Dicen que donde te tratan bien,es mas fácil volver y este dicho se puede aplicar perfectamente a las tierras que rodean al coqueto pueblo de Campillo de Deleitosa.
Ayer quedábamos de nuevo en la plaza de Huertas, donde nos juntamos los tres amigos que en mas rutas nos encontramos. Sin duda que el andar tantos kilómetros juntos nos ha hecho compartir muchas horas unidos y ya, por si antes no nos conocíamos bien, somos inseparables los domingos.
Una vez en el coche y sin tener que esperar a nadie, pusimos rumbo hasta la panadería del motor, donde pusimos a buen recaudo el pan recién sacado del horno de leña.
La ruta elegida pintaba bien, y parecía que el día no se presentaba muy caluroso, puesto que corría algo de aire. Nadie podía imaginar que lo peor de la ruta empezaría antes de llegar a ella, puesto que un servidor, parecía que había pillado el virus que vulgarmente llamamos "por arriba y por abajo".
Asi que sin darme tiempo a llegar al punto de inicio, hubo que hacer una parada obligatoria y rápida para depurar el estómago.
La verdad que podíamos haber suspendido el plan del día, cosa que no se me llegó a pasar por la cabeza. Era demasiado bonito el plan y el lugar, como para echarlo todo al traste por una cruel indisposición. Así que poco después de las siete y media, estábamos colgándonos las mochilas en el lugar que decidimos comenzar esta preciosa ruta.
Con la ventaja de haberla realizado el año pasado, fue mucho mas fácil dar con la vereda buena, puesto que la ruta no está marcada. Así que los primeros metros era toda una delicia el poder andar con la brisa que corría, por encima de las Villuercas, comarca que se ha empeñado en hacerse un hueco entre los lugares mas bonitos para realizar senderismo. Se lo están currando poco a poco sin desfallecer y nosotros queremos ser complices de estas cosas dándolas siempre a conocer.
Esta ruta es corta, por eso lo mejor es ir caminando despacio y observando los ciervos, cabras y cientos de buitres que poblan el lugar.
Las fotografías son solo un ejemplo aproximado de lo que uno puede ver en este lugar, pero lo mejor es ir hasta allí y vivirlo en directo. Respirar este aire único con perfumes poco conocidos.
Poco después de llevar andados dos kilómetros y medio, estábamos delante de la famosa cueva del Maqui Juan Caldilla, planeando la manera de subir a ella, cosa que no todo el mundo puede hacer. Menos aun si se padece de vértigos es mejor ir con alguien que te pueda ayudar. Nosotros siempre nos ayudamos de una cuerda, para mayor seguridad.
El placer que te produce el ascender hasta el lugar y plantarte dentro del mismo es indescriptible. Son cuatro las veces que he estado dentro y no dejo de emocionarme ninguna de las veces que entro en ella. Las vistas que desde allí alcanzas son inenarrables y la única manera de saber lo que digo es estar allí dentro.
Después de hacer innumerables fotografías decidimos bajar y comernos el muerdino a la sombra de varios alcornoques que hay en la zona. Bueno, yo es cierto que dicho muerdino fue poca cosa, con una naranja y un plátano tuve bastante, el dichoso virus no me dejó probar nada mas.
Después de terminar un deslucido momento, decidimos seguir caminando poniendo rumbo al lugar de inicio, intentando volver por otra vereda distinta. Las vistas seguían siendo inmejorables y la calor parecía querer hacer acto de presencia, cosa que hizo justo al llegar nosotros de vuelta al coche.
Para disfrute de esta ruta cada vez que la realizamos, optamos por ir a degustar uno de los mayores paraísos donde uno se pueda dar un baño en solitario y en un agua cristalina. La garganta de Descuernacabras es una de nuestras preferidas y eso se nota cada vez que vamos a este pueblo, puesto que una vez allí, siempre nos da pena tener que volver. Aquello es una especie de edén donde el ruido del agua te hace dejar de pensar en nada y el relax es autenticamente enriquecedor.
De vuelta al coche con la satisfacción de haber vencido todo tipo de dolores, para poder volver a uno de los lugares que me enamoraron hace mas de cuatro años, cuando fui la primera vez.
Volveremos, como no volver!!!!
Nos vemos por las callejas.
La ruta