lunes, 31 de julio de 2017

Capitulo 849: Otro reto conseguido.



Y a pesar de haberlo tenido varias veces a huevo, nunca me lo propuse en serio. Pero el sábado pasado gracias a las actividades que se están celebrando por el décimo aniversario de Monfrague como parque nacional, tuvimos la oportunidad de apuntarnos para montar en piragua en el pantano de Mirabel.
Quedamos a las siete y media en la plaza los tres colegas que nos apuntamos a todo y pusimos rumbo a Torrejón, Serradilla y por ultimo Mirabel. Hay que decir que no estaba muy bien indicado donde era la actividad y nos costó bastante dar con ello, pero justo a las nueve de la mañana estábamos aparcando en el pantano que da de beber al pueblo.
Nos habíamos apuntado en el primer turno huyendo de las posibles temperaturas altas que puede haber en este mes, y visto lo visto hicimos bien, puesto que tuvimos una mañana preciosa y espectacular para realizar este deporte tan completo como es el remo.
Un monitor andaba descargando las piraguas y algún pescador que no había sido advertido del evento por parte de la organización, echaba pestes por su boca al ver que tendría que abandonar el lugar por culpa nuestra. No es lógico que un evento organizado con tanto tiempo de antelación no tuviera previsto que en este lugar pudiera haber pescadores.
Después de charlar un buen rato con nuestro amigo pescador mientras se preparaban los trastes de recreo fueron llegando todos los apuntados en nuestro turno, los cuales llegaron diciendo lo mismo que todos, mal anunciado el lugar.
Nos dieron un chaleco salvavidas con el cachondeo de las tallas como siempre y procedimos a colocarnosle, mientras nuestro monitor nos daba una breve clase teórica de como debíamos de montar,bajar, remar, girar y no se que mas.
Estábamos nerviosos ya por empezar y pronto nos metimos dentro del agua, hasta la rodilla mas o menos para poder montarnos y comenzar a remar. Todas las canoas eran dobles menos la del monitor y otra mas que cogió nuestro amigo Dartha y con la cual disfrutó mucho mas que nosotros dos, puesto que nos dimos una paliza de remar para poder mantener la canoa recta que cuando llevábamos un cuarto de hora estábamos muertos.
Entre las risas y el cansancio decidimos disfrutar el momento dejando de vez en cuando la canoa a su aire y remando un rato cada uno, puesto que los dos a la vez era imposible. El monitor solo estaba pendiente nuestra y se descojonaba igual que nosotros de la situación. Y aunque parece poco una hora de actividad cuando llegamos de nuevo a la orilla estábamos muertos. Las agujetas pronto aparecieron y es que es impresionante la cantidad de músculos que mueves para poder remar.
Lo mejor estaba por llegar puesto que después de las fotografías de rigor ( Jose Manuel Lopez), nos comimos el muerdino allí en el lugar, dando envidia a nuestros compañeros de grupo que no iban preparados como nosotros para estos menesteres. A la sombra de un gran alcornoque estuvimos un buen rato, sin prisas y viendo como disfrutaban los del segundo grupo, a los cuales les pasaba lo mismo que a nosotros.




 Como estábamos cerca del castillo de Mirabel, decidimos subir a conocerle puesto que ninguno de los tres que fuimos habíamos andado antes por aquellas tierras. Hacía ya algo de calor y después del muerdino nos costó un poco alcanzar la cima, nos lo tomamos con mucha parsimonia y estuvimos un buen rato aprovechando las impresionantes vistas que hay allí arriba, ademas de poder ver un montón de pueblos.










Un día espectacular bien aprovechado con buenos amigos, ¿que mas podemos pedir?
Nos vemos por las callejas y pantanos, montados en piraguas.

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