En una nueva jornada dominical, uno no podía quedarse en casa a pesar de la calor que nos avisaban que íbamos a pasar en el día de hoy. El que no conozca Extremadura puede llegar a dudar de que aquí el verano es insoportable y todo lo que nos rodea es calor y mucho sol. La verdad que algo de cierto hay en ese pensamiento, pero no es mas cierto que hay zonas extremeñas las cuales son perfectamente soportables incluso en esta época del año.
Nuestro cometido en estas fechas para no dejar de patear nuestra tierra es, buscar rutas que, ademas de no ser muy largas, intentamos que no estén muy lejos y preferiblemente deben de terminar en algún charco donde poder refrescarnos los valientes que nos seguimos atreviendo a caminar.
La ruta de hoy lo tenia todo eso y ademas otra cosa mas, las impresionantes vistas que existen de todas las Villuercas, una zona menos publicitada de Extremadura pero que cautiva rápidamente a quien lo visita por primera vez.
A las siete de la mañana nos juntábamos los tres senderistas que habíamos confirmado nuestra asistencia. El habiente era ya caluroso aunque a esas horas se podía soportar todavía. Sin perder tiempo nos poníamos en camino hasta Campillo de Deleitosa, lugar que uno lleva en el corazón por haberle visitado varias veces y no dejar de sorprenderme cada una de las visitas que realizo.
Algo menos de una hora y nos encontrábamos en el punto de salida de la ruta. Tenemos que decir que la subida a la cueva en las otras ocasiones la realizamos por otro sendero mucho mas intransitable y salvaje. Hoy decidimos dejar el coche en el alto de la misma carretera y desde allí coger en linea recta hasta la cueva de Juan Caldilla, lugar que para nosotros es de obligado cumplimiento el visitar al menos una vez al año.
La ruta de hoy, mucho mas cómoda de realizar, nos ha dejado fotografiar unas vistas impresionantes que en las otras ocasiones de la ascensión, no pudimos apreciar. Pero hoy con mas tiempo para disfrutar del paisaje, nos hemos recreado con la cámara algo mas de lo habitual.
La mañana seguía avanzando en el tiempo y la calor comenzaba a hacer acto de presencia, lo bueno para nosotros era que nos quedaba muy poco para llegar a la entrada de la cueva. Nos habían comentado que la ruta la tenían señalizada con montoncitos de piedra y que era fácil de seguir, no os fiéis si vais algún día, es fácil salirse de la vereda y hay que estar muy listo para no desviarte de la ruta. Es cierto que es mas cómoda de realizar pero hay mucha piedra suelta que puede dar algún susto a la hora de pisarla. Alguno de nosotros para no perder la costumbre, hemos tenido algún que otro resbalón con el correspondiente "culetazo", nada nuevo para nosotros...
Y poco mas de hora y media después allí estábamos de nuevo, en ese lugar que uno mira de forma diferente cada año que vuelve. Ese lugar que como buenos centinelas defienden una colonia de buitres con la grata sorpresa hoy de ademas, ver una pareja de alimoches junto a ellos. Con cientos de pájaros aviones y vencejos que anidan dentro de la misma y con la cara nuestra de felicidad al volver a uno de los sitios que mas nos han impresionado de los muchos lugares que hemos ido conociendo por las tierras extremeñas.
La subida al lugar es un poco peligrosa, por eso desde que se nos ocurrió la vez primera de llevar una cuerda, esta no se queda atrás nunca, aunque bien es cierto que hoy para subir no la hemos precisado y tan solo en la bajada hemos hecho uso de ella.
Hoy como andábamos bien de tiempo hemos decidido subir con las mochilas y aprovechar el lugar para comernos el muerdino. Con una temperatura excelente nos hemos aprovechado del lugar y cerca de una hora hemos disfrutado de las impresionantes vistas que ademas nos alegraban los buitres con sus espectaculares vuelos.
La bajada como siempre nos acojona un poco, pero hoy, no se si por culpa del trago de la bota de vino, el caso es que la hemos realizado bien, sin miedo ninguno y tan solo un ultimo susto una vez ya en el suelo, al intentar recuperar la cuerda y tirar de ella de mas de fuerte...risas a tutiplen!!
La diferencia de temperatura era brutal de estar dentro a salir fuera. Por eso no hemos dudado ni un minuto y hemos emprendido el camino de vuelta hasta el coche. Por una distinta senda un poco mas a la izquierda de la que habíamos utilizado para la ida, hemos ido recortando los pasos que nos quedaban hasta el lugar de inicio. Es muy aconsejable en esta ruta llevar abundante agua y mas si es un día de calor como el de hoy.
Buscando alguna que otra sombra hemos ido descansando un par de veces o tres, no había prisa y es mejor hidratarse bien para no llevarnos ningún susto.
Una vez en el coche hemos puesto rumbo hasta la garganta de "Descuernacabras" lugar donde las veces anteriores acabábamos la ruta y nos dábamos el baño. Hoy de forma mas inteligente hemos llegado al lugar montados en el coche y allí con mas tiempo, hemos disfrutado del lugar que sin duda es paradisíaco y muy poco visitado, con lo cual uno agradece estos lugares y los aprovechamos a tope.
El agua de la garganta es de un color azul cielo y su temperatura es mucho menos fría que las gargantas veratas, con lo cual uno se refresca mas tiempo dentro del agua.
Ciento de truchas pequeñas y varios galápagos nos saludaban extrañados de ver humanos en el lugar, donde los martines pescadores son los dueños de todos los arboles y alguna que otra exhibición nos han dado de pesca,
No se el rato que hemos pasado allí, solo se que una vez camino del coche uno miraba hacia atrás con mas pena que gloria al abandonar dicho sitio.
Una visita rápida al pueblo para volver a comprobar un año mas, que no existe ni un triste bar donde tomarnos una cerveza fría....
De vuelta montados en el coche, íbamos con la sonrisa en la boca recordando el día pasado hoy y lo que nos ha dado de si, ilusionados de poder haber vuelto un año mas a uno de los lugares mas espectaculares de la vieja Extremadura de la cual uno, se siente cada día mas enamorado.
Nos vemos por las callejas.
La ruta
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