jueves, 4 de octubre de 2018

Capitulo 925: Ninguna son iguales.




Y quieres en lo mas hondo de tu alma que sí lo fueran, y recuerdas fiestas pasadas llenas de momentos entrañables con miembros en la familia nuevos que venían por primera vez a conocer lo que tantas veces habían oído de sus mayores y parecían esos días los mas semejantes a vivir en el paraíso. Aunque en el fondo dijeras que las fiestas son sin duda para los mas jóvenes de la casa que vienen a mesa puesta y mesa quitada, sin apenas pisar la casa nada mas que para acostarse un rato antes de que cualquier cohete o petardo le despierte de su débil sueño. No te importa nada tener que irte un rato antes que ellos para prepararlo todo. Tú hace años que pasaste por lo mismo y fuiste aquel joven que solo acudía por casa en busca de "perras" y un rato te reconciliabas con la almohada.

Este año no será igual para muchos, siempre falta alguien importante en muchas de las familias y quedan pocas ganas de fiesta cuando te toca pasar por ello, a pesar de que seguro quienes falten desde su zona elevada desde donde nos contemplan, intentaran hacer a sus familias salir un rato a cualquiera de las decenas de actos que hay en estas fiestas, sabiendo que quedarse en casa no va a solucionar tu pena. Pero que difícil es reponerse a estas perdidas y vuelves a recordar años anteriores cuando alguna de tus hijas o nietas fue dama de las fiestas. Y dejas a tu mente recorrer cada paso que ese año la familia dio en cada uno de los actos y te vuelves a acordar de aquel amigo que no sabes cual de tus hijos trajo a casa y que falto de entrenamiento el segundo día pedía clemencia para que nadie le molestase y le hiciese volver a salir. Una sonrisa recorre tu rostro pero el dolor es mas fuerte y tu mente vuelve a recordar a quien este año no estará con nosotros. Vuelves a maldecir a quien te le arrebató y reniegas de todos los santos a los cuales años atrás rezabas y dabas gracias. Hoy perdiste la fe y cualquiera en tu lugar hubiera hecho lo mismo. Si hay Dios jamás se podría haber portado tan mal con una familia buena que jamás hizo daño a nadie y que nunca tuvo nada suyo y cuando lo tuvo no dudó nunca a la hora de compartirlo.

Mis años de celebraciones pasaron a la historia a pesar de que mi parte nadie se la bebió. Fui feliz con los míos, con mis amigos y siempre fui un buen embajador de nuestras fiestas, las cuales viví siempre a tope. Hoy veo los primeros hierros y mi cabeza vuelve a llenarse de dolor. No tiene nadie culpa y envidio a quien vuelve a celebrar un año más las fiestas como si tal cosa, sin echar de menos a quienes faltan, yo no puedo ni tampoco lo intento.

Ninguna de las fiestas son iguales por mucho que quieras que se parezcan, por eso cuando puedas salir a disfrutarlas no te lo pienses, vívelas a tope sin mirar para los lados y piensa que a lo mejor las del año que viene pueden ser diferentes.

Mi recuerdo para todos los que este año faltaran en nuestras fiestas.

Fotografía: José Manuel Andrade.



2 comentarios:

  1. Tremendo homenaje a los ausentes. Una vez más, dices tanto con tan poco...
    ¡¡Qué grande eres!!.

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  2. Que gran verdad...pero mi madre me decia... Cariño la vida sigue y hay que tirar...y siempre con una sonrisa.
    Gracias por estos escritos tan fantástico .

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