domingo, 21 de junio de 2020

Capítulo 970: Cuando alguien muere, una biblioteca se cierra.



Era el día de mi cumpleaños, el catorce de marzo que para una vez que caía en sábado, la celebración iba a ser por todo lo alto. Por la calle aparte de extrañeza había miedo entre los vecinos de Huertas. Unos sonrientes e incrédulos, otros mas serios y cagados de miedo por todo lo que según todos los medios, se nos venía encima.

Nosotros por suerte el fin de semana anterior, habíamos podido disfrutar de Portugal, en una de nuestras rutas organizadas que tantos nos gustan.

Los bares se cerraban a toda prisa ante el asombro de los ultimos clientes que se tomaban a cachondeo tal decisión, hubo ciertas personas que aprovecharon hasta el domingo para despedirse de estos, incluso estando ya prohibida su apertura.

Pero, ¿quien se iba a esperar esto? a pesar de que a toro pasado todos somos expertos en todas las materias y las redes sociales se volvían insoportables de leer a tanto enterado que si hubiera sido por ellos y ellas, nos hubiéramos metidos todos en casa en el mes de enero. Aquí hago un paréntesis para acordarme de la panadera de Belén, que fue la única que se atrevió a predecir que no tendríamos en Trujillo Semana Santa ni feria del queso. Podéis imaginar como la pusieron o mejor dicho, pusimos todos, allá por el mes de febrero cuando escribió esto.

Yo ese mismo día escribía en mi blog una entrada que no me atreví a publicar pero que guardé para llegado el día del fin del confinamiento, poder leer.

Dia 1, catorce de marzo: Comenzamos la cuarentena de quedarnos en casa, todavía bromeamos con esta situación, !que queréis si no nos ha pasado jamás en la vida!. Salgo un rato al cordel para pasear al perro y me encuentro con dos vecinas que ríen y bromean sobre esta situación. Se cabrean porque muchos madrileños han retornado a sus pueblos a pesar de la prohibición de moverse y repartir el virus por toda España, incluso en Belén, dicen que han echado del pueblo a un matrimonio llegado de Madrid, el caos reina entre la población. Nada parece estar fuera de lo normal, aunque poco puedo opinar de esto, puesto que me vuelvo a encerrar en casa. Internet es nuestra salvación y el wasap está que echa humo. Hoy cumplo años y para mi es la primera vez que un día tan señalado se convierte en un día de incertidumbre. No quieres ser parte de los alarmados y acojonados, pero cada noticia que te llega te hace alarmarte más que la anterior. El trabajo no sabemos si seguirá como hasta ahora, aunque lo mas seguro es que a la parienta la manden para casa. Los peques se entretienen con la play o dando vueltas por casa, no los veo yo catorce días con este plan y seguro que mas pronto que tarde comenzaran las voces y discusiones por esto y por aquello.
Podíamos aprovechar estos días para hacer piña dentro de la familia pero no creo que seamos capaces. Mi padre me llama para decirme que bien me lo he montado para no pagarme nada, todos los bares cerrados y  nadie por la calle. Al pensarlo me río mucho pero en el fondo me da mucha pena, no lo quiero mostrar pero hay ratos que tengo ganas de llorar. Con las ganas que tenía de que mi cumpleaños cayera en sábado y cuando llega fíjate la que hay montada.

Esta noche pediremos algo de comida a domicilio para poder cambiar un poco la monotonía y celebrar aquí los cuatro, mi cumpleaños.
Es cuando me ha venido la inspiración para poder escribir paso a paso como van a ser estos días. Donde el exceso de información creo que nos ha colapsado y donde hay muchas personas todavía que se pasan por el forro todo esto. Seguro que iremos a peor y cuando lea esto veremos por donde han ido los tiros....

Parece increíble poder leer esta entrada después de todo lo que hemos vivido, o mejor dicho, sobre vivido.
Pero lo mas triste sin duda han sido los paisanos y paisanas que se han quedado por el camino y no hemos podido despedir como hubieran merecido. Días muy tristes entre familiares y amigos que no podían imaginar que a la hora de enterrar a los suyos, solo pudieran estar como mucho cinco personas. Si ya es triste de por si un entierro, no quiero imaginar como lo han debido de pasar los que han tenido la desgracia de despedir a familiares durante la pandemia. No me olvido tampoco de los enterradores, en especial de mi amigo "Andrade" que gracias a él voy a poder hacer un homenaje a todos los fallecidos, con sus nombres y apellidos.

Como decía el titulo del capitulo, cuando muere una persona mayor se cierra una biblioteca. Mucha pena no poder seguir escuchando atentamente sus relatos pero la vida tiene un final y ellos y ellas no han tenido el final que se merecían.

18-3- 2.020: Juana Broncano López
24-3- 2.020: Faustina López Ortega
27-3- 2.020: Pedro Hueso Vigara
29-3- 2.020: Purificación Bravo Pablos
30-3- 2.020: Higinia Fernandez Rebollo
30-3- 2020: Justo Cruz Galindo
6-4- 2.020: Antonia Bravo Rodriguez
8-4- 2.020: Jesus Manuel Benito Pino
8-4- 2.020: Rosa Cano Risco
13-4- 2.020: Valentin Bravo Martín
14-4- 2.020: Angel Jimenez Palacios
15-4- 2.020: Pedro Ortega Fernandez
24-4- 2.020: Mari Luz Fernandez Fernandez
5-6- 2.020: Jose Luis Donaire Pablos
8-6- 2.020: Consuelo Alvarado Moreno

Vaya desde mi blog el homenaje a todos y todas, que tengan descanso eterno y nunca olvidemos que no pudimos despedirlos como merecían.
No me puedo olvidar tampoco de Javiera, una mujer como la copa de un pino. a la que no pude acercarme a despedir como ella hubiera merecido.
Cuando alguien muere, una biblioteca se cierra.













miércoles, 10 de junio de 2020

Capitulo 969: Iba a publicar algo, pero....



Iba a publicar algo, pero seguro que molestará a los de izquierda o quizás a los de derecha.
Iba a publicar algo, pero creo que los taurinos se pueden molestar o quizás se molesten los anti-taurinos.
Iba a publicar algo, pero creo que los cazadores se ofenderán, o quizás se molesten los ecologistas.
Iba a publicar algo, pero los alcohólicos si son capaz de leerlo, se sentirán ofendidos o quizás los abstemios, quien sabe.
Iba a publicar algo, pero a los católicos no les parecerá bien, o quizás se molesten mas los ateos.
Iba a publicar algo, pero los seguidores del Madrid se pondrán de uñas, o quizás sean los seguidores del Barsa.
Iba a publicar algo, pero los gordos serán ofendidos, o quizás se ofendan los delgados.
Iba a publicar algo, pero las rubias dirán que las ofendo, o quizás sean las morenas quienes se ofendan.
Iba a publicar algo, pero los casados se ofenderán, o quizás sean los solteros los ofendidos.
Iba a publicar algo, pero los que están currando se sentirán ofendidos, o quizás sean los parados a quienes les sienta peor.
Iba a publicar algo, pero los del pelo largo no lo verán bien, o quizás sean peor los del pelo corto.
Iba a publicar algo, pero los que tienen los pies grandes se sentirán ofendidos, o quizás los de los pies planos.
Iba a publicar algo, pero a los que toman drogas no les iba a gustar, o quizás se cabreen mas los que no las toman.
Iba a publicar algo, pero a lo mejor se ofenden los daltónicos, o quizás se cabreen mas los defensores de los colores rojo y verde.
Iba a publicar algo, pero a lo mejor se cabrean los peatones, o quizás les siente peor a los conductores.
Iba a publicar algo, pero a los motoristas no les iba a gustar, o quizás no les guste a los ciclistas.
Iba a publicar algo, pero a los que toman café no les gustará, o quizás se enfaden más los defensores de las infusiones.
Iba a publicar algo, pero a lo mejor se ofenden los defensores de lo público, o a lo mejor se ofenden los defensores de lo privado.
Iba a publicar algo, pero a los defensores del reguetón les sentará mal, o quizás a quienes les gusta el rock.
Iba a publicar algo, pero seguro que los defensores de los militares se enojarán, o quizás se cabreen los objetores de conciencia.
Iba a publicar algo, pero a quienes les gusta el cola-cao les disgustará o quizás a los que toman nesquik.
Iba a publicar algo, pero a los seguidores de la coca-cola les gustará menos que a los de la pepsi-cola.


Así que pensándolo mejor y con la buena intención de no molestar a nadie, iba a publicar algo pero no lo haré.










martes, 2 de junio de 2020

Capitulo 968: A propósito de "las paguitas"



Corría el año dos mil diez en plena crisis del ladrillo, cuando mi jefe de por entonces no le quedó más remedio que despedir a casi toda la empresa. Se perfectamente que le dolió mas que a nadie aquel gesto pero ante la falta de trabajo no pudo soportar mas tener a tanto obrero y poco a poco nos fue dando largas a todos. Solo se quedo un par de ellos para terminar las obras que quedaban por entregar y a los demás nos prometió que en cuanto volviera a tener curro, nos iría de nuevo llamando uno a uno.

Con tantos años currados a las espaldas quedarme en el paro al principio me resultó hasta gratificante, un descanso no viene mal pensaba yo por entonces a sabiendas que en el paro cobraría una mierda al lado de la pasta que por entonces currando a destajo, nos metíamos en el bolsillo y al lado de casa.

Estando en el paro los meses vuelan y pronto, cuando menos miras, pasas a cobrar un setenta por ciento de lo que cobrabas al principio y la sonrisa de los primeros meses desaparece de tu boca al ver que no te cuadran los pagos para llegar a fin de mes. Por entonces te empiezas a considerar como un ser inútil en la sociedad, te dedicas a repartir curriculums donde no sabes que mas poner para que algún alma cándida te llame y te de la alegría de tu vida. Un día a esta empresa, otro día a esta otra y sabes de sobra que el cajón donde va a dormir tu papel esta lleno de otros tantos como el tuyo, con la misma urgencia que la tuya y seguro que con el mismo sofoco.

La construcción estaba muerta y nadie te iba a llamar, fué entonces cuando abres tus alas y te da igual currar en un sitio o en otro. La fruta recuerdo que ademas del dolor de riñones que te traías pa casa, cuando echabas cuentas, casi que perdías dinero, por eso ahora es gracioso cuando la gente comparte en redes sociales, que los dueños de fincas no encuentran a nadie para recoger la fruta. Encima se atreven a decir a quienes no tienen trabajo "que poca falta te hace el dinero cuando no vas a recogerla". La mayoría de quien comparte esto, no ha visto en su vida un melocotón en el árbol.

Ante la desilusión que me produjo aquella experiencia me fui a coger aceitunas donde no saqué ni para la gasolina de los días que estuve cogiéndolas de sol a sol, que por entonces oscurecía bastante pronto y los últimos olivos los vareabas con la luz de la linterna y ni así cubría gastos.

Los meses siguieron pasando y tuve que solicitar la ayuda de los por entonces 426 euros famosos, que daba igual que tuvieras hijos a tu cargo como que no, no te pertenecía ni un euro más. Cuando pagábamos la hipoteca nos quedaba dinero para pagar la luz y el agua.
 Para comer, tuvimos la suerte de tener a mis padres y a mis suegros, que sin ellos seguro que hubiera tenido que recurrir a cáritas para poder comer y en definitiva sobrevivir.

No salía de casa nada mas que para recoger a mi hijo pequeño del colegio y para que no me viera nadie, me iba por el cordel. Me daba vergüenza encontrarme con cualquiera que te preguntara si no estaba trabajando. Me consideraba cada día que pasaba un puto inútil que no servía para nada. Me pregunté cuarenta mil veces si tan malo era en mi oficio que nadie me llamaba y recorría los tablones de anuncios de bares y ayuntamiento para ver si algún anuncio me servía para traer dinero a casa.
Recuerdo no poder salir con los amigos a ningún sitio por tener un euro para gastar, a pesar de que es cierto que alguno de ellos me decían que no me preocupara del dinero, pero te puedes imaginar como me sentía y las ganas de salir a ningún sitio que teníamos mi mujer y yo. Ella también se quedó las manos fregando donde la llamaban y había meses que comíamos con el dinero que ella traía a casa.

Un día mi padre me llamó para hablar conmigo cara a cara, puesto que estaba muy preocupado por mi estado de ánimo. Nada mas llegar a su casa me dijo que le pidiera todo el dinero que me hiciera falta para vivir como lo hacía antes de quedarme en el paro y que no me preocupara por devolvérselo.
Pero nosotros nos habíamos empezado a acostumbrar a vivir con lo mínimo posible y a pesar de ser mi padre, no me atreví a pedirle ni un euro que no fuera para pagar alguno de los recibos que seguían viniendo todos los meses. Beberme una cerveza en un bar se convirtió en un lujo que de vez en cuando, hacía algún sábado. Pero cuando me bebía la segunda ya estaba a disgusto por haberme gastado dos euros que seguro nos harían falta para cualquier lápiz que a mis niños les hiciera falta.
Me convertí en un obseso de apagar luces por toda la casa, incluso en invierno cuando me quedaba solo, no encendía ni el brasero por no gastar mas luz de la cuenta.

Hubo algún mal llamado amigo que encima se aprovechó de mis ganas de trabajar y me hizo creer que con él saldría del pozo en el que estaba. El primer mes fue volver al cielo, currando en lo mio y al llegar final de mes cobrar tu salario. Volví a sonreír y en casa a todos nos cambió el carácter de nuevo. Pero la realidad fue que al segundo mes el pago ya no fue completo y comenzó la penuria de cobrar cuando a él le parecía y lo malo era que si me iba no vería ni un solo euro.
Si la situación de antes era mala la de por entonces no os quiero contar como fue. Levantarte a trabajar sabiendo que ese día tampoco cobrarías y fue por entonces donde no me quedó mas remedio que pedir dinero a mis padres para poder comer.
Es cierto que aquello me sirvió para saber de verdad a quien le podía decir la palabra amigo y ha quien no. Cada vez que recuerdo aquellos años me duele el estomago de saber lo inútil que te sientes y lo poco que te importa la vida. Si no hubiera sido por nuestras familias no se que hubiera sido de nosotros, incluso estuve a punto de vender el coche porque se me metió en la cabeza que no me volvería a hacer falta para trabajar nunca más.....
                                                -----------------------------------

Ahora cuando lees y escuchas que se ha aprobado el ingreso mínimo vital me llena de alegría saber que si hay alguien que le toque pasar por lo que nosotros tuvimos que pasar aquellos años, estará mucho más protegido de lo que estuvimos mi familia y yo.

Y a los que pregonáis falsos testimonios de que son ayudas para hacer a la gente mas gandula, para traer a mas inmigrantes os deseo pasar el año y medio que tuve que pasar y luego ya volvemos a hablar si queréis para ver si seguís pensando y compartiendo las mismas mierdas que compartís ahora.

Ojalá que cada uno de los que estáis en contra de esta ley, pasarais por lo mismo que todos los que no les va a quedar mas remedio que tramitarla.

Mucho animo a todas las familias que lo estáis pasando mal, que sepáis que de esto se sale y que siempre llevéis la cabeza alta, que nadie es un inútil en esta sociedad, aunque alguno y alguna se empeñe en haceros creerlo.

Bienvenido el ingreso mínimo vital, aunque algunos y algunas os escueza.




















Capítulo 1.021: Finde de las tres "S"

  Santoña, Santander, Santillana del Mar. Nos volvimos a poner en carretera cuatro meses después de haber hecho el anterior viaje a Portugal...