martes, 24 de diciembre de 2019

Capítulo 960: Mi mejor amigo la ha cagado.



Como grandes amigos casi nos conocimos según aprendimos a dar los primeros pasos, por culpa de que nuestros padres se llevaran tan bien. Y así fuimos creciendo en nuestra niñez, dando bandazos de allí para acá y liando las trastadas correspondientes que cualquier niño con aquella edad podía hacer.

Nuestros pasos siguieron por el mismo camino cuando conocimos el mundo del fútbol porque a pesar de que tú eras un poco mejor que yo jugando, fui capaz de seguir tus pasos por todos los equipos infantiles por los que pasamos. Gracias a tu apoyo y ánimo dejé atrás las ganas de dejarlo, puesto que hubo momentos donde el banquillo y yo eramos la misma pieza pero tú insistías en que con perseverancia lograría hacerme con el puesto de titular. Y vaya si lo conseguí, fuimos capaces de llegar a juveniles y quedar campeones de nuestro grupo, lo que nos daba pie a jugar delante de ojeadores de varios equipos grandes que estarían allí delante en aquel torneo.

Sin duda que yo estaba seguro que a ti te cogerían si o si, puesto que tu desparpajo jugando al fútbol no era normal de un chaval tan joven. Con respecto a mi tenía serías dudas, además lo mas seguro era que acabara currando en el taller de mi padre, así que tampoco estaba tan ilusionado como tú ante aquella prueba.
Y lo dicho, ante mi sorpresa de que nos llamaron a los dos para hacer la prueba con aquel equipo de primera linea y que tanto nos gustaba, no me lo podía creer y dentro de mi cabeza todavía no era capaz de asimilarlo. Tú sin embargo empezaste muy pronto a subirte el éxito a la cabeza y mira que te lo dije veces que en este mundo del fútbol tan pronto estas arriba como eres la ultima mierda del equipo.

Cuando mi padre cayó enfermo mi carrera futbolística se truncó y me tuve que ir con él al taller para sacar los pedidos que tenía encargados antes de que no volviera a trabajar. Ni una sola lágrima solté por aquel desenlace, tuve claro que mi familia siempre estaba por encima de todo y aunque me gustaba jugar al fútbol mucho pronto dejé de echarlo de menos y comencé a centrarme en el taller.

Mi amigo siguió con su carrera pegado al balón pero por el camino empezó a dedicarse a mezclar la fiesta con los partidos y en lugar de progresar, se quedó como un jugador del montón, de los de equipos de segunda B que los dan alojamiento y poco sueldo, lo justo para vivir bien sin tener que mandar ni un euro a sus casas.

Una de las veces que emparejamos en el pueblo me estuvo contando que en el equipo que estaba ahora se encontraba a gusto, había dado con dos jugadores mas como él y vivían los tres juntos. La ciudad donde residían era bastante grande y había mucha fiesta cualquier día de la semana, lo único que debían de hacer era esconderse para que no les vieran ningún directivo del club.

Me preguntó por mi trabajo y solo sabía echarme en cara la oportunidad que perdí de vivir como lo hacía él. No te preocupes le dije, estoy feliz y muy contento, mi padre se ha recuperado de su enfermedad y estamos los dos codo con codo en el taller y la verdad que no nos podemos quejar, nos va muy bien.

Pero te pierdes las fiestas que nos pegamos en el piso, el otro día nos llevamos una chica para los tres, esto de jugar en el equipo de la ciudad es la ostia, todas las tías te hacen caso y mas de una al final cae....

Ten cuidado con lo que haces y dedícate al fútbol que al final te tengo que emplear con nosotros en el taller...
Calla!!! yo estoy de lujo en el equipo y soy la estrella en el campo, titular indiscutible y voy a pedir aumento de sueldo si no quieren que me vaya a otro, aunque yo la verdad estoy aquí mejor que en ningún otro equipo de esta categoría...

Cuando leí la noticia en prensa no me lo podía creer, acusados de violar a una niña de quince años, mi amigo de toda la vida entre ellos, ¿que cojones ha hecho?
No pude mirarle a la cara cuando fui a verle, como has podido le dije, te has jodido la vida.
Él me juraba que no sabía nada de que fuera menor y que no hicieron nada que ella no quisiera hacer,
!Pero es menor!, le grité, no te das cuenta de que todo lo demás me da igual?
Entre lágrimas y sollozos le he dejado metido en prisión, ¿que si le creo? es mi mejor amigo desde la infancia y han sido muchas las noches que hemos dormido en la misma habitación, pero una cosa tengo clara, mi mejor amigo la ha cagado.

P.D: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia o no.


















martes, 17 de diciembre de 2019

Capitulo 959: Con el pulso tembloroso.



Apurando el chato de vino decidió buscar en sus bolsillos el monedero para abonar la consumición, fue entonces cuando le escuché maldecir su mala cabeza al sacar de uno de sus bolsillos una navaja, la cual había dado por perdida hacía un par de meses.
- Tiene cojones que buscando una cosa encuentro otra, esta cabeza va desmejorando muy deprisa.
_ Eso le pasa a cualquiera, incluso a nosotros que somos mas jóvenes que usted.
- Ochenta y cuatro los próximos que cumpla, así que te puedes imaginar la de vueltas que doy al cabo del día buscando cosas.
_ Bueno, mientras las encuentres tan mal no está la cabeza.
- Llevo mas de veinte años viviendo solo, desde que enviudé y cada vez que se me extravía algo me acuerdo de mi difunta mujer, la cual seguro que encontraba lo perdido en menos de un minuto, pero ahora yo solo me pongo a buscar algo y pierdo otra cosa en el intento, o simplemente no me acuerdo lo que andaba buscando y lo dejo por imposible. !Que pena da hacerse mayor!
_ ¿Quiere usted otro vino? le invito.
- Muchas gracias hijo, pero ya me he tomado los tres vasos que me pertenecen, si me paso de ellos la cabeza me da vueltas.

Fue entonces cuando me acordé de la cantidad de mayores que tenemos a nuestro alrededor que necesitan conversaciones con quien sea y a cualquier hora y al sentirme culpable por no haber dejado el móvil en el bolsillo mientras este buen hombre me contaba todo esto, decidí en un impulso de culpabilidad, apagarle y meterle en el bolsillo, ahora si que solo iba a atender a lo que este señor me iba contando.
Yo sabía mas o menos donde vivía nuestro amigo y me atreví a preguntarle que estaba mas bien retirado de su barrio.
- Pues claro, no ves que el bar que tengo enfrente de casa hoy ha cerrado y la verdad es que no se porqué, puesto que no es el día en el que normalmente cierran, por lo que me he tenido que desplazar hasta aquí si quería beberme los chatos.

Su manera de abrir el monedero con pulso tembloroso me hace pensar que a lo mejor pueden caer las monedas al suelo, pero lejos de la realidad nuestro gran hombre decide ponerlo encima de la barra del bar y allí llama al camarero para que sea el mismo quien coja las monedas que le adeuda y encima siempre tiene la costumbre de dejar propina, por lo que le dice a este en tono jocoso que coja lo que cree que se ha merecido hoy por el trato dispensado. Este le comenta en tono bromista también que con los aperitivos que le ha puesto se merece por lo menos diez céntimos, lo dejamos en veinte céntimos y todos contentos. Se le ve contento a nuestro amigo allí en medio de una conversación larga, seguramente a mas larga que tenga con algún ser humano en todo el día.

Yo apuro mi café y por no dejarle allí plantado pido un vaso de agua para seguir conversando un rato.
_ Entonces tienes el coche por aquí cerca o ¿te vas andando?
- Ya no tengo coche, me han quitado el carnet de conducir.
_ ¿Y eso? ¿Te ha pasado algo?
- No, la última vez que fui a reconocimiento no pasé una de las pruebas y eso que gracias a Dios la vista la tengo como un lince, pero hay pruebas que las ponen tan difícil que es imposible pasarlas. Yo creo que iban a por mi y te cuento porque. Estos tiempos atrás me adelantó una mujer en zona prohibida pero como todo el mundo tiene prisas para ir a cualquier lado al verme que yo voy a buen paso decidió adelantarme y vino otro de frente y por no darse con él me echó a mi de la carretera. Se bajó como una loca diciéndome de todo, que no se como me dejaban seguir conduciendo, que estoy viejo, que voy a paso de tortuga y cuarenta cosas más que no me apetece recordar.

Sus ojos se pusieron brillantes y me di cuenta que se estaba emocionando al recordar lo mal que se portó aquella mujer con él. Yo no quise saber quien fue y me limité a seguir escuchando sin intención de hurgar en la herida y solamente seguir prestando mi ido para que nuestro amigo siguiera contándome la peripecia.

- Mi coche no se hizo nada pero el suyo sí y decidió llamar a los guardias para que vinieran hacer el atestado, como si eso la exculpara de lo que había hecho. Ratificaron su culpa pero esta mujer se empeñó en que yo no podía seguir conduciendo así que ha seguido insistiendo en que mi carnet debía de caducar antes de tiempo y desde la jefatura e llamaron para que fuera a renovarle y ahí ha sido donde me le han quitado al negarme que podía pasar todas las pruebas.
_ Pues que putada, si tú solo quieres el coche para conducir por el pueblo y de vez en cuando a los arrabales a ver a la familia, no entiendo como puede haber gente tan mala.
- Da igual, yo no me quiero cabrear más pero cada vez que me cruzo con esta señora rezo en voz baja...

_Bueno pues si quieres que te acerque a casa me da igual tirar por donde vives.
-No tranquilo, prefiero andar que me viene bien, aunque tengo esta pierna que estos días de mareas me duele bastante. Ahora cojo por ahí pa allá y llego lo justo para acostarme antes de que haga mas frío.
_ ¿Ya te vas a acostar?
- Y que hago despierto, si la tele me aburre, la radio me entretiene poco y no tengo nadie con quien hablar. Pues llego y si tengo hambre me como un caldo que hago yo muy rico, tanto que un nieto que tengo viene muchos días a comer conmigo y luego se lleva caldo para varios días más; y si no tengo hambre que es lo que me pasa casi todas las noches, pues abro la cama me quito las botas y me tapo hasta la cabeza, no me quito ni la ropa...
_ ¿ No usas pijama?
- Quita, quita, cualquiera anda cambiándose de ropa con esta temperatura, no hace frío en mi casa ni nada!!!
_ Esta navidad cenas con tus hijos me supongo.
- Eso dicen aunque yo no quiero, me da pereza que tengan que venir a por mi y luego volver a traerme después de cenar, si por mi fuera me quedaba en casa puesto que lo único que hago es estorbar en todos sitios. Aunque dice mi nieto que si yo no voy, no se cena...Así que tendré que ir.

Apuro el vaso de agua y le vuelvo a insistir para llevarle a casa pero él, recoge el monedero en el bolsillo, la navaja recién descubierta en el otro, se despide de forma bromista del camarero al que cita de nuevo para verse mañana y este le desea buenas noches y que tenga cuidado, que en la ciudad últimamente las luces brillan por su ausencia en muchas calles, de las que él tiene que recorrer para ir a su casa.
Yo también me despido dándole la mano y diciéndole que tenga cuidado y se cuide mucho, que el invierno es duro para todos. No te preocupes hijo, llevo ochenta y tres inviernos en las costillas y aquí me tienes, fueron muchas horas trabajando con las máquinas en esos campos de toda Extremadura y parte de España, ya no me arrugo ante nada.

Salgo del bar y monto en mi coche, mientras conduzco hasta mi casa voy recordando la conversación discurrida entre los dos y me culpo de no hacerlo más veces con gente mayor que necesita estos ratos y que sin duda son mas fructíferas que estar mirando el puto móvil todo el rato. Por cierto, he olvidado que tenía el teléfono apagado en el bolsillo y no me ha pasado nada...










martes, 12 de noviembre de 2019

Capitulo 958: Nos dejó tío Julian, "Cavila".



_Entra y siéntate, Jose se está duchando. ¿Donde vais hoy con la noche que está?, ¿ Os quedáis en el pueblo o cogéis el coche?
_ Buenas noches tío Julian, ¿Donde anda Marcelina?
_ En la cocina anda preparando la cena, venga, arrímate a la camilla y come algo, que acabo de mover el brasero. No se por qué cojones no os quedáis aquí en casa viendo la televisión y os dejáis de salir por ahí con la noche que está.

_ Hoy es viernes tío Julian y hay que salir a mover el esqueleto, que llevamos toda la semana trabajando y hay que desconectar...
_ El esqueleto, menudo esqueleto estás tú hecho, venga, prueba este queso que he traido del jueves y verás que bueno está.
_ Que no Julian, que ya he cenado.
_ Si, pero este queso seguro que no le has probado. Venga, coge este cacho.

Y le tenías que coger por cojones, porque en casa de Tío Julian y Tía Marcelina si ellos se sentaban a cenar, cenaban todos los que por allí estuviéramos. Hombre de mucho carácter que quienes tuvimos la suerte de conocerle en distancias cortas cambiaba muchísimo. En su casa siempre había algo que hacer y los que eramos dentro del pueblo, un poco mas de ciudad, disfrutábamos ayudándolo a echar de comer a los burros porque siempre sabíamos que nos dejaría montar alguno de ellos, eso si, siempre haciendo caso a sus consejos y no tocando a "su" burra, la cual era suya exclusivamente.

El carácter recio de tío Julian era contrarrestado totalmente por la sonrisa permanente de Tía Marcelina, mujer luchadora e incansable que hasta que nos dejó la podías ver haciendo cualquier trabajo dentro de lo que requiere tener ganado repartido por varias cercas. Ahora los burros, luego las gallinas, la vaca para tener leche y en este tiempo si había que subirse al olivo a coger aceitunas allí estaba ella la primera.
_ Estas las endulzo para el día de la matanza, este año el "guarro" no entra en la zahúrda, está tremendo. ¿Vendréis el sábado que viene a la matanza, no?
_ Claro que si, ya nos lo ha dicho Jose que matáis el sábado que viene.

_ Julian está ya de los nervios, cualquiera le soporta a la hora de la cena diciendo todo lo que falta por acarrear, como si no nos diera tiempo de prepararlo todo. Estos hombres solo saben protestar, que harían sin nosotras las mueres, seguro que tu padre no es igual, a que no?...

_ Toma un cacho de patatera picante, verás que buena está, me decía tío Julian que seguía empeñado en que yo cenara dos veces.
Mi amigo Jose sale de la ducha y de tal palo tal astilla, por si no te habían ofrecido algo de la mesa él lo volvía a hacer.
_ Si es que ya he cenado de verdad, no tengo hambre ninguna, venga, termina que nos vayamos que me duermo aquí en el sofá sentado al brasero.
_ Si es que es donde mejor estáis, volvía a decir tío Julian que le decía a mi amigo que no viniera tarde que mañana quería aprovechar el sábado para hacer no se que cosa en no se cual cerca.

_ Nos vamos a dar una vuelta, decía mi amigo a sus padres.

Tía Marcelina apenas le decía nada de que hora volver ni preguntaba a donde íbamos, para eso estaba Tío Julian que nos volvía a sugerir que nos quedáramos allí con él viendo el parte sentados al brasero de picón, al que de nuevo volvía a mover....

Y llegaba el día de la matanza y allí no faltaba de nada, tío Julian nos recibía antes de las ocho co alguna "copichuela" de anís, coñac o aguardiente para tirarnos después a las patas del guarro.
_ Venga, con lo grandes que eres y el miedo que te da!!!!

Me decía mas de una vez y era verdad. Jamás tuve la valentía de su hijo para esas cosas y siempre esperé a que se agarrara alguno antes que yo, que le vamos a hacer.

Hoy nos deja y desde el lugar donde se haya reunido con su mujer, miraran a la tierra estando orgullosos de como su hijo, nuera y nietos se han portado con ellos. En estos tiempos donde cuesta un mundo sacar tiempo para atender a nuestros mayores ellos siempre lo han hecho a pesar de las horas que dedicamos a nuestros trabajos, siempre hubo un hueco para visitar a tío Julian, el guarda-coches de la plaza que tantos y tantos años acompañó a la estatua de Pizarro lloviera o tronara.

Hasta siempre Julián, hoy estarás contento al haber vuelto a reunirte con Marcelina y desde allí haced el favor de cuidar a los que nos quedamos por aquí. Que la tierra te sea leve, descansa en Paz.








viernes, 1 de noviembre de 2019

Capitulo 957: Selva Irati- Pamplona.



En otra de nuestras locuras en las que cada vez somos más, nos plantamos a mas de setecientos kilómetros de nuestras casas y casi pisamos suelo francés en nuestro afán por seguir conociendo nuestro país, el cual es rico en paisajes y gentes por donde quiera que nos movemos y eso solo lo pueden decir las personas que viajan y se empeñan en conocer otras costumbres y otras formas de vivir.




En mi caso era la primera vez que visitaba la Comunidad Foral de Navarra, la cual como en casi toda la Península, la sequía ha sacudido de lo lindo y lo que tenía que estar poblado del color verde, había sitios donde seguía predominando el color amarillo.
Con tantas horas de autobús por delante no queda otra que intentar hacer buenas migas con los que llevas al lado, puesto que de esa forma el viaje suele ser mucho más ameno que si te retraes y te dedicas a dormir y dejar pasar el rato hasta el destino final. Los habituales en estos viajes siempre decimos que la aventura comienza cuando llegamos a la "rotondina chica" a esperar el bús.




Con la primera parada en el cuerpo, unos bajan a estirar y otros, los mas afortunados, duermen tan profundo que pasan de bajarse ( que envidia). Vamos comentando rutas anteriores, anécdotas y lugares donde volvemos a parar y volvemos a encontrarnos con camareros "simpáticos" (por los cojones) que nos recuerdan que por mucho tiempo que pase la gente no cambia.




Sobre las cinco de la madrugada es la hora donde mas gente logra pegar alguna cabezada y el bus parece que va vacío si no fuera por algún que otro ronquido que se oye por delante y por detrás.
Por las ventanas solo se ven las luces de los coches y las de los pueblos que vamos cruzando a izquierda y derecha, nada logra entretenerme y si no fuera por el móvil, pienso que ese rato sería insufrible. ¿Cómo lo soportábamos antes cuando no existían los móviles?....




La última parada para el desayuno es mas amena, casi todo el bus va despierto y hay ganas de llegar al destino, las horas de sillón van pasando factura aunque siempre se impone el buen ambiente y el saber que tenemos por delante otra magnifica ocasión de conocer lugares.



Tenemos que parar en Ochagavía a recoger a nuestra guía que desde allí hasta la selva de Irati, va explicándonos todo lo que vamos viendo y lo que nos queda por ver. Sin duda son los mejores momentos y mas divertidos, escuchando las ocurrencias de unos y otros descontamos los últimos kilómetros.

Al llegar podemos comprobar que aquello está a rebosar de gente, el lugar le han vendido de una forma espectacular y ya han tenido que poner limite de autobuses y de visitantes.
La ruta que tenemos prevista hacer es de unos ocho kilómetros y muy llana, por lo que podemos aprovechar para hacer fotografías al bosque que no está en pleno otoño aún, pero que nos muestras unos parajes preciosos.




Cuando llegamos a la mitad de la ruta toca comernos el muerdino, aunque es un poco mas tarde de lo habitual siempre hay ganas de este momento. El lugar es un pantano el cual luce con poca agua y nos explica la guía que han construido otro unos kilómetros mas abajo y tuvo problemas de grietas por lo que tuvieron que vaciarle y este otro le usan para rellenar el nuevo.


De vuelta al bus nos da tiempo a tomarnos una cerveza bien merecida antes de que lleguen todos y pongamos rumbo a Pamplona.

Esta ciudad es de sobra conocida por sus fiestas de San Fermín y todo rueda alrededor de ellos. Pero cuando vas fuera de esas fechas te das cuenta que la ciudad tiene una vida y un ambiente espectacular, con gente por todas sus calles del casco viejo y cientos de turistas que, como nosotros, aprovechan para hacer andando el recorrido as famoso que hay en cuanto a encierros en todo el mundo. Y vamos comentando que nos parecen en televisión las calles mas anchas, las aceras menos altas y la cuesta de Santo Domingo menos cuesta que cuando lo ves en vivo. No podemos dejar pasar la oportunidad de cantar a San Fermín su famoso cántico de antes de cada encierro y los lugareños se ríen al ver a ocho o nueve extremeños con su acento, cantar a viva voz el " A San Fermin pedimos por ser nuestro patrón.."


El hotel está bien conectado con el centro y aprendemos pronto que autobuses hay que pillar para movernos por aquí y por allá. Aunque es cierto que la gente de por allí prefiere salir de pinchos y vinos antes que trasnochar, puesto que a cierta hora la calle Estafeta, antes a tope, se vacía de forma rápida cuando dan poco mas que las once de la noche.



El domingo a hora de regreso está puesta a las tres de la tarde, que como siempre nos pasa, se nos queda corto para poder visitar todo lo que queremos. La catedral de Pamplona es preciosa y uno no se espera ver desde fuera lo que te encuentras en su interior. Será que soy albañil pero estas construcciones siempre me quedan flipado y soy capaz de sentarme en un banco y tirarme allí un par de horas mirando de un lado a otro y pensando como serían capaz de trabajar sin la mitad de herramientas que existen hoy día.



La iglesia donde reside San Fermín también tiene un precioso retablo y el suelo es completamente de madera, donde debajo se enterraban antiguamente a la gente. Impresiona ir pisando el suelo y escuchar crujir la madera...


Nos queda entre pincho y pincho regados con buenas cervezas, comer algo mas consistente y te quedas alucinado cuando en una ciudad como Pamplona logras comer un domingo por menos dinero que en nuestro Trujillo, que luego nos quejamos de precios cuando salimos fuera y no nos damos cuenta lo que abusan los de casa....

Y corriendo de forma literal tenemos que buscar el bus que nos acerque al hotel donde somos casi los últimos en llegar a montarnos en el autobús que conducido por Damian y el bueno de Eduardo, (que ha disfrutado mas que nosotros junto a su familia que habita por aquellas tierras) ponen rumbo de nuevo hasta nuestra tierra.

El regreso toca ir comentando los momentos vividos y es impresionante lo que cada persona es capaz de vivir en tan poco espacio de tiempo, cuando se quiere y no te queda otra. la vida es aprovechada hasta el ultimo segundo.

Una parada para estirar e ir al baño y de nuevo toca otro rato de sillón, alguna película que la verdad no entretienen a casi nadie pero que nos hace reírnos de las ocurrencias de unos y otros.

Toca parada para cenar y seguir comentando lo vivido, junto a Paqui vamos comentando la siguiente ruta planeada y decidimos que tiene que ser por tierras portuguesas que tanto nos gusta seguir descubriendo. Por Coimbra allá por marzo nos espera una ruta espectacular y que seguro que sabemos sacarla el partido que sacamos a todas nuestras excursiones, que a pesar de la distancia no nos preocupa en absoluto.

Cerca de la una de la madrugada llegamos de vuelta a casa y aunque uno llega igual que si le hubieran dado una paliza, a los dos días nade se acuerda de eso y solo te queda en la retina, fotos y momentos vividos al lado de gente de puta madre que uno se iría con ellos al fin del mundo si hiciera falta.

Gracias Paqui por poner ese empeño en que todo salga bien.

Nos vemos por las callejas.

P.D: Este viaje nos has acompañado en todo momento, en cada carcajada, en cada fotografía.... se te echa de menos amigo Javi...













sábado, 19 de octubre de 2019

Capitulo 956: Hasta siempre, portero.


Dicen que las buenas personas cuando nos dejan, quedan entre sus seres queridos un dolor mas grande aun si cabe; pero con el paso de los días y de los meses se los recuerda siempre con media sonrisa en los labios al recordar todos los momentos vividos al lado de ellos.

Hoy nos ha dejado una de estas personas que siempre tenía en sus labios una palabra de humor para recibirte, una persona que a pesar de vernos poco siempre se preocupaba porque en tu familia siguiesen todos bien. Un compañero de trabajo por aquellos años de abundancia en la construcción de los que siempre hacían falta a nuestro lado para poder sobre llevar las ordenes del jefe. Un señor de los pies a la cabeza para decirte las cosas como otros no eran capaz de hacerlo a la cara. Le daba igual que la persona que recibía el mensaje se cabreara con él o le sentara mal, si tenía que decir que aquello era blanco le importaba tres cojones que los demás creyeran que era negro.

Te conocí desde bien pequeño cuando en las fiestas de Huertas tus hermanos y tú, siempre estabais al pie del cañón para echar una mano en todo lo que se os requería. Aquellos años míticos donde en las bajadas de las vacas había alguna caída y tocaba bajar las vacas a pulso o agarrarlas para montarlas en el camión. También si hizo falta alguna que otra vez liarse a guantazos con algún gilipollas que venía a joder las fiestas siempre estabais los primeros, aunque al día siguiente cuando te preguntaban siempre le restabas importancia y decías en voz baja que no había pasado nada. Las movidas en la discoteca Viñeros después de las capeas siempre las recordaremos los que tuvimos la gran suerte de vivirlas en primera persona, todas las peñas juntas bailando a pesar del olor a vaca que teníamos los que nos había tocado llevar agarrados a los astados hasta los "guasiles".

Pero sin duda donde hemos pasado mas ratos juntos fue jugando al fútbol-sala. Gracias a compartir la posición de portero en el campo hemos hablado mucho de como había que hacer unas cosas y otras. Tus explicaciones siempre las tuve en cuenta porque para mi fuiste uno de los mejores porteros que he visto en el mundo del fútbol-sala. Eras tan valiente jugando que nunca tuviste miedo a cualquier patada o balonazo de los muchos que nos llevamos siempre los que defendemos la portería y que tan poco se nos valora siempre. Cuando nos tocaba jugar en contra las ganas de cachondeo antes de los partidos me hacían salir relajado al encuentro y siempre pensaba en tus palabras cuando decías que allí íbamos a divertirnos y a intentar ganar, que perder jode mucho. Y lo mejor de nuestros enfrentamientos era el pos partido donde entre cerveza y cerveza nos daba tiempo a echar unas buenas risas y a reírnos de aquel "Berraquete" que tu nombrabas o de aquel otro que pasaba delante nuestra. En tu faceta de arbitro siempre recordaré dentro de la difícil posición que significa serlo, las ganas de dialogar ante cualquier jugada que tu pitabas y tus explicaciones de porque habías pitado eso y no lo otro, y sobre todo siempre me quedará en la memoria aquel partido que nos arbitrabas y que desde la grada uno de los padres de los jugadores que había en el campo no paraba de insultarte y llamarte la atención. Todos los de mi equipo nos imaginábamos lo que podía pasar y pasó. Fuiste a la mesa arbitral, soltaste el silbato te fuiste hasta la grada y el guantazo que soltaste a aquel hombre sonó hasta en Belén. Merecido o no cada uno pensaría lo que fuera, pero a ti te sobraban huevos para mandar todo a tomar por culo y dejarnos aquel día sin terminar el partido y alucinados por lo que había pasado. Seguro que esa persona no volvió a meterse nunca con ningún arbitro, de eso todos estamos seguro.

 Si te sacaban el tema de la caza ahí se acababa el hablar de lo demás. Ese tema era sagrado y tu querencia al campo y a tus perros se podía ver cada domingo. Junto a tu inseparable hermano "Miguel", al cual me tiré muchos años confundiendo contigo y confundiendo los nombres, lo que a ti siempre te hacía especial gracia cundo te llamaba Miguel y no Javi.

Nos dejas un poco cojos en nuestras excursiones, hemos hecho tantos kilómetros juntos por toda España y parte de Portugal que en la próxima nos será difícil mirar y no verte sentado en el autobús al lado de tu inseparable y gran mujer Pili, la cual era la primera que se lo pasaba en grande a tu lado, riéndose siempre de tus ocurrencias y regañandote cuando soltabas alguna "prenda" a alguno o alguna así sin pensarlo ni nada. Buenos ratos sentados a la mesa de cualquier hotel y restaurantes, buenos ratos echando unas cervezas en cualquier bar de cualquier lugar de los que hemos visitado.

Y hasta aquí mi pequeño homenaje a tu persona amigo Javi, nos dejas un gran vacío y nos costará acostumbrarnos a tu no presencia pero como siempre dice el gran hijo que dejas entre nosotros, siempre estarás de una forma u otra a nuestro lado y seremos capaces de recordarte en cualquier anécdota o cualquier excursión, donde tus ganas de fumar unidas a las de Jose Fernando hacían que las paradas en los viajes fueran mas amenas.

Hasta siempre Javi, un abrazo a Pili y a toda tú familia y da muchos besos a Merche que será la que mas contenta esté hoy. Descanse en Paz.

Fotografía: Paqui Lozano.






Capítulo 1.021: Finde de las tres "S"

  Santoña, Santander, Santillana del Mar. Nos volvimos a poner en carretera cuatro meses después de haber hecho el anterior viaje a Portugal...