver a currar, porque la peña está llena de trabajadores prematuros y pocos estudiantes y no por eso hemos dejado de ser gente inteligente, a los escritos me remito.

Y vamos viendo crecer a todos a la vez que a nosotros nos crece la chepa, que se va llenando de problemas resueltos y alguno aun por resolver que hace que jamás podamos bajar la guardia.

Los nietos van llegando a la peña y ya toca quedarse con ellos para que los padres puedan disfrutar de ellas lo mismo que hicimos nosotros cuando se los dejábamos a los nuestros. La vida es un rio que lo mejor es que siga su curso sin salirse de el, aunque siempre se presentará algún problema extra que toca resolver.

Ahora, cuando das la vuelta al jamón, por el otro lado está mejor. Cada loncha hay que saborearla porque es el jamón que queda si miras el hueso que se ve por la parte de abajo. Minimizar problemas, pisar el freno y dejar el acelerador a un lado que no hay prisa por seguir viviendo y seguir rozando con la gente que te importa y te quiere y ayudar al prójimo cada vez que te lo pidan. El pueblo es nuestro y solo nosotros podemos conservarle, no debemos conformarnos con lo poco que nos ofrecen y hay que exigir lo que nos pertenece porque el gran enemigo de los pueblos es la despoblación que crece a pasos agigantados y solo nosotros podemos frenarla poniendo algo de nuestra parte mientras saboreamos las ultimas lonchas que nos quedan por partir.




martes, 15 de octubre de 2024

Capitulo 1019: Quedamos en el siete. (Articulo del libro de las fiestas 2.024)


 

Dónde nos llevó la imaginación

Dónde con los ojos cerrados....

Como escribió el gran Antonio Vega, así era para nosotros el rincón de la plaza, donde siempre quedábamos todos los amigos del Charpazo, cuando los móviles eran parte del futuro lejano.

Era este el lugar de quedar puesto que estaba en la plaza, pero a la vez, estaba más recogido que cualquier lugar de esta. Si aparcaba algún coche de los pocos que había por entonces cerca del rincón, ya estábamos casi camuflados de todas las miradas o casi todas, de la gente que pasaba por la plaza, ya sea andando o en coche. Así en el “siete”, aprovechamos para fumarnos nuestros primeros cigarros, para darnos nuestros primeros besos de novios con los primeros rolletes de la pubertad, incluso era el lugar desde donde arrancábamos para ir a cualquier lado que tuviéramos que ir a liarla.

Era típico entre los miembros de la peña el oír decir que a tal hora en el siete y si no habías visto a nadie en todo el día para que te dijera los planes que había para ese día, lo mejor era acercarte hasta el “siete” y seguramente que alguno de la peña había por allí sentado o muy cerca.



La cabina de teléfono que había al lado fue nuestro refugio en días de lluvia, cuando el balcón de encima del siete no era suficiente para taparnos del agua que caía, siempre había que meternos en tan estrecho lugar más de cinco o seis personas, con el agobio que aquello nos producía, más aún, después de haber visto la película de “la cabina”, del gran Mercero, que tanto agobiaba ver. Pero para nosotros era un cachondeo el ver como a

pesar de tan pequeño lugar, empujando siempre lograba entrar más gente de la que uno podía imaginar.

En aquella cabina nos enseñaron nuestros amigos madrileños a cómo “ordeñarla” y sacar dinero, cosa que sólo quedó en nuestros sueños puesto que el intentar sacar dinero de la cabina, siempre acababa con algún que otro chinchón en la cabeza, y es que lo malo no fue que nos enseñaran a eso, lo malo fue que nosotros fuimos mucho más burros que nuestros maestros.

El truco era sencillo, buscar un palo de cualquier polo que alguien se hubiera comido, (nosotros pocas veces), a continuación, te metías con tu amigo madrileño que supuestamente para nosotros los del pueblo eran mucho más aventajados, y te decía que cerraras la puerta, una vez allí los dos solos, él te pedía el palo y se ponía a manipular el aparato telefónico un momento mientras te iba diciendo que por lo que sonaba, dentro había por lo menos quinientas o seiscientas pesetas en monedas, así que nosotros habríamos los ojos como el “Tío Gilito” y empezábamos a imaginar en que nos gastaríamos las monedas que nos corresponderían una vez perpetrado el atraco a la cabina. Pero todo se iba al garete cuando tu amigo madrileño dejaba caer el palo del polo al suelo y te rogaba que te agacharas para dársele de nuevo, era ese el momento cuando sabías lo duro que era el teléfono cuando te arreaba con el en la cabeza....



Toda tu alegría se iba a la mierda y el cabreo que pillabas era enorme, pero te quedaba la recompensa de pillar algún amigo o conocido para vengar el dolor de cabeza que todavía te duraba y que milagrosamente se te quitaba, cuando eras tú el que mandaba buscar el palo de un polo para ordeñar la cabina. Si a ti

te habían zurrado bien con el teléfono en la cabeza, la venganza era terrible y el porrazo de uno del pueblo era el doble de doloroso de lo que los madrileños nos hicieron a nosotros.



Y así pasábamos los días de verano, esperando a que octubre nos alcanzara, mientras en el siete unos iban y otros venían. Los que ya curraban por entonces aguantaban un rato más que los estudiantes, que siempre debían de irse antes para repasar, mientras los que ya trabajábamos y manejábamos alguna que otra peseta, nos acercábamos a casa de tía Julia a comprar algún cigarro suelto mientras ella nos preguntaba que para quien era, a lo que rápidamente contestábamos que, para nuestro padre, como si ella se lo fuera a tragar, pero Tía Julia cogía los dos duros si te vendía un ducados y tres duros si era un fortuna y todos tan contentos.

La reunión se terminaba en el siete cuando Anita Flor se iba a la cama, era ahí cuando abría el postigo nos daba una voz a la vez que nos ponía de sinvergüenzas para arriba y remataba diciendo que iba a llamar a la policía y eso por entonces eran palabras mayores, así que no nos quedaba más remedio que levantar el campamento hasta el día siguiente donde otra vez nos veríamos todos en el “Siete”.

FELICES FIESTAS

FONTA.

viernes, 11 de octubre de 2024

Capitulo 1018: Hasta siempre Chiqui.



Iniciábamos los años noventa cuando un Renault 6 verde se para junto a mí, se baja la ventanilla, con la manivela por supuesto, y una bocanada de humo sale del interior del coche. Fuma ducado y lleva una gorra blanca puesta. 
Tío Kiko me pregunta: ¿Estás trabajando?
Yo le respondo que no, que he terminado la escuela taller y que ando a lo que sale.
¿Te quieres venir a trabajar con nosotros?
En mi cara se ilumina una sonrisa y no tardo en contestar que si.
Pues mañana te vas pa mi casa a las siete de la mañana, que desde allí nos vamos a Santa Marta....
A la semana de estar en Santa Marta les salió una obra en Almaraz, un vecino del pueblo constructor les había llamado para levantar varias viviendas en Almaraz y algún pueblo de alrededor.

Ese día me monté en la Renault exprés y ya no me bajé de ella hasta diez años después.
Trabajar al lado de Chiqui era muy reconfortante, porque a pesar de las palizas que nos metíamos trabajando, era un tío que sabía llevar bien a sus compañeros. Conmigo tuvo más paciencia que con cualquiera, quizás porque andaba saliendo con sus sobrina y eso era un grado entre los peones de la empresa que por entonces había.
Yo sabía que cumpliendo en el curro Chiqui no dejaría que me reclamara su padre y me llevara a Santa Marta con él y con Juli, así que fueron varios años yendo y viniendo desde Almaraz a casa, lloviese, helase y nos asáramos de calor, siempre con él al volante y teniéndole que llamar en muchas ocasiones porque la cama y él se llevaban demasiado bien.


En Almaraz no llevábamos dos meses y ya conocía a todo el pueblo, esa facilidad para caer bien a la gente solo la tenía él. Si alguien se le escapaba no dudaba en preguntar a Juanito (Alicia) y este a regañadientes le explicaba de que familia era y que parentesco tenía.

Aquel veintiocho de marzo del noventa y dos tocó inaugurar una discoteca que habíamos construido en Almaraz. Que noche más buena hasta que llegamos a casa y comprobé que allí no había nadie, puesto que mi hermana se había puesto de parto y se fueron todos a Cáceres, la bronca fue menos bronca cuando apareciste tú a mi lado, tenías el don de minimizar cualquier cabreo del que tenías enfrente, y después siempre terminabas riéndote con él.

Fueron años muy buenos de muchos recuerdos y muchas vivencias a la vez que yo iba aprendiendo el oficio que hoy ejerzo y que tú te empeñaste en que yo aprendiera.

De vez en cuando me tocó volver a Santa Marta y era entonces cuando echaba de menos tu compañía a la hora de currar. Porque Tío Kiko aprovechaba para ponerme en mi sitio y hacerme creer que todavía no sabía nada del oficio, cosa que tantos años después le seguiré agradeciendo, puesto que me enseñó a ser puntual, limpio y ordenado y llevar siempre la cabeza alta al terminar una obra.

Aún recuerdo aquellas celebraciones de cumpleaños en la cerca donde siempre terminábamos cantando. Tía Antonia empezaba a cantar y yo con el cuenco de machar los ajos la acompañaba. Tío Kiko nos miraba con seriedad pero al final terminaba cantando con nosotros, no sin antes recordarme que al día siguiente había que montar vigas y bovedillas y que me iba a enterar de lo que valía un peine...


Fueron diez años en los que me considerasteis de familia y yo pensaba lo mismo, luego la vida da vueltas y cogimos caminos distintos pero tuve la suerte de seguir con tu sobrina y casarme con ella, además de que te vinieras a vivir al llano de Tío Porras, concretamente a la que fue su casa.
Y el barrio ganó en presencia porque tú eras así. De todo pendiente y de los problemas de la gente los cuales querías hacer tuyos a pesar de no conocer a todo el mundo por igual.

Estos días hemos podido comprobar todas las amistades que has ido sembrando a lo largo de tu vida y hemos visto pasar a despedirte gente de muchos pueblos de alrededor, La cumbre, Santa Marta, Almaraz, Ibahernando, Santa Ana, Alcollarín, Jaraicejo, Robledillo de Trujillo, Navalmoral, Madroñera, Logrosán, etc. y todos los dueños o trabajadores de todas las fincas que hay en cien kilómetros a la redonda.

Desde tu accidente algo cambió en el barrio y por su puesto en el pueblo. Las fiestas en ningún momento han sido iguales sin tu presencia porque tú acaparabas muchos frentes, si eras protagonista en la peña de los cabezudos, lo eras cuando había alguna dama en la familia y también en el Rosario. Ahí es donde vas a dejar un vacío enorme porque tu socio "el Fonta", todavía no se cree que le toque estar acarreando escobas y dando con la manguera a la hoguera para que no se queme nadie. (Este año hemos hecho caso a mi madre y la hemos preparado más pequeña) hasta en ese momento dijimos que tú no aprobarías el cambio de tamaño.

El recuento de velas necesarias para poner en la fachada de Tía Isabel para el año que viene, le vamos a comenzar contigo, aunque todavía sigo mirando a los lados para ver si vienes con esas pedazo de manos que daban miedo, diciéndome que me quitara de aquí o de allí o que acercara algún cubo de agua por si acaso.

El pueblo está dolido y consternado, precisamente dejarnos en fiestas es lo mas doloroso que ha podido pasar, aunque sabiendo como tú eras, no dejaremos que decaigan las fiestas. El agua ha querido hacer un parón mientras la gente te despedía y no se recuerda un duelo con más gente que el tuyo.

Ahora queda lo más difícil, estar pendientes de tu mujer, hija y yerno, acompañar a tus hermanos y hermanas en la difícil papeleta de seguir viviendo y es que no será nada fácil hacernos a la idea de que no estarás ahí para meternos debajo de tu paraguas que todo tapaba y abarcaba.
Gracias por todo tío Chiqui, jamás te olvidaremos.












jueves, 12 de septiembre de 2024

Capitulo 1017: La herida del hombre pájaro.

 



Aún con la duda en la cabeza de haber hecho lo correcto publicando su enfermedad, el hombre pájaro no para de dar vueltas al asunto. Asustado de la cantidad de personas que le han confesado estar o haber pasado por lo mismo que el está pasando, piensa que sin duda alguna estamos ante la enfermedad del siglo XXI. Muchas de esas personas nunca tuvieron tratamiento y por su cuenta y riesgo, comenzaron a medicarse sin saber el riesgo que ello conlleva. Las pastillas estas son las mas demandadas en todo el país con mucha diferencia y hubo gente que me comentó que se tiene que tomar dos en vez de una cuando le dan los ataques o si quiere dormir medianamente regular por las noches.

A pesar de todo el hombre pájaro cree haber hecho lo correcto, no esconder tus miedos y hablarlos, a parte de con los especialistas con personas que han pasado por lo mismo puede ayudar, aunque algunos de los citados creen que todas las mentes son iguales y no dudan en recetar su "método" como si ese fuera el mejor para que tú salgas de tu enfermedad. También se ha cruzado gente que directamente vino a preguntar si era verdad o estaba escribiendo por escribir, como si el tema fuera para hacer bromas con él.

La sanidad publica no está preparada para las enfermedades mentales y los médicos te dedican el mismo tiempo de consulta, que al que llega por que está constipado. Y no, no te pueden dar largas después de haberte preguntado cinco o seis cosas que tú contestas con un no a secas o un si bajito y recetar una pastilla que será tu compañera hasta sabe Dios cuando.

En esta situación, uno huye de todos los tumultos y de todos los agobios. La gente conocida se preocupa por ti y pregunta y pregunta y pregunta.... y en esos momentos lo que menos apetece es contestar, porque la verdad es que no sabes que responder cuando un día estás mejor que nunca y al siguiente te crees la mayor mierda del mundo. Es normal que la gente quiera ayudar, pero cada cabeza es un mundo y nadie es igual a nadie, así que aunque te empeñes, lo que te fue bien a ti para salir de esta situación, no tiene porque valerme a mi.

Tus mágicas pastillas no tienen porque hacer magia en mi cabeza y tus consejos y experiencia lejos de poder ayudar, puede que me perjudique, porque cada uno somos distintos.

El hombre pájaro ha vuelto a caminar al no poder volar, pero camina recto y firme. Sin prisa pero sin pausa, sin agobiarse y pensando mucho cada vez que actúa en algún lugar. El trabajo le entretiene y a pesar de que muchas personas achacan su enfermedad al trabajo, ahora mismo es lo único que le relaja y le ayuda a seguir con la cabeza en su sitio. Se distrae con compañeros del gremio y el resultado de las obras realizadas, además de las muestras de cariño y conformidad de sus clientes, hacen que merezca la pena seguir en el oficio.

Aunque en mi familia haya miembros que no estén de acuerdo conmigo por haber dado a conocer mis problemas, yo creo que es necesario hablar del tema aunque siga habiendo gente que prefiera esconderse tras unas pastillas que le acompañaran de por vida antes de comunicar a expertos los problemas que sus mentes transportan.

A pesar de ser un tío fuerte y grande (como algunos me dijeron), si, mi cabeza también puede fallar porque una cosa no tiene que ver con la otra.


Gracias a todos y todas por preocuparos por mi, seguimos en la lucha hasta que podamos volver a volar.












jueves, 22 de agosto de 2024

Capítulo 1016: Un alto en el camino.

Y un dia, sin saber ni porqué si ni porqué no, se presenta en tu cuerpo sin avisar. Se apodera de tu mente y se aloja supuestamente en tu pecho, te ahoga, te asfixia y hace que a tú alrededor no haya aire suficiente para vivir. Te preguntas que coño me está pasando y porqué a mi y ahora. Le doy un repaso rápidamente a mi vida y no encuentro un problema que sobresalga de los demás. Problemas que cualquiera puede tener y que todos aprendemos a vivir con ellos, resolviendolos a medida que va pasando la vida.
De salud estoy bien hasta la fecha, el trabajo me va mejor que nunca y con la familia intentamos ser lo más felices posible, sin negar que siempre hay alguna que otra discusión,  como en cualquier pareja y teniendo hijos adolescentes ni te cuento las hormonas que se pasean por casa a diario...
Y recurres al médico para descartar enfermedades graves y llegan las primeras preguntas:     ¿Tienes algun problema en el trabajo? ¿Te va bien con tú pareja? ¿Te llevas bien con tu familia? ¿ Quizás algo con algún amigo?.....
Y mi cabeza no soporta tanta pregunta junta y elevo mi voz delante de la doctora para decirle un no rotundo a todas las preguntas hechas. Ella amablemente me dice que debemos llegar al origen del problema, porque si no será imposible buscar una solución.  Yo asiento con la cabeza pero esta ya no está en la consulta, ya anda volando sin destino de aquí para allá sin que yo pueda sujetarla.
La voz de la doctora hace que salga de mi letargo, la palabra pastilla me acojona un poco y comento que si no hay otra solución posible.
Parece ser que no. Te vuelvo a ver la semana que viene dice la doctora y salir de la consulta ya es una odisea, la gente de pueblo nos conocemos todos y preguntamos con buena voluntad siempre, pero en este estado a uno le sobran todas las preguntas porque no tengo respuestas para ellas.
Vuelves al curro y la ansiedad se apodera de la paleta y el martillo. Y no te queda más remedio que acudir en busca de esa minúscula pastilla que será tu compañera durante sabe dios el tiempo que sea.
Cambia tu estado de ánimo y me siguen sobrando las preguntas. Me desahogo escribiendo y sobre todo leyendo. Veo fotos de lo bien que lo pasamos el finde pasado pero de vez en cuando el aire va y biene a mi alrededor y vuelve a cambiarme el estado de ánimo. 

Y así es como de la noche a la mañana, la ansiedad y depresión se apoderan de las personas sin darte cuenta ni verlo venir.
Vamos a la lucha contra ellas, sin prisa pero sin pausa, sólo pido paciencia y pedir perdón de antemano por mis cambios de humor....

Capítulo 1.022: ¿Ha tocado fondo Trujillo?

Hace muchos años, después de unas elecciones, el gran Kin Paredes después de ver los resultados obtenidos por su partido me dijo...